Buscar
lunes, 29 de abril de 2024 10:59h.

Las invasiones bárbaras - por Antonio Cabrera de León

 

fr acdl

Las invasiones bárbaras - por Antonio Cabrera de León *

“Las invasiones bárbaras” es una estupenda película, canadiense creo, de hace unos 20 años. Le tomo el nombre para hablar de civilización frente a barbarie. La civilización es un acuerdo de la humanidad mediante el cual las personas vivimos juntas para defendernos de los peligros que nos traen la naturaleza y, sobre todo, la barbarie de otros seres humanos. Toda civilización se fundamenta en la ética, entendida como la moral común, la moral pública por la cual aceptamos límites para nuestra libertad individual a fin de respetar la libertad de las demás personas.

Quien no acepta límites a su libertad individual, es una persona ajena a la civilización. Es alguien que defiende su libertad absoluta, es decir, la barbarie. Los bárbaros emplean su fuerza física o su dinero para imponer la ley del más fuerte, con la cual invaden la libertad de otras personas para despojarlas de cualquier derecho o propiedad que ansían poseer sólo ellos. El triunfo de la libertad absoluta implica la desaparición de la ética. En su nombre hemos visto defender la esclavitud, la prostitución, la pederastia, el alquiler de mujeres para la gestación de bebés, o la libertad de tomar cañas en mitad de una epidemia.

Con el triunfo de la libertad absoluta, los bárbaros imponen las leyes que favorecen sus intereses, educando a los desposeídos en la creencia de que las leyes son la justicia. Generaciones enteras crecen creyendo que la ética está recogida en el derecho, ignorando que éste es un conjunto de normas redactado a favor de los intereses bárbaros. Las gentes llegan a identificar estos intereses con los valores y el bien común. Aceptan así que la propiedad privada es un derecho natural y superior a cualquier derecho común, siendo entonces ético, por ejemplo, acaparar toda la comida y dejarla podrirse en unos almacenes privados hasta que la población muera de hambre o encuentre el dinero para pagarla al precio fijado por el bárbaro.

Las leyes máximas, “el anillo para gobernarlos a todos”, son las constituciones democráticas que tienen redactados en su seno los procedimientos que salvaguardan la libertad absoluta de los bárbaros y por tanto su poder e intereses. Educados para ello, decimos que es “constitucional” que el derecho a la propiedad privada tenga el mismo rango que el derecho a la vivienda, sin plantearnos que hay millones de personas sin casa junto a unos pocos que tienen millones de viviendas.

Sólo el pensamiento permite entender el engaño e indignarse ante el expolio. La falta de reflexión lleva a aceptar que “las cosas son así”. Entonces damos por bueno que con el dinero de todos le hagan una estación de metro al Real Madrid, le concedan la construcción del aparcamiento de su estadio al constructor que lo preside, le den las concesiones de servicios públicos municipales a empresas privadas que hacen regalos a los alcaldes y concejales, urbanicen terrenos comprados por los bárbaros como rústicos, y se financie generosamente con dinero de todos a los bárbaros para que ellos financien a los partidos políticos que trabajan para sus intereses.

Defender la civilización es oponerse a todo eso, exigir respeto al bien común y encarcelar a quien lo ataca. Es indignarse ante la injusticia, o dejar que la civilización sucumba y caer derrotados ante las invasiones bárbaras.

* Gracias a Antonio Cabrera de León

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA

 

mancheta junio 23