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martes, 19 de marzo de 2024 07:04h.

De Maite (Rico) sobre Irene (Montero) y "el asco de ser mujer" - por Antonio Cabrera de León

 

F A C DE L

De Maite sobre Irene y "el asco de ser mujer" - por Antonio Cabrera de León *

En las plantaciones algodoneras del caliente Sur de los EEUU, los amos solían contratar auténticas sabandijas, reclutadas entre la peor ralea de los aventureros, como capataces que exprimieran a sus esclavos negros de sol a sol. Pero eso fue sólo en los primeros tiempos del esclavismo americano. Pronto descubrieron los amos que no había capataz más sanguinario con los esclavos que un negro elevado a tal rango. Látigo en mano, desollaban vivos a sus hermanos a cambio de dos mendrugos en vez de uno.

En esa categoría, la de los capataces negros, ubico siempre a quienes se ganan la vida crucificando a sus semejantes. Derramando toda su inquina contra quien pretende ayudar a un esclavo. Mujer contra mujer. No vaya a cundir el ejemplo de la solidaridad, que por ahí empieza el comunismo.

Tiene Maite Rico, periodista de El Mundo, una columna llamada “Sujétame el vermú”. No sé si se lo sujetan mucho, ni cuántos se había tomado, pero Maite Rico dice no explicarse cómo han sobrevivido las mujeres sin Irene Montero. Yo no me explico cómo han sobrevivido con Maite Rico. Pocas hacen tanto como Rico para que todo siga igual para las mujeres. Igual que siempre. Opina ella que el feminismo ha llegado para convencerlas de que ser mujer es un asco. Capataza.

Nada fue nunca un problema. Ni que te vistan de rosa, ni tener miedo de volver sola. Volver borracha dice Maite, pero es serena cuando se tiene más miedo. Nunca una mujer fue violada en manada, ni hay jueces a los que eso les divierte. Nadie oyó nunca un insulto a una parturienta, un “si ahora te duele, no haber follado”. Jamás una matrona, una Maite Rico cualquiera, pronunció palabras como esas. Eso nunca ha existido, ni volverá a existir.

No existen las mujeres con una regla dolorosa. Si acaso un poco, vaya. La dismenorrea es un invento, un constructo feminista. Cualquier mujer con una regla dolorosa se ha podido quedar siempre en casa, sin ir a trabajar, y sin que le descuenten el día. Y sin miedo a que la despidan en el caso de que sean muchos días. Siempre fue así. Hecho fisiológico, llama Rico a la dismenorrea. Porque ella, otra cosa no, pero catedrática de fisiología sí que es. Estúpida ginecología que se inventa un diagnóstico para distinguirla de la menstruación. Maite en cambio va mezclando, con sus profundos conocimientos, ambos conceptos. Los hombres jamás estigmatizaron a una mujer por esto, ninguno hizo nunca un comentario ni les descontó un día. Ni lo volverán a hacer.

Naturalmente en el escrito de Maite Rico el machismo no existe ni por asomo. Decir que una mujer tiene jardín, niñeras y pensión vitalicia gracias a un hombre no es machismo. O si acaso un poco. Maite, de hecho, no le debe nada a nadie salvo a quien le sujeta el vermú. Ya lo dijeron Lidia Falcón y Macarena Olona cogidas de la mano: Irene Montero, dimisión. No sé si fue verdad que Eva salió de una costilla de Adán. No sé yo, no sé yo. Pero que Maite salió directamente de la pala iliaca derecha de Eva es un hecho.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA

 

 

 

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