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sábado, 27 de abril de 2024 20:52h.

¿Éxodo migratorio cubano? Una interpretación desde el anticapitalismo - por Rodolfo Crespo

 

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¿Éxodo migratorio cubano? Una interpretación desde el anticapitalismo

Rodolfo Crespo *

Para los revolucionarios y no revolucionarios cubanos, pero personas todas de buena fe.

Para Francisco y la contrarrevolución cubana de dentro y de fuera NO, para ellos nos vemos en la calle a piedras, palos y tiros cuando llegue el momento…si llega.

“Si la Luna suave se desliza por cualquier cornisa sin permiso alguno

¿Por qué el mojado precisa comprobar con visas que no es de Neptuno?”

                                      Letra de la canción Mojado, de Ricardo Arjona

 

“Modificar las causas estructurales de la migración cubana, tanto la regular como la irregular, e influir de manera fundamental en la reducción de los flujos de migrantes cubanos por diversos países, está en manos de las autoridades norteamericanas”

                                                             Miguel Díaz-Canel Bermúdez

 

Tras la reapertura de la frontera y la reanudación del tráfico aéreo, interrumpido tras la pandemia Covid-19, la mayor que ha azotado al mundo desde hace un siglo, se ha producido un éxodo, crecimiento, avalancha o simplemente un restablecimiento “normal” del flujo migratorio de Cuba hacia el exterior, según el punto de vista, concepción política o visión del mundo de quien lo interprete.

Hace casi un año (noviembre de 2022) el académico cubano Rafael Hernández hacía un repaso de la situación migratoria de Cuba en el Año Fiscal 2022 (octubre 2021-julio 2022) periodo en que puede considerarse que el flujo migratorio cubano hacia el exterior estaba plenamente restablecido y en todo su esplendor tras la pausa motivada por la pandemia. Aunque ha pasado casi un año y las cifras ameritan actualizarse por el autor o algún otro especializado en el tema (Antonio Aja, por ejemplo) los argumentos que aporta el artículo mencionado, sobre cifras comparativas de las distintas oleadas migratorias cubanas posteriores a 1959, corroboran que “el incuestionable volumen del flujo actual no resiste comparación con la intensidad de fenómenos migratorios anteriores”2, a pesar que la crisis económica y el redoblado bloqueo acaso son superiores en este momento en relación a los tiempos en que se produjeron los aluviones migratorios anteriores.

Cuantitativamente la comparación que hace Hernández del momento migratorio actual con los más mediáticos e intensos picos migratorios anteriores (Mariel en 1980 y Balseros de agosto 1994) son desde todo punto de vista inobjetables:

1. “por el Mariel se fueron 125 000 personas en poco más de 5 meses. Grosso modo,  25 000 al mes (aunque la mayoría se concentró en los primeros dos meses). Si en los 10 meses transcurridos del año fiscal 2022 se hubieran ido al ritmo del Mariel, habrían entrado ya en EEUU 250 000 cubanos” y “según fuentes oficiales de EEUU, en el Año Fiscal 2022 (octubre 2021-julio de 2022) han entrado 177,800 cubanos a EEUU; solo en julio, 20 000”3 

2. “En las balsas de agosto de 1994 salieron 35 000 personas, en solo 28 días, el lapso que duró aquella crisis.  Si los que se han ido desde el 1 de octubre hubieran salido a esa velocidad, la cifra alcanzaría 350 000. Es decir, casi el doble”4 

Cuantitativamente se puede desmontar todas las falacias que sobre Cuba se propagan en el aspecto migratorio. Recopilando datos sobre la emigración cubana hacia EE.UU en el periodo 1860 -20195 se llegan a las siguientes conclusiones:

1. Durante los cuarenta años que van de 1860 (inicio de la década que marcó el desencadenamiento de la Primera Guerra de Independencia en Cuba 1868-1878) a 1899 (retirada del ejército español de la Isla) Cuba ocupó el primer puesto de la región (México, América Central, Caribe y América del Sur) en términos de emisión migratoria hacia los Estados Unidos, delante de un gigante demográfico que comparte una frontera común con la tierra de destino como México, y delante de otro coloso demográfico, pero más alejado, como Brasil. Esta realidad muestra que Cuba fue históricamente una tierra de emigración hacia el vecino del norte, mucho más que cualquier otra nación de la zona que va de Río Bravo a Tierra del Fuego.

2. Durante el periodo de cuarenta años que va de 1920 a 1959 (dado que las estadísticas oficiales del Gobierno de los Estados Unidos no están disponibles para Cuba en el periodo que va de 1900 a 1920), en términos de número de salidas hacia los Estados Unidos, Cuba pasó del primer puesto del continente, desde México hasta Argentina, al segundo puesto. La isla del Caribe produjo una emisión migratoria más fuerte que la de América Central durante las cuatro décadas. También superó a América del Sur, salvo en los periodos de 1920 a 1929 y de 1950 a 1959. Cuba conservó así su perfil de nación de emigración, principalmente con destino a los Estados Unidos.

