El federalismo asimétrico pasa también por vehicular las relaciones exteriores con voluntad colectiva activa y partícipe. Que es lo que Fernando Clavijo desea estos días en los que Marruecos desarrolla maniobras militares cerca de Canarias y usurpando la mar saharaui. Por eso a CC no le es ajeno lo que acontezca en Cataluña y País Vasco. Por eso a CC el discurso neoespañolista (mesetario) juega en su contra. Por eso a CC no le interesa ser un foralismo navarro que respalda sin más (acríticamente) a las derechas en Madrid. Razones, por tanto, hay muchas para que CC fuese realmente nacionalista e ir de la mano de vascos y catalanes. Lo de Marruecos es tan solo un ejemplo; eso sí, significativo.

Ayer Clavijo recibió la llamada del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para aclararle si Madrid sabía de antemano o no la reacción a modo de provocación de Rabat fruto de la potencial sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Que José Manuel Albares supiese algo realmente, despierta dudas. Mohamed VI hace lo que le place y le es indiferente, hasta la fecha, cómo lo recibe el Gobierno español. Recordemos que fue Marruecos el que desveló y filtró a los medios de comunicación la misiva de Pedro Sánchez en la que perpetró el ‘volantazo’ y dejó tirado al pueblo saharaui. Una carta de la que el propio ministro se desentendió; como que la cosa no había ido con él sino que era producto de la interlocución directa entre Sánchez y Mohamed VI.

Además, hace tiempo que Marruecos juega a los hechos consumados. Y esto implica necesariamente no avisar. Y si quieres presionar a Madrid y, por ende, a la Unión Europea, pues no adelantas nada sustancial y que se encuentren con la dimensión efectiva de la sorpresa militar los afectados. En este caso, y directamente, Canarias. En la meseta no inquieta lo que acontezca a este respecto por estas latitudes.

Es obligación de Clavijo moverse y reclamar información de Madrid. Lo que hoy son maniobras navales porque a Rabat no le gusta la justicia europea (TJUE) que, todo apunta, sentenciará en firme que los acuerdos comerciales entre Bruselas y Marruecos no son válidos porque no tienen en cuenta al Frente Polisario, mañana serán amenazas mayores. Sobre todo, si gana Donald Trump las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre. Esto será patente de corso para Mohamed VI; al igual que para Israel. Por eso, y otros motivos, la política exterior de Sánchez hacia Marruecos (y el Sáhara Occidental) perjudica a Canarias; máxime, con el transcurso del tiempo. Clavijo debería buscar el respaldo del Parlamento, seguro que tendría más respaldos que los ajustados al pacto de Gobierno.