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martes, 19 de marzo de 2024 07:38h.

“La partida de los músicos" o la alternativa sueca a la lucha contra la pandemia - por Gerardo Rodríguez

 

FRASE RODRIGUEZ SUECIA

 

“La partida de los músicos" o la alternativa sueca a la lucha contra la pandemia - por Gerardo Rodríguez, miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC

En la lucha contra la pandemia del coronavirus hay un país europeo que ha