3. La década de 1960 a 1969 es ilustrativa del cinismo con que se llega a atacar a Cuba utilizando para ello el tema migratorio. Éste periodo es significativo por el hecho que comienza precisamente con el inicio de la Revolución Cubana, que triunfa en 1959, y los enemigos de Cuba y la contrarrevolución no han escatimado en considerar que la emigración cubana hacia territorio estadounidense desde 1959 es un hecho que hay que interpretar bajo un ángulo político, es decir, sería el reflejo del rechazo que suscita entre una parte sustancial de la población, el sistema político y socioeconómico vigente en la isla, lo que habría llevado a muchos cubanos a tomar el camino del exilio. Las cifras de esta etapa no avalan dicho argumento: de 1960 a 1969, no menos de 202 030 cubanos dejaron la isla para ir a los Estados Unidos, o sea un alza del 175% con respecto a la década anterior, lo cual a cualquier analista le puede parecer exageradamente grande, pero a título de comparación, hubo 83 522 salidas de República Dominicana, o sea un aumento de 717% sobre el mismo periodo;  de Haití salieron 28 992 emigrantes hacia el norte, un crecimiento del 665%; de Jamaica hubo 62 218 partidas, un crecimiento del 741%, de América Central se produjo una emigración de 98 569 personas, un crecimiento del 145%; el caso de Costa Rica es ilustrativo, con 17 975 salidas, observó un aumento del 344%; Belice (4 185) para un 269% de crecimiento; Guatemala (14 357) del 242%; Honduras (15 087) del 183% y El Salvador (4 185) del 182%; y en ninguno de ellos se produjo una revolución comunista como en el caso de Cuba. Entonces, por qué se ataca tanto a Cuba, en qué sustentar el hecho que los que emigraban de Cuba lo hacían huyendo del comunismo, cuando de la región del Caribe y Centroamérica el crecimiento porcentual de la emigración fue superior a la mayor Isla del Caribe.

4. Lo mismo ocurrió en la década de 1970 a 1979: en el periodo que va de 1970 a 1979, 256 497 cubanos abandonaron el país hacia los Estados Unidos, ocupando el segundo lugar después de México en números absolutos, pero con un crecimiento sólo del 26% con respecto a la década anterior, mientras México, con 621 218 salidas, observó un crecimiento del 40%; República Dominicana produjo a 139 249 migrantes, un aumento del 66%; Haití vio la salida de 55 192 de sus ciudadanos hacia los Estados Unidos, con un crecimiento del 90%; Jamaica (130 226) vio un alza del 109%; toda América Central, con 120 376 partidas, la emigración aumentó en un 22%, pero en el detalle por países, Belice (6 747) observó un alza del 61%; Guatemala (23 837) del 65% y el Salvador (29 428) del 104%. Y América del Sur (273 529) la emigración creció de modo más modesto, con un alza del 9% con respecto a la década anterior, sin embargo, algunos países como Perú (25 311, +27%), Ecuador (47 464, +39%), Uruguay (8 416, +105%) o Guyana (38 278, +742%) tuvieron exponenciales de crecimiento superiores a los de Cuba.

5. La década de 1980 a 1989 es ilustrativa de hasta donde llega la desfachatez de la propaganda contra Cuba, utilizando para ello como arma la emigración de sus ciudadanos. Ésta es la década de la famosa crisis migratoria conocida como Mariel (un hecho con el que se relaciona un éxodo masivo de cubanos), no obstante, los números de la emigración cubana, caribeña, mexicana, centroamericana y latinoamericana en general hacia EE. UU. desmienten tanto descaro de los enemigos de Cuba. 

Cuba observó, en éste periodo, la salida de 132 552 personas, o sea una disminución del 93% con respecto a la década anterior. En el mismo tiempo, México vio su emigración crecer al punto de superar el millón con 1 009 586 partidas, o sea un aumento del 62%; República Dominicana vio el número de salidas explotar y superar por primera vez el de Cuba con 221 552 migraciones, o sea un crecimiento del 59%; Jamaica también superó a Cuba con 193 874 salidas, o sea un crecimiento del 48%; El Salvador, víctima de una guerra civil, también superó el número de emigrantes que salieron de Cuba con 137 418 partidas, o sea un alza del 366%. Es decir, en esta década y pese al fenómeno Mariel, tan explotado mediáticamente por la contrarrevolución cubana, Cuba ocupó el quinto puesto en emisor de emigrantes hacia EE. UU., y fue el único país de la región que disminuyó, y muy significativamente, el crecimiento de emigrantes hacia el país norteamericano. Las cifras de otros países, aunque sin superar a Cuba en cifras absolutas, vieron su emigración aumentar de modo sustancial y con crecimientos elevados: Haití, con 121 406 salidas, observó un crecimiento del 120%; América Central, en su conjunto, vio su número de emigrantes (339 376) crecer en un 181%; Panamá tuvo 32 957 salidas, con un alza del 54%; Costa Rica (25 017) del 101%; Belice (14 964) del 121%; Guatemala (58 847) del 151%; Honduras (39 071) del 149% y Nicaragua (31 102) del 185%. En toda América del Sur el número de emigrados fue de 399 803, con un aumentó en un 46% con respecto a la década anterior.

