Mafia y corrupción, también en Canarias - por Erasmo Quintana *

Lo peor del género humano lo vemos en cualquier faceta de la vida, pero me atrevería a decir que donde se explicita más diáfano es en el terreno de la política. Corrupción es la constante en la historia conocida de España.

El ser humano, el hombre, tiene una inclinación innata a este incuestionable fenómeno, circunstancia que va con él (si es político con mayor fuerza) desde que tiene uso de razón. Da la impresión que la política, si no lleva corruptela en su mochila no es política.

En todas las épocas del devenir hispano se detectan prácticas corruptas y mafiosas, desde el valido de Antonio Pérez en el reinado de Felipe II, el cual tiene un interesante estudio realizado por el doctor Gregorio Marañón; del militar golpista generalísimo de los ejércitos Francisco Franco, que comenzó el camino de su enorme riqueza personal nada más iniciada la guerra cainita del 36, hasta nuestros días, donde hemos sido testigos de modernas prácticas mafiosas, de las que no se libran casi ningún partido político.

Franco acumuló una fortuna de 400 millones gracias a su entramado corrupto, Juan Miguel Baquero EL DIARIO

Bien mirado, la corrupción en nuestro país no extraña a nadie, pues se practicó desde la Jefatura del Estado, con el Emérito, máxima autoridad y representación del país, y de ahí hacia abajo hasta el mínimo ente que tiene que ver en la escala administrativa.

¿Hasta dónde llega la fortuna del rey Juan Carlos? LA SEXTA

Es un mal que se acaba aceptando  como algo irremediable (¡qué le vamos a hacer!), porque donde quiera que hay seres humanos hay mafia y corrupción, comprendida en general. Ello, mis estimados, es causa de que aquí en este maravilloso archipiélago canario también se han dado y dan prácticas corruptas. No detallaré todos los casos que son, importantes y numerosos, ya que no es grato regodearse en cosas tan pestilentes. Sí traer aquí efectos que delatan la corruptela. Entre muchas, ahí tenemos el caso Eolo; el “miserable” ataque a un hombre íntegro y preparadísimo: arquitecto, abogado y profesor universitario, Carmelo Padrón, al que tuvieron catorce años en la nebulosa de sospecha culpable, Judicatura de por medio, obligado al abandono de su cargo público, hasta que se descubrió que todo fue un montaje de persecución a un hombre bueno.

Hay una Ley de Memoria Histórica en vigor -esa que los concernidos quieren que olvidemos- la que Santa Cruz de Tenerife no acata porque no le da la gana. Allí se cuentan por decenas símbolos a la mayor gloria de la dictadura de Franco, y que hacerlos desaparecer es misión imposible. Curioso que las leyes en este país se acatan y respetan dependiendo de si son o no del gusto de quienes gobiernan. Una cosa tenemos clara: que la capital de Tenerife es franquista hasta las trancas, a cerca de cincuenta años de fallecido el dictador. ¿Qué ocurre en Santa Cruz venerando en democracia a una dictadura nazi-fascista, habiendo sido gobernada en distintas etapas por el PSC-PSOE y Coalición Canaria? El no acatar una ley en vigor conlleva, según qué casos, multa pecuniaria o cárcel, y ante la “rebeldía” manifestada por los gobiernos de Canarias, ¿no existen mecanismos judiciales coercitivos que obliguen a los santacruceros a cumplir con la Ley? Si un ciudadano la incumple, le cae una gran piedra en la cabeza, metafóricamente hablando, porque la Ley hay que respetarla y acatarla siempre, aunque no guste. Esto es también corrupción ¿o no?

Como estamos hablando de actos mafiosos y del Gobierno de Canarias, lo más reciente es esa persecución del nuevo gobierno que ha recuperado Coalición Canaria y su presidente, Fernando Clavijo, pasándole factura al ciudadano Carlos Sosa en represalia al medio digital, Canarias Ahora, y al programa televisivo Informe Trópico, de los que es cirector, por ejercer su trabajo periodístico. Aquí quede bien claro que perseguidor y perseguido me dan exactamente lo mismo. De ello únicamente me interesa la “injusticia” que se practica desde la fuerza del poder sobre un ciudadano cualquiera, cuando con su libertad democrática dice lo que cree procedente. 

Con este director de programas televisivos y medios digitales hay una persecución enfermiza nada más han sido CC y PP quienes formaron gobierno y el señor Clavijo su presidente. Es injusto el trato que se da a este director periodístico desde la posición de fuerza de la autoridad presidencial. Olvidan que, con la libertad, ejerce su oficio censurando todo aquello que cree que es censurable, pues para ello están (o deben estar) todos los medios de comunicación, sin que tenga que ver la voz de su amo.

Por otro lado, el PP aquí ha dado nuevamente ejemplo de incongruencia -como en otras comunidades-, pues afirma que “debe gobernar la lista más votada”. Núñez Feijóo exige la presidencia por lo mismo, pero en las autonomías donde son perdedores se unen a Vox para hacerse con el gobierno, y la lista más votada, a la oposición. 

Desde el mismísimo minuto uno, la persecución ejercida por el reelegido presidente autonómico ha sido despiadada, convirtiendo la vida de Carlos Sosa en un calvario. Encargó al diputado José Alberto Díaz-Estébanez (CC) para atacarlo rabiosamente. En el Parlamento le dedicó toda clase de lindezas: “A tu periodismo basura le quedan dos telediarios”; “¿Qué tal tus contratos con RTVC”; “Se te acaba el chollo”; “Curbelo ha pedido la cabeza de un gangster que lleva incomodándole a él y a su familia hace ya unos cuantos años”. ¡Qué pena y qué basura pestilente parlamentaria! En todas partes cuecen habas.

* Gracias a Erasmo Quintana *