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viernes, 26 de abril de 2024 08:03h.

Las Secuelas de las Dictaduras (y III) - por Carlos Gallo Garavano

Existen más responsables e inductores

Las Secuelas de las Dictaduras (y III) - por Carlos Gallo Garavano (*)

                                            

Existen más responsables e inductores

Las noticias internacionales de 2002 informaron de la muerte de Hugo Banzer, en 2006 de Augusto Pinochet (gran admirador de Francisco Franco) y en 2013 de Jorge Videla, dictadores y represores  en los años 70 del siglo pasado en Bolivia, Chile y Argentina respectivamente, con la particularidad que el primero con los años se presentó democráticamente en las elecciones presidenciales de Bolivia, ganando en dos oportunidades pero gobernando en una entre los años 1997 y 2001.

Los familiares de las víctimas de las represiones ejercidas por los mencionados dictadores; que murieron pensando y afirmando que hicieron el bien para sus países; son los capacitados para decir si las mencionadas noticias hay que recibirlas con alegría por la desaparición del represor o con tristeza porque no continúa pagando su culpabilidad.

El subtítulo que encabeza este artículo es como consecuencia de la cantidad de personas y organismos internacionales que tuvieron relación directa o indirecta con las actuaciones de militares dictadores y represores de América del Sur y que nunca dieron explicaciones por sus actitudes y menos que hayan sido enjuiciados. En la primera y segunda parte de este artículo se han mencionado muchos posibles potenciales responsables e inductores.    

Partiendo de la base que ningún ser humano nace con ideas represoras, por lo tanto no hay que olvidar la formación recibida por esos jóvenes de 15 a 18 años que ingresan en el Colegio Militar, donde sus profesores han sido los posibles responsables iniciales de los futuros y potenciales dictadores y represores, al recibir una variedad de lemas para clasificar y calificar la peligrosidad de los ciudadanos del país y del mundo, que sin necesidad de escucharlos hablar, se establecía el ranking de peligrosidad (= comunista) en base a la vestimenta, utilización de pantalón vaquero, barba, bigote, tipo de gafas, tatuajes, canciones, etc  

Al finalizar su etapa de jóvenes militares y con un perfil adecuado, muchos recibían instrucción en la llamada “Escuela de las Américas” ubicada en la Zona del Canal de Panamá, de  dominio de EEUU hasta fin de 1999, donde funcionó la mencionada escuela desde 1946 a 1984 y cuyas instalaciones en el año 2000 se transformaron en el hotel de 4 estrellas Meliá Panamá Canal, graduándose más de 60 mil militares y policías de 23 países de América, algunos de ellos de especial relevancia por sus crímenes contra la humanidad.

El Ejército de los Estados Unidos a partir del año 1946 dispone de una organización para la instrucción militar y se denomina “Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad” que a su vez gestionaba la Escuela de las Américas.

La República Francesa en la década de 1960 y 1970 ya era una gran defensora de los derechos humanos, pero además se dedicaba a la instrucción de militares de diferentes países del mundo, en la guerra antisubversiva o contra-insurrección, mediante el cuerpo especializado del General Paul Aussaresses y sus diez veteranos de la guerra de Argelia o la organización terrorista francesa de extrema derecha denominada (OAS) Organización del Ejército Secreto.

El general francés fue designado agregado militar de la embajada francesa en Washington,  a partir de 1961 para asesorar a los norteamericanos con sus experiencias de guerra, que luego fueron de gran utilidad para la inspiración del Programa Phoenix durante la guerra de Vietnam, posteriormente se trasladó a Brasil en 1973, donde existía una dictadura militar, manteniendo vínculos muy estrechos con los militares de la región, a los que entrenó en la guerra de contra-insurrección y también en el uso de la tortura, que luego fue ampliamente utilizada por los regímenes militares de Sudamérica contra sus opositores de izquierda. También una mención especial para todo lo relacionado con los “escuadrones de la muerte”.

La terrible dictadura argentina de Jorge Videla entre los años 1976 y 1983 utilizó exactamente las lecciones aprendidas de los franceses y según los especialistas entendidos en estos temas, fue una réplica de los métodos y estrategias que aplicaron los franceses en la guerra de Argelia

MI CEREBRO TRAIDOR

En el instante del 17 de mayo cuando recibí la noticia de la muerte de Videla en la cárcel, mi cerebro funcionó más rápidamente que mis pensamientos y en forma instantánea me envió un sentimiento de pena, interpreto que al darse la circunstancia que se trataba de una persona de 87 años que moría en la cárcel, ante lo cual reaccioné razonando que MI CEREBRO ME HABÍA TRAICIONADO, corrigiendo inmediatamente mis sensaciones y pensamientos.

Para mí ha sido una nueva experiencia para nada agradable y en un tema tan delicado, descubriendo que no tenemos el 100% de control sobre el propio cerebro y como atenuante lo relaciono con mis años vividos en Argentina desde que nací hasta los 34 años cuando en 1986 trasladé mi residencia a Canarias junto a mi familia y si tengo en cuenta los 20 años vividos con uso de razón o sea desde los 14 años, mi cerebro estuvo marcado por las dictaduras de Onganía y Videla, que sumaron 15 años contra los 5 años de democracia entre los años 1973 a 1976 y 1983 a 1986.

Desde 1986 mi cerebro solo tuvo la influencia de la democracia española.

(*) [email protected] - Carlos Gallo Garavano, reside en el Sureste de Gran Canaria