Como se dijo Cuba se clasificó en el quinto puesto del continente durante la década, pero en términos de porcentaje con respecto al decenio anterior, Cuba sólo ocupó el vigésimo puesto de la región. 

6. Si se observa el periodo de treinta años que va de 1959 (año que triunfa la Revolución) a 1989 (desaparición del socialismo en la URSS y Europa del Este) vemos que Cuba pasó del segundo puesto de los países emisores de emigrantes hacia los Estados Unidos en 1960 al quinto en 1989 y, salvo México, todos los demás países situados delante de la isla en la clasificación disponen de una población inferior a la de la mayor Isla del Caribe. Así, sobre este periodo, puede concluirse que los cubanos emigraron, en promedio, menos hacia los Estados Unidos que sus vecinos de continente. 

7. Antes de analizar el comportamiento migratorio cubano en la década de 1990 a 1999 es bueno señalar que durante la misma, producto a la desaparición de la Unión Soviética y el socialismo europeo, Cuba padeció  la peor crisis económica desde 1959, año en que triunfó la Revolución; la Isla perdió casi todos los vínculos económicos que tenía, a lo que se sumó el hecho que EE. UU. recrudeció el bloqueo que mantenía desde 1960, con el objetivo de dar el puntillazo final al gobierno comunista cubano. En esas condiciones era de suponer que se produjera un éxodo masivo o, al menos, otra crisis migratoria como ocurrió en la década de 1960 (Camarioca) y 1980 (Mariel), pero no fue así: 170 675 cubanos abandonaron la isla (con una población de 11,1 millones de personas) para marcharse hacia los Estados Unidos, mientras en el mismo periodo, República Dominicana, poblada de 7,1 millones de habitantes, observó 365 598 salidas, o sea una cifra dos veces superior a la de Cuba; Haití, con una población de 6,9 millones de habitantes, generó 179 725 partidas, una cifra también superior a la de Cuba; la isla de Jamaica, poblada con 2,6 millones de habitantes, produjo a 182 552 migrantes hacia los Estados Unidos, una cifra también ampliamente superior a la de Cuba, a pesar de una población casi cuatro veces inferior; El Salvador, poblado de 5,1 millones de habitantes, generó 274 989 salidas, o sea cerca del doble que Cuba para una población dos veces inferior; y México, por su parte, observó 2 855 157 de salidas durante la década, con una población total de 83,2 millones de habitantes.

Cuba se colocó así en el quinto puesto de los países con una demografía similar o inferior y en el sexto del continente. Y si nos referimos al porcentaje de crecimiento, en comparación con la década precedente, Cuba se ubicó en el puesto 13. Podríamos afirmar que no hay una década mejor que la de 1990-1999 para demostrar que, para golpear a Cuba utilizando el tema migratorio lo que hay que estar es profundamente lleno de odio y rencor, porque no hay datos que avalen que la migración cubana sea superior a la habitual de un país situado en la periferia de la economía-mundo capitalista, a escasos 144 km de otro ubicado en la zona central de dicha economía-mundo.

Es bueno recordarle a la contrarrevolución cubana y a los enemigos de Cuba, en el lugar donde se encuentren, que ni siquiera el año 1993 (el peor momento de la crisis económica que padeció Cuba  por las causas citadas) ni el año 1994 (cuando se dio la tan mediática crisis de Los Balseros) Cuba destaca en el flujo regional de emigrados hacia EE. UU.: en el primero de esos años, 13 666 cubanos partieron hacia los Estados Unidos. Sin embargo, en el mismo año, México tuvo 126 561 salidas; República Dominicana (45 420); El Salvador (26 818) y Jamaica (17 241), todos más que Cuba. Y en el segundo año mencionado (1994) sólo hubo 14 727 salidas, una cifra inferior a la de México (111 398), a la de República Dominicana (51 189) y a la de El Salvador (17 644). Nada de eso dice la contrarrevolución cubana, sus medios afines y acólitos. Con lo cual, como dice el profesor Salim Lamrani, “la ola de balseros fue más un fenómeno mediático que una verdadera realidad estadística”

8. La década de 2000 a 2009 vio crecer la migración cubana hacia EE. UU., pero comparativamente al comportamiento regional tampoco constituye algo tan trascendental: 284 818 cubanos abandonaron la isla para ir a los Estados Unidos, alrededor de 115 000 más que la década anterior. En el mismo tiempo, México originó 1 728 040 salidas, colocándose en el primer puesto; República Dominicana observó 292 826 partidas; El Salvador (256 601); Colombia (243 408); Haití (191 170) y Jamaica (176 890), una muestra que evidencia que el caso cubano no es muy relevante, pues Cuba ocupó el tercer puesto en la década, detrás de México y República Dominicana, mientras en términos de crecimiento con respecto a la década precedente, la Isla de Cuba se sitúa en el cuarto puesto. En cambio, en proporción con su población, Cuba (11,2 millones / 2,54% de salidas) se ubicó detrás de República Dominicana (8,4 M/ 3,48%), El Salvador (6,3 M / 4,07%%), Jamaica (2,6 M/ 6,8%) y Guyana (75 211 salidas, 800.000 habitantes, 9,4%), o sea en el quinto puesto. No hay forma de retorcer los números para desacreditar a Cuba tomando el tema migratorio como arma.

