Calafateando

Una historia que se repite - por Erasmo Quintana *

Los de Coalición Canaria vienen demostrando que son unos excelentes estrategas y, como el gato negro de Edgar Poe, que cuanto más acosado está en un rincón sin posibilidad de huída, más saca la fiera que lleva dentro, es la situación actual de un partido en minoría, por lo que en la importante estancia de la intendencia coalicionera hay en el centro una mesa enorme y encima desplegado un buen mapa político de Canarias, donde los estudiosos van colocando cada pieza en su lugar, movimientos taimados que realizan con el fin de perpetuarse en el poder. Poder que además le viene dado en parte desde la lejana Metrópoli (PP-PSOE), para que no se les tiren al monte con veleidades independentistas -ahí el precedente de Cubillo-, algo tan fácil como recurso que tienen siempre a mano los nacionalismos. En la misma clave, el no meterle mano durante años a los Pujol-Convergència de Artur Mas, por aquello del 3%, a cambio de dormir la secular reivindicación de independencia catalana. No obstante, en el momento actual es notorio el cambio radical en la estrategia.

El nombramiento de Esther Monzón, consejera del partido Unidos por Gran Canaria,  que preside José Miguel Bravo de Laguna, no tiene nada de inocente, o de algo que pudiera considerarse de irremediablemente necesario. Sin embargo nos venden que fue elegida para el Área de Salud de Gran Canaria del Gobierno canario por su perfil técnico, como si no existiera nadie más preparado que ella. Nos toman a todos por idiotas; sin éxito, mis amigos, porque el menos avisado ve que es una jugada urdida para desestabilizar la dirección aquí de CC, prefiriendo poco menos que liquidarla, puesto que lo que hay y nada, a los de ATI lo mismo les da, al tiempo que neutralizan la rivalidad de un partido con vitola parecida a CC de Tenerife, además de posible socio en los próximos comicios nacional y autonómico.

Una pica en Gran Canaria en toda regla. Al secretario insular, Fernando Bañolas, que viene administrando aquí la franquicia de ATI-CC lo dan por amortizado. Éste, un valioso peón que se encontraron en el momento del rompimiento de ICAN con Tenerife, causado al comprobarse que Manuel Hermoso y su estado mayor habían roto el compromiso acordado de la alternancia: presidencia para una Isla capitalina en una legislatura, y para la otra en la siguiente. Muy sibilinos vieron en esto que ellos serían los únicos dueños y señores de la política regional, como así fue, por lo que el guíense llegó a estar, desde la capital tinerfeña a la ciudad de Los Adelantados pasando por Taganana elevado en una peana a los altares, valorada su elección chicharrera como se merecía, porque pudo ser uno más de los miembros que fundaron Nueva Canarias. Pero no, Bañolas prefirió profesar fidelidad a los descendientes de ATI. Los mismos que ahora lo hacen pasar por las horcas caudinas del escarnio, siendo como es por su responsabilidad orgánica uno de los llamados a ocupar algún cargo en este Gobierno en minoría, después de reestructurarse por la salida del PSC-PSOE. Sonó en los inicios como uno de los que podía ser nombrado nuevo consejero de Sanidad, o viceconsejero -él es médico-, cargo que finalmente recayó en el independiente José Manuel Baltar. Pero los desaires para Fernando Bañolas no terminaron en esto; le quedaba todavía, para mayor prueba de afrenta, la indiferencia ática –el si te vi no me acuerdo-, pues le nombraron, sin consultarlo, a una militante de otro partido insularista -consejera del Cabildo, donde él está-, dejándolo corrido, avergonzado y con tres palmos de narices. Amagó con dimitir de sus cargos, cosa que dejó pendiente hasta que su tocayo Clavijo le dé explicaciones. ¿Se las dará, y las podrá entender? He ahí la cuestión.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana