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jueves, 02 de mayo de 2024 00:45h.

Miserias del periodismo: Franco pescando salmón - por Marco Lojo

MARCO LOJO“En este mundo podrido y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética”(Maki Navaja)

Miserias del periodismo: Franco pescando salmón - por Marco Lojo *

MAKI NAVAJA

“En este mundo podrido y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética”(Makinavaja)

Este artículo no va a tener el manido trasfondo intelectual(oide) del “tedio” que suele verse en aquellos que se escriben a razón de la contienda electoral, como si uno estuviera por encima del “bien” y del “mal”, o como si estas elecciones en concreto en las que muchos andamos esperanzados en lo que puede suponer el principio del fin de la austeridad, dejase por un momento de pensar la importancia de jugar en  todos los frentes y en todos los campos y, evidentemente, de ganarlas para que por fin empiece a cambiar algo...

Está claro que las y los políticos en sus respectivos frentes electorales no pueden dejar de ir a ningún programa de televisión que les invite, faltaría más. Y que tienen que prestarse a hacer todo tipo de piruetas –cantar, montar en rally, bailar, etc.- como si de una gymkhana se tratase.

Tampoco puedo olvidar que por primera vez, se va a producir un debate a cuatro con los cuatros candidatos (no tres y una vicepresidenta no presidenciable), que cambia totalmente la dinámica histórica dual de PSOE-PP, los pocos momentos en los que tales encuentros se han realizado. 

Dicho debate, además, si es como el anterior, puede ser fructífero y supone el sometimiento de los candidatos a un escrutinio público que llega a la casi totalidad del Reino. No todas las tendencias son negativas en el periodismo mediático y las buenas experiencias bien merecen reseñarse.

Pero, no nos equivoquemos: programas como “26J Quiero Gobernar” o  “Dos días y una noche”, no es que dejen mucho que desear. Es que, bajo mi punto de vista, supone una banalización absoluta de lo que debe ser el periodismo como profesión y, en cierta manera, el reflejo invertido de lo que era la manipulación mediática de las dictaduras. Un tamiz que marca la agenda de un candidato o candidata y que no evalúa las mejores virtudes públicas de honestidad, programa político y carisma, sino esa imagen “campechana” o “cercana”, “íntima”, como la imagen que gozó el anterior monarca acríticamente hasta los primeros escándalos de cacería de osos o elefantes a expensas del erario público. Es decir: la imagen que quedó en entredicho cuando de los reportajes intimistas y deportivos, se pasó al periodismo como ejercicio de difusión de información crítica de la realidad.

FRANCO SALMÓN

En ese sentido, me es inevitable recordar esas lecciones de historia que afirman que cuando en la España de Franco cientos de problemas asolaban al país, consecuencia directa de su política autocrática, ese caudillo que decía aquello de “no se meta en política”, mandaba al NO-DO a retratar  la exitosa actividad de pesca, caza o inauguración de pantanos del Jefe de Estado, buscando una imagen edulcorada de una virtud que carecía, burlándose de sus miles de súbditos sometidos a la censura y al silencio.

 

CIFUENTES BRICOLAGE¿No nos remite a esto la imagen de una Cristina Cifuentes haciendo de mujer experta en tareas de bricolaje, para pasar por alto su represión como Delegada del Gobierno del 22M en 2014 o la implicación de la Comunidad que dirige en la trama Gurtel? ¿No es un poco triste que la tradicional imagen “besa-niños” de los políticos para ganar votos se haya convertido ahora en un show mediático de niños que preguntan a candidatos, en el que la clave “postmoderna” no oculta lo que es una idéntica instrumentalización de la infancia? El baile de Soraya Sainz de Santamaría en televisión bastante bien coreografiado, ¿no disimula –demasiado- la actuación pública de la portavoz de los llamados “viernes negros” en los que se anunciaba un nuevo recorte? 

Tras la crisis-estafa, el cuestionamiento de las élites políticas, económicas y sus instituciones ha despertado a una ciudadanía hasta hace poco voraz consumidora de bodas de infantas y “realidades” semejantes. A buena parte de un periodismo de investigación y crítico de la realidad debemos parte de nuestro despertar, programas y diarios críticos han ayudado a construir conciencias, siendo altavoces de la realidad que ya no cabía –ni podía caber- en los acríticos telediarios.

GIL EN MARBELLANo sería justo que la “sociedad del espectáculo” nos relegara de nuevo a la “política-espectáculo”, una política que tiene en el olor a naftalina vieja del NODO, pero que hasta hace poco hizo productos tan poco recomendables como el de Gil en Marbella… O, cruzando el charco y más recientemente, ese producto de la mercadotecnia de bajos instintos de Donald Trump, parangonado en los medios a los cuatro vientos con esa imagen de millonario excéntrico, racista, islamófobo…  pero campechano…

* En La casa de mi tía por gentileza de Marco Lojo