9. Por último la década de 2010-2019 que está marcada por dos hechos históricos muy relevantes: el 14 de enero de 2013, el gobierno cubano deja de otorgar permisos especiales para salir de la isla y sólo se exige la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa del país de destino, además prolonga de 11 a 24 meses la autorización para que los ciudadanos cubanos “que viajen por asuntos particulares” permanezcan en el exterior, incluso, la nueva normativa permite a los cubanos obtener prórrogas en un consulado cubano en el caso de exceder los dos años de estadía en otro país; en otras palabras por primera vez un ciudadano cubano es totalmente libre de marcharse de Cuba, y en ese sentido está en igualdad de condiciones con el resto del mundo, algo que se le criticaba a Cuba.

Pese a estos dos hechos durante la década, en cifras absolutas, Cuba ocupó el tercer puesto del continente con 479 818 salidas; sin embargo, México con 1 506 738 partidas y República Dominicana con 503 978 emigrantes superaron a Cuba. Si procediésemos a una comparación de los flujos migratorios con respecto al número de habitantes, Cuba (11,3 M / 4,2% de migrantes) se situó detrás de Jamaica (2,9 M/6,89%), Guyana (53 922 salidas, 0,8 M /6,74%) y República Dominicana (10,7 M/ 4,71%), o sea al cuarto puesto de la región. Ni siquiera en esta década a la que, a los ya existentes, se suman varios factores más que debieran haber incitado aún más la migración desde la Isla, conllevaron a que el registro migratorio cubano durante estos años traspasara límites que lo hicieran un fenómeno sui generis, como trata de pintarlo la contrarrevolución cubana para arremeter contra el gobierno cubano.

No obstante, las cifras de esta década son las más altas, para un periodo igual de tiempo, desde 1959, aunque hay que decir que no fue sino hacia el año 2014, cuando república Dominicana es desplazada del segundo puesto por Cuba en emisión de emigrantes hacia EE. UU., algo que estuvo motivado por el hecho que a partir del 17 de diciembre de 2014 los Estados Unidos y Cuba iniciaron un proceso histórico de acercamiento que en el espacio de dos años conllevó a que se abrieran embajadas en las capitales de ambos países, Cuba fue retirada de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, se aliviaron un poco las sanciones económicas, se restablecieron los vuelos comerciales directos y algunas categorías de ciudadanos estadounidenses fueron autorizadas por su Gobierno a viajar a la isla, incluso el presidente Obama hizo un visita histórica a Cuba en 2016, algo inédito desde el viaje de Calvin Coolidge en 1928; todo ello unido a la solicitud de abrogación de la Ley de Ajuste Cubano6 y de la política Pies secos, pies mojados por parte de Cuba no podía si no acrecentar el flujo migratorio hacia los Estados Unidos a partir de 2015 ante la expectativa entre los cubanos de ver que la Administración de Obama podía suprimir próximamente su estatus migratorio especial que gozaban desde 1966, cuando fue promulgada por ley del Congreso norteamericano la conocida Ley de Ajuste Cubano.

10. Un resumen de la migración cubana hacia EE.UU. en todo el periodo revolucionario hasta 2019, permite con cifras desbaratar todas las patrañas que sobre Cuba, utilizando dicho tema, esgrime la contrarrevolución cubana y sus medios portavoces de dentro y de fuera de la Isla:

a) La Revolución Cubana no ha generado un éxodo masivo, si se toma en cuenta la realidad migratoria anterior a 1959 y si se compara el flujo migratorio cubano post-1959 al de los otros países del continente.

b) El postulado según el cual la emigración cubana posterior a 1959 sería expresión del rechazo del régimen comunista instaurado en la Isla no resulta demostrado mediante las estadísticas. En efecto, a pesar de la existencia de elementos incitativos a la emigración, los cubanos, en proporción, han abandonado menos el país que en el pasado y han emigrado menos que sus vecinos regionales.

c) La emigración cubana hacia los Estados Unidos siempre ha sido una realidad histórica, independientemente de la situación política de la isla. Para los ciudadanos cubanos, y de la región, el vecino del norte representa naturalmente una tierra de acogida y de oportunidades por razones geográficas y económicas, donde es posible mejorar su nivel de vida material, aunque no todos logran las expectativas que se habían imaginado. Hay que considerar entonces la emigración cubana en el marco de las migraciones económicas de los países del Sur hacia el norte, y no según un enfoque político o ideológico.

