Once años han pasado desde aquel maldito once de marzo.

En su momento ya escribí lo que sentía, contando cada detalle de lo que viví al otro lado del charco de mi tierra y como me sentí.

Cada once de marzo mi mente es " secuestrada" por los recuerdos, lo cual puedo llegar hasta a agradecer porque significa que no lo he olvidado.

Ni lo he olvidado ni lo quiero olvidar, porque esa es la forma de convencerme día tras día quienes son capaces de vivir de la tragedia humana en el ámbito político.

Si de todo lo que se me quedó grabado en ese día, pensando en mi familia, en mis amigos, así como los compañeros y compañeras de trabajo que había dejado dos años atrás pero que en esos momentos tenía muy presente, fueron las elecciones que se llevaban a cabo en esa misma semana.

Como olvidar esos heridos del atentado que pidieron ser llevados a votar para impedir que el partido que había mentido a todo un país, tocasen de nuevo poder.

Lo grave no es lo que mintieron en su momento, si no lo que a día de hoy siguen escupiendo falsedades.

Desgraciadamente no sabremos jamás muchas de las cosas que se ocultaron.

Hoy mi nota, clama a la sociedad que recuerden lo ocurrido, pero sobre todo que sigan siendo fieles a los centenares de muertos que por las vías de Madrid y dentro de los vagones se quedaron.

Ni en su momento acepté como ciudadana de este país las palabras de ninguno de los dirigentes del PP, como tampoco acepto que sean ellos quienes homenajeen a quienes mintieron.

Nunca olvidaré como en la noche de reflexión electoral le dije al candidato municipal de Icod de los Vinos del PSOE, que estaba convencida que el PSOE ganaría las elecciones porque la sociedad sabía de sobra que había sido engañada por el PP. Y no me equivoqué.

Si mal no recuerdo fueron las elecciones, o una de ellas en que menos abstención había exisitido hasta el momento.

Yo como ciudadana española sigo pidiendo justicia y aclaración de tantas cosas escondidas. Sé de sobra que no se sabrá nunca más, porque no interesa remover el pasado. Pero sí pido que la sociedad española no olvide y que su voto siga sin ir al PP, porque les recuerdo que Aznar y los suyos en ningún momento han sido capaces de decir la verdad.

Hoy la estación de Atocha volverá a estar llena de velas para homenajear a las víctimas . La mía la llevo en mi corazón porque por suerte o por desgracia dejaron una huella imborrable en mí.

Once años y todavía tengo el sonido de las sirenas y los gritos, así como las explosiones.

Once años para recordar y explicarles como podamos a nuestros hijos una parte de la historia negra de una capital que, tristemente se convirtió en protagonista de todo el mundo, no por sus maravillas y sí por el horror.

* Publicado con autorización de la autora