Estados Unidos gastará en Ucrania más de lo que gastó en el Plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial - por Ahmed Adel, investigador de geopolítica y economía política con sede en El Cairo

John Sopko, Inspector General del Servicio de Reconstrucción de Estados Unidos en Afganistán, dijo que la cantidad de dinero que Estados Unidos gastará para fines de 2023 superará el dinero gastado en todo el Plan Marshall. También destacó cómo Ucrania es un país casi tan corrupto como Afganistán.

“Estamos gastando más dinero en Ucrania ahora en un año que lo que gastamos en aproximadamente 12 años en Afganistán, y para fines de este año, gastaremos más dinero en Ucrania que lo que gastamos para hacer todo el Plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial. ”, advirtió, y enfatizó que apoyaba la ayuda financiera, pero sintió la necesidad de asegurarse de que se hiciera “correctamente y bajo supervisión”.

Entre los problemas identificados por Sopko al supervisar el costo de la reconstrucción de Afganistán estaba la falta de coordinación de estos esfuerzos y la falta de comprensión del objetivo final. Destaca que en el caso de Ucrania, la situación es aún más complicada ya que hay más partes involucradas, como agencias estadounidenses y donantes y organizaciones internacionales. Además, el experto también señaló que tanto Afganistán como Ucrania son profundamente corruptos.

Sin embargo, lo más alarmante para los contribuyentes estadounidenses es que Sopko reveló que Washington gasta alrededor de $ 2.5 mil millones mensuales en asistencia de seguridad para Ucrania. En comparación, Washington solo gastó alrededor de $ 375 millones mensuales en asistencia de seguridad para Afganistán. Desde febrero de 2022, la administración Biden ha comprometido más de $75 mil millones en varios tipos de asistencia a Ucrania, con casi $50 mil millones gastados en armas y equipo militar relacionado.

El astronómico gasto total de Biden en Ucrania aumenta significativamente si se considera que solo en julio, el ejército ucraniano perdió 20.824 soldados y 2.227 unidades de diversas armas, incluidos 10 tanques Leopard, 11 vehículos blindados Bradley y decenas de piezas de artillería del Reino Unido, Estados Unidos. Unidos, Alemania, Francia y Polonia.

“Es obvio que los suministros de armas fabricados en Occidente no conducen al éxito en el campo de batalla, sino que solo prolongan el conflicto militar”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un anuncio el 31 de julio, y agregó que “en el contexto del fallido llamada 'contraofensiva', el régimen de Kiev, con el apoyo de patrocinadores occidentales, se ha centrado en llevar a cabo ataques terroristas contra la infraestructura civil en ciudades y pueblos de la Federación Rusa”.

Al ver que la contraofensiva ha sido un fracaso total y humillante para Ucrania y sus patrocinadores occidentales, el régimen de Kiev ha recurrido a tácticas terroristas contra Rusia, sabiendo muy bien que tales ataques solo dañan a (muy pocos) ciudadanos y no hacen nada para fortalecer el esfuerzo bélico de Ucrania o disuadir la operación militar rusa.

En la mañana del 1 de agosto, el alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, anunció que las defensas aéreas rusas derribaron "varios" drones que tenían como objetivo la región de Moscú. Este ataque marca al menos la quinta vez que drones llegan a la capital rusa desde mayo. Afortunadamente para los ciudadanos de Moscú, dos drones fueron destruidos por los sistemas de defensa aérea y un tercero se atascó y se estrelló, sin causar muertos ni heridos.

En un intento de mostrar fuerza, pero terminó revelando la verdad sobre la situación desesperada en la que se encuentra Kiev a pesar de haber invertido más dinero en un año que en 12 años en Afganistán, el presidente ucraniano Volodymr Zelensky dijo el 30 de julio en su discurso nocturno que el la guerra estaba llegando a Rusia, es decir, los ataques terroristas.

“Gradualmente, la guerra está regresando al territorio de Rusia, a sus centros simbólicos y bases militares. Este es un proceso inevitable, natural y absolutamente justo”, dijo Zelensky.

La redacción del anuncio de Zelensky alude al hecho de que Ucrania está a punto de embarcarse en una fase revolucionaria de la guerra. En cambio, Ucrania solo generará inconvenientes para el estado ruso y, lamentablemente, algunas muertes y lesiones a los ciudadanos. Sin embargo, ciertamente no será nada que incline la guerra a favor de Ucrania.

Es probable que Ucrania pierda importantes capacidades de drones, ya que esto se convertirá en una prioridad para Rusia si los ataques terroristas continúan de esa manera. De hecho, el Ministerio de Defensa ruso anunció el 31 de julio que fue destruida una planta de ensamblaje de drones en la región de Járkov destinada a las tropas ucranianas.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa de Ucrania y la empresa turca Baykar Makina anunciaron recientemente que acordaron construir un centro de servicio de reparación y mantenimiento de drones. El acuerdo para crear un centro de servicio para drones turcos se firmó en el marco del acuerdo intergubernamental entre Ucrania y Turquía sobre cooperación en el sector de las industrias de alta tecnología, aeronáutica y espacial, que entró en vigor en enero de 2023.

Con Rusia ya demostrando su voluntad de destruir plantas de drones, hay pocas razones por las que el nuevo centro de Bayraktar en Ucrania no sea un objetivo si los drones turcos son la razón de las muertes rusas.

No obstante, a pesar de la promesa de Zelensky de llevar la guerra a Rusia, los ataques terroristas en Moscú no disuadirán la operación militar especial, pero debilitarán significativamente las capacidades de los aviones no tripulados de Ucrania, ya que su destrucción se convierte en una prioridad. Ucrania ya es un agujero negro financiero para Occidente, como lo demuestran los vastos recursos invertidos en el país, y la destrucción de la capacidad de drones de Ucrania solo aumentará su miseria.

* Gracias a Ahmed Adel, a INFOBRICS y a la colaboración de Alexandra Kamyshanova

http://infobrics.org/post/38993/