Lo anterior queda expuesto en las estadísticas migratorias del periodo:

Emigración latinoamericana hacia EE. UU. (primeros puestos)

 

Países

Total

1960-2019

1

México

8 162 563

2

República Dominicana

1 583 412

3

Cuba

1 526 390

4

Jamaica

929 688

5

Salvador

889 057

6

Haití

777 788

 

Países

Número de migrantes en porcentaje de la población

Población (2019)

Guyana

40,81%

0,8 millions

Jamaica

32,05%

2,9 millions

República Dominicana

14,79%

10,7 millions

Salvador

13,67%

6,6 millions

Cuba

13,50%

11,3 millions

 

Sin embargo, éste trabajo no se centrará en el aspecto cuantitativo del fenómeno, por más importante que éste sea, y con el cual, como se ha dicho, bastaría para demostrar que la migración cubana hacia el exterior y, particularmente hacia EE. UU., (destino principal de la misma) no constituye un caso excepcional ni un suceso que desborde la casuística mundial en temas migratorios.

¿Por qué emigran, entonces los cubanos, según los enemigos de Cuba, la contrarrevolución interna y externa y toda la pléyade de medios vendidos y asalariados de la misma?

1. Emigran porque son perseguidos políticos y, en consecuencia, a los lugares que arriban les asiste el derecho de asilo y el status de refugiado político.

Esta es, posiblemente, la más infame de las calumnias que se esgrime en el campo contrarrevolucionario para atacar la Revolución Cubana, utilizando para ello el tema migratorio: que los cubanos salen de Cuba por cuestiones políticas y, en efecto, la mayoría de los que salen hasta se han creído, para justificar su salida de la Isla, la “justeza” de tan ruin y mezquino argumento que, a los lugares donde llegan solicitan el trato y status de refugiados políticos.

Nada más elocuente para refutar la absurdidad de dicha consideración que las palabras de Javier Carrillo, director del Servicio Nacional de Migración de Panamá, cuando unos 400 inmigrantes cubanos recurrieron a la opción de buscar asilo a través de la Oficina Nacional para la Atención de los Refugiados (organismo gubernamental) de ese país, “esa es una opción que tendrían los irregulares, quienes deben cumplir los requisitos para obtener tal estatus y, aunque no hago juicios de valor porque no es mi tema, me parece muy extraño que alguien se declare perseguido y salga legal (de su país) por un aeropuerto; eso no suena lógico”7. Hasta leerlo da vergüenza ajena, pero es tan descabellada la solicitud del título de refugiado político por un inmigrante cubano, la mayoría de los cuales sale de la Isla con visa o en calidad de turista, billete de ida y de vuelta, partiendo a los ojos de las autoridades cubanas y sin que nadie les detenga, que es difícil encontrar en la historia una incoherencia tan demencial para explicar la razón por la que se decide abandonar un país y pedir ser acogido en otro, como la que escogen los inmigrantes cubanos, y el adefesio de los medios de comunicación afines a la contrarrevolución cubana que tanto vocinglera dicho pretexto. 

Sin embargo, quien mejor lo sintetiza es lo dicho por Raúl Castro en el Parlamento cubano en 2011 “Los emigrados cubanos son, a resultas de la mentira repetida miles de veces, denominados ‘exiliados políticos’ que escapan del comunismo. Es decir, para [la gran prensa internacional] de Cuba los ciudadanos ‘se escapan’, mientras que del resto del mundo emigran”8 

2. Emigran porque en Cuba no hay una democracia establecida.

Otra de las falsedades de la contrarrevolución cubana en el campo de la migración, siempre orientadas a deslegitimar el proyecto revolucionario cubano, es mostrar el fenómeno migratorio de la Isla presentándolo como algo forzado, resultado directo del rechazo de sus ciudadanos al sistema político imperante, en aras de mostrar la migración cubana como fundamentalmente política y no como básicamente económica, de esa forma, como en la Isla (proclaman) no hay una democracia establecida, sus ciudadanos no tienen otro camino que verse obligados a abandonar el país en busca de la misma. Ésta también constituye una mezquina y mendaz argumentación, en aras de utilizar la migración como arma de ataque a la Revolución Cubana.

El argumento se desvanece por sí solo cuando comprobamos que los miles de migrantes cubanos transitan por siete países (si tomamos Ecuador como punto de partida de los mismos en los años anteriores a la pandemia Covid-19) o, cuatro países (si se toma Nicaragua como punto de partida en los años post Covid-19), todos de democracias burguesas establecidas, y alguno de ellos con “mito” y “fama” dentro de la misma (caso de Costa Rica) y en ninguno, ni por casualidad, se han establecido, porque su objetivo no es la democracia, sino los altos niveles salariales de EE.UU.; en otras palabras, conseguir como muchos en la región de las Américas (y no solo en ella) el llamado “sueño americano”.

