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sábado, 27 de abril de 2024 09:50h.

Se hunde el mito del pueblo elegido y su Estado invencible - por Juan Manuel Olarieta

 

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Se hunde el mito del pueblo elegido y su Estado invencible 

 por Juan Manuel Olarieta 

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En el tratamiento mediático del ataque palestino del sábado destaca un punto común sobre el que los comentaristas parecen haberse puesto de acuerdo: el fracaso de los antaño todopoderosos servicios de inteligencia israelíes, el Mossad y el Shin Bet, a los que acompañan el ejército y su imponente “Cúpula de Hierro”, un sistema antiaéreo impenetrable.

Unos fuegos artificiales y unos parapentes caseros han ridiculizado a la más acreditada tecnología militar. Es lo peor que se puede decir de un país que vive en pie de guerra desde su fundación en 1948.

Las grandes potencias imperialistas, las organizaciones militares, como la OTAN, y sus tentáculos locales, como Israel, viven del aura de invencibilidad que han sembrado cuidadosamente durante décadas, con el inestimable apoyo del cine y los medios de comunicación.

La hegemonía imperialista es así; no sólo vive de la fuerza sino de los mitos que expande a su alrededor y que alimenta cada día con arrogancia. Israel forma parte de esos mitos que los imperialistas han levantado. Es casi un ejemplo vivo de lo que es el colonialismo, de su esencia misma. Más que de la superioridad del “pueblo elegido” (elegido por dios) habría que hablar de supremacía: masacres, apartheid, limpieza étnica, murallas, vejaciones…

No hay nada peor que el desmoranamiento del mito para que el Estado que lo ha cultivado se hunda estrepitosamente. El Washington Post escribe en un editorial: “La escala y el alcance del bombardeo [palestino] del sábado no tuvieron precedentes […] a pesar de que la frontera entre Israel y Gaza es una de las más fuertemente fortificadas de la región, rodeada por una barrera de alta tecnología custodiada por puestos militares”.

Quizá no sea necesario invocar al enemigo tradicional de Israel, a agentes exteriores, como los palestinos, sino al propio “pueblo elegido”, cuyas entrañas se venían pudriendo desde hace meses sin que ni dios pudiera remediarlo. Hace meses que las calles de Israel se llenan de colonos que protestan contra el gobierno de Netanyahu por la reforma judicial.

“El primer ministro, que se enorgullece de su vasta experiencia política y de su espíritu insustituible en materia de seguridad, no reconoció en absoluto el peligro en el que, conscientemente, ha conducido al país cuando estableció el gobierno de anexión y expropiación, cuando nombró a Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir para sus puestos clave, y cuando siguió una política exterior que ignoraba públicamente la presencia y los derechos de los palestinos”, dice Haaretz, el periódico que mejor expresa la mala conciencia israelí.

Un Estado como el de Israel edificado sobre la ignominia no puede durar, ni siquiera manteniendo militarizada a su población un año tras otro. No es necesario que nadie lo asalte en parapente desde el otro lado de sus imponentes murallas. Hace 10.000 años en Palestina ya existía una ciudad amurallada, como Jericó, la primera de la historia. Según la Biblia (Hebreos 11,30-34) aquellas murallas fueron derribadas… por la fe.

En efecto, la fe mueve montañas y la resistencia palestina lo ha vuelto a demostrar. De nada valen los tanques ni la artillería antiaérea de última generación, porque ha llegado en motocicleta un pueblo sometido resuelto a acabar con los cómplices y los tibios apegados al televisor. Los palestinos se han vuelto a ganar, una vez más, el respeto y la admiración del mundo.

* Gracias a Juan Manuel Olarieta

https://mpr21.info/se-hunde-el-mito-del-pueblo-elegido-y-su-estado-invencible/

JUAN MANUEL OLARIETA
JUAN MANUEL OLARIETA
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mancheta oct 23