3. Emigran porque en Cuba no hay libertad.

Esta es una de las mentiras más difundidas de forma general por los multimedias occidentales y, más en particular, por la contrarrevolución cubana y sus medios afines, sobre las causas que provocan la emigración cubana hacia el exterior, que sus ciudadanos carecen de libertad, algo que se desmonta y cae por sí mismo cuando apreciamos que los cubanos, después de llegar a EE. UU. y obtener al año y un día la residencia, algo que solo lo pueden alcanzar en EE. UU. los emigrados cubanos, el primer lugar que escogen para viajar es precisamente Cuba, su país de origen, del que presuntamente han salido porque no había libertad y no podían gozar de ella. Que le pregunten a los exiliados chilenos, argentinos y paraguayos, también emigrados que lo hicieron por la falta de libertad en sus respectivos países, que también huyeron de las dictaduras de Pinochet, Videla y Stroessner si podían hacer lo mismo que hacen los emigrados cubanos, tan pronto pueden viajar y eligen su primer destino cuando, contradictoriamente a lo que propagan los facinerosos medios de la contrarrevolución cubana, eligen Cuba como lugar para pasar sus vacaciones.

Es un hecho llamativo también, cuando se visita la Isla, la indumentaria de los emigrados cubanos que la visitan: exhibición de gruesas cadenas, anillos y otras valiosas joyas de oro. Es curioso constatar que con esas mismas prendas no puedan caminar libremente por las calles de Miami porque pueden perder la vida, mientras se pueden pasear con ellas, ostentándolas espléndidamente, por cualquier calle de ciudad o pueblo de Cuba donde, supuestamente, la libertad está coartada.

Causas de la emigración cubana.

Las causas de la emigración cubana no son distintas de aquellas que ocasionan la migración a nivel mundial, aunque si revista características específicas.

La primera y principal causa de la migración cubana viene dada por la acción continuada de la ley del valor mundializada, dentro de la única división internacional del trabajo existente en el mundo, la capitalista, que segmenta la economía mundial en una estructura que privilegia y perpetúa la desigual distribución de los ingresos a nivel local, regional y global en tres áreas perfectamente definidas y delimitadas: centro, semiperiferia y periferia, donde al centro fluye de forma incesante la plusvalía que se crea en las demás regiones, pero que se hace brutalmente grande, alcanzando dimensiones de expolio y saqueo, desde la periferia (donde se encuentra ubicada Cuba) hacia la zona central de dicha división del trabajo.

Lo anterior se traduce en que los niveles salariales y estándares de vida en el centro son abrumadoramente superiores a los del resto de la economía-mundo capitalista erigiéndose en la causa principal que origina los desplazamientos de la población de una zona a otra9. En otras palabras, la migración económica a nivel mundial en general y cubana en particular tiene raíces económicas y, en el caso concreto de EE. UU., se hace aún más intensa por ser la potencia hegemónica dominante de dicha división internacional del trabajo, algo que lo hace un atractor muy fuerte de los flujos migratorios mundiales y que resulta más intenso mientras más cercana es la proximidad geográfica.

Dicho de otra manera: con independencia del tipo de gobierno y sistema sociopolítico que haya en Cuba, dada su cercanía a EE. UU. y su posición periférica en la división internacional capitalista del trabajo habría un gran flujo migratorio desde la Isla hacia los EE. UU, no en balde México es el principal emisor de migrantes hacia ese país.

Factores que contribuyen, adicionalmente, a que el potencial migratorio cubano se vea especialmente estimulado y de manera muy significativa.

El factor más importante es la Revolución Cubana como hecho histórico y lo que ésta significó para el propio pueblo cubano, América latina y el mundo, lo cual generó un gran odio entre las clases adineradas desplazadas del poder en Cuba en 1959 coaligadas con los poderosos del mundo que vieron con gran miedo y preocupación el ejemplo que emanaba para el mundo de la Isla caribeña.

Es así que el 2 de noviembre de 1966, de conformidad con la política hostil del Presidente Lyndon B. Johnson, el Congreso de los Estados Unidos decidió adoptar la Ley de Ajuste Cubano – todavía vigente hoy día – que otorga un estatus especial a todos los cubanos que se marchan del país a partir del 1 de enero de 1959. Esta legislación, única en el mundo, permite a todo ciudadano cubano que emigre legal o ilegalmente a los Estados Unidos conseguir al cabo de un año y un día el estatus de residente permanente, así como distintas ayudas sociales. Se puede considerar que este texto constituye objetivamente una herramienta de incitación a la emigración legal e ilegal.

“Para ajustar el estatus de los refugiados cubanos y hacerlos residentes legales permanentes de los Estados Unidos, y para otros motivos, […] el estatus de todo extranjero nativo o ciudadano de Cuba y que fue tramitado y admitido o que se encuentra en libertad condicional en los Estados Unidos después del 1ro de enero de 1959, y que ha estado físicamente presente en los Estados Unidos durante al menos dos años [un año y un día], puede ser ajustado por el Ministro de Justicia […] como extranjero legalmente admitido para una residencia permanente. […] Las provisiones de esta Ley se aplican a la pareja y a los hijos de todo extranjero descrito en esta subsección, sin consideración de su ciudadanía y lugar de nacimiento, que viven con el extranjero en cuestión en los Estados Unido” (United States Congress, «Cuban Adjustment Act», Public Law 89-732, 2 de noviembre de 1966)

Que los derechos y prebendas únicas que gozan los emigrados cubanos en EE. UU. se lo deban a la Revolución realizada por Fidel Castro lo demuestra el hecho que esta ley no concierne a los que llegaron antes del 1 de enero de 1959, con lo cual no pueden beneficiarse de ésta. Dicho con otras palabras: en temas migratorios hay cubanos de primera y de segunda clase, todo estriba en el hecho de haber arribado a EE. UU. antes de la Revolución de Fidel Castro y los guerrilleros de Sierra Maestra o posterior a ella, ni en eso la contrarrevolución cubana tiene vergüenza.

Esta ley tiene una dimensión desestabilizadora pues es el instrumento de una política que busca a promover la emigración de los cubanos hacia los Estados Unidos.

La única categoría de personas entre todos los habitantes del planeta que dispone del privilegio de poder adquirir la residencia legal en los Estados Unidos, si se presenta a las autoridades, es la de origen cubano. El 1 de agosto de 2011 Raúl Castro ponía el dedo en la llaga cuando lanzaba esta pregunta que, como él dice, nadie responde “¿Qué pasaría si en Estados Unidos o la Unión Europea se pusiera en vigor una ley de ajuste latinoamericano, asiático o africano? La respuesta es obvia. Ahí está el gigantesco muro construido en la frontera norte de México y las miles de muertes que, año tras año, se producen en desiertos y mares aledaños a los centros del poder mundial”10, solo desearíamos agregar que, si dicha ley existiera para el resto del mundo el capitalismo dejaría de existir al instante, porque se acabaría con la segmentación económica mundial, las disparidades salariales globales y la etnización de la fuerza de trabajo mundial, rasgos que sostienen al capitalismo como sistema histórico. 

En este sentido, EE. UU. es el único país en el mundo que dispone de una ley que estimula, promueve y busca con mucha publicidad y campañas mediáticas la incitación a provocar la emigración de cubanos, únicamente de cubanos. Otros inmigrantes abandonados a su suerte y/o en situación irregular no disponen de estos privilegios a disposición únicamente de los cubanos llegados a EE. UU. después de la victoria de la Revolución Cubana.

El otro factor, muy relacionado con el anterior, es el bloqueo económico de EE. UU. contra Cuba. 

Es bueno señalar que el bloqueo norteamericano a Cuba, que contempla medidas económicas, financieras y comerciales, se promulga y pone en vigor desde los mismos inicios de la Revolución, pero las relaciones establecidas con la Unión Soviética y demás países llamados socialistas no eran vínculos estrictamente capitalistas, lo que permitió durante treinta años a Cuba sortear exitosamente el asedio norteamericano, cuyo objetivo era asfixiar por hambre, carencias materiales y enfermedades al pueblo cubano, pero después del derrumbe del socialismo en estos países, hechos que se produjeron entre 1989 y 1991, Cuba se vio por primera en su historia parcialmente fuera de la única división del trabajo que existe a nivel mundial: la capitalista y, si estar dentro de la división internacional capitalista del trabajo formando parte de la zona periférica (caso de Cuba y de la mayoría de los países del mundo) es dañino, por cuanto la capacidad de apropiarse de una parte de la riqueza producida, incluso la generada dentro de su territorio es escasa, no formar parte de la misma es aun peor, porque ni el acceso a esa ínfima riqueza le es posible.

Todo lo anterior ha llevado a que aumenten las carencias del pueblo, afecten su calidad de vida, alimentación, salud, etc., y como es lógico sea un factor que estimule las personas a emigrar. En ese sentido Cuba es un país único en la región del Caribe y las Américas y, si exceptuamos al pueblo palestino, es el pueblo más castigado en los últimos 64 años, motivo por el cual Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, consideraba  que “merece el premio de la dignidad”

Con relación al bloqueo norteamericano a Cuba resulta necesario realizar una puntualización: producto a la asfixia que el mismo ha provocado en la economía cubana con graves repercusiones en su población, el gobierno cubano, pese a su vocación socialista y de justicia social, se ha visto en la obligación de tomar una serie de medidas de carácter capitalista para sortear el cerco impuesto; entre ellas está la decisión de crear las llamadas mipymes, las que más por un sesgo político-ideológico que económico, han sido autorizadas por EE. UU. a importar una serie de productos desde ese país, hecho que colocó al país norteamericano en el sexto país del mundo con mayor volumen de exportaciones hacia la Isla en 2022, según  la oficial Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), lo que ha dado lugar a que los medios de la contrarrevolución cubana se explayen afirmando que, en contra de lo que dice el gobierno cubano, las privaciones que sufren los cubanos no se deben al bloqueo. Es imposible encontrar tanto descaro y cinismo: en primer lugar, el ejemplo descrito no es porque se haya acabado el bloqueo, sino que se ha podido soslayar una pequeña e ínfima parte del mismo; no ha sido por la anuencia de la contrarrevolución cubana asentada en Miami, sino a pesar de ella; además, Cuba sigue sin poder exportar nada al mercado norteamericano, EE. UU. sigue persiguiendo toda operación de Cuba en el exterior para boicotearla y abortar su realización, desde la compra de combustible para detener el país, hasta medicamentos para matar a su población y alimentos para rendirla por hambre; impide que sus ciudadanos visiten la Isla, impide el envío de remesas y, al incluirla entre las naciones patrocinadoras del terrorismo internacional, veta su acceso al sistema financiero internacional, siendo el único país del mundo que funciona sin créditos. Es tan repugnante y repelente la contrarrevolución cubana que, hasta algo que se ha logrado sin su beneplácito y en contra de su voluntad, lo utilizan para atacar con rencor, resentimiento y odio exacerbado la Revolución Cubana. 

Para concluir, a modo de resumen, nada mejor que la intervención del presidente cubano Díaz-Canel en la reciente Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno sobre migración, Encuentro de Palenque: por una vecindad fraterna y con bienestar, celebrada en Chiapas, México, el 22 de octubre de 2023  “Resulta imposible comprender el volumen y la naturaleza de los flujos migratorios de cubanos que transitan por países de la región con destino a los Estados Unidos, sin considerar el peso de estos factores, que la singularizan y refuerzan”, y que “Modificar las causas estructurales de la migración cubana, tanto la regular como la irregular, e influir de manera fundamental en la reducción de los flujos de migrantes cubanos por diversos países, está en manos de las autoridades norteamericanas”11

Por último, unas cifras presentadas en la acostumbrada conferencia de prensa conocida como las “Mañaneras”, por el presidente de México López Obrador, que contabiliza el paso de personas migrantes en la frontera norte de México por nacionalidad en lo que va de 2023. La flecha de color azul representa a Cuba y, como puede apreciarse dista mucho de ser cubanos (5º) los primeros en el ranking por debajo de venezolanos (cuyo país también está sometido desde hace años a una guerra económica), guatemaltecos, hondureños, colombianos y ecuatorianos. Esta es otra prueba de las falsedades y calumnias que lanza contra Cuba la contrarrevolución cubana utilizando para ello la cuestión migratoria.     

Fuente: Mañanera del 23 de octubre 2023 del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, Palacio Nacional Ciudad de México. La flecha indica la línea del comportamiento de la migración cubana en el periodo indicado.

Notas

1. Discurso en palenque, Chiapas, México 22 octubre 2023. http://www.cubadebate.cu/opinion/2023/10/23/la-causa-fundamental-de-la-migracion-irregular-esta-en-las-condiciones-socioeconomicas-de-los-paises-de-procedencia/

2. Hernández, Rafael. Los números de la migración. http://www.cubadebate.cu/opinion/2022/11/19/los-numeros-de-la-migracion/

3. Hernández, Rafael. Los números de la migración. http://www.cubadebate.cu/opinion/2022/11/19/los-numeros-de-la-migracion/ las negritas son de Hernández

4. Ibídem

5. Las cifras que se revelan en los siguientes 10 puntos y las dos tablas que se adjuntan constituyen un resumen del profundo, objetivo y excelente trabajo del profesor Salim Lamrani, periodista francés, especialista en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Descartes y la Universidad  Paris-Est Marne-la-Vallée. Disponible en https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/21355

6. Más abajo se explica en que consiste y las implicaciones de la misma.

7. http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/03/14/panama-ordena-inmigracion-y-obliga-a-los-cubanos-a-cumplir-la-ley/ 

8. https://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/08/01/toda-resistencia-burocratica-al-estricto-cumplimiento-de-los-acuerdos-del-congreso-respaldados-masivamente-por-el-pueblo-sera-inutil-video/ 

9. Hay una tendencia a ver los flujos migratorios como algo que se hace por una necesidad, pero donde los necesitados son los que emigran desde la periferia capitalista, y se olvida que también los países situados en la zona central del capitalismo también la necesitan: para cubrir trabajos que los nacionales de los países ricos no realizan y mantener los salarios en niveles bajos,  en el sistema-mundo capitalista/moderno “siempre hay individuos que son ‘negros’ [y] si no hay negros, o si su número es excesivamente reducido, siempre se pueden inventar ‘negros blancos’” (Wallerstein, Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo. Ediciones Akal, S. A., 2004. p. 323.)

10. https://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/08/01/toda-resistencia-burocratica-al-estricto-cumplimiento-de-los-acuerdos-del-congreso-respaldados-masivamente-por-el-pueblo-sera-inutil-video/

11.  http://www.cubadebate.cu/opinion/2023/10/23/la-causa-fundamental-de-la-migracion-irregular-esta-en-las-condiciones-socioeconomicas-de-los-paises-de-procedencia/

* Gracias a Rodolfo Crespo

RODOLFO CRESPO
RODOLFO CRESPO

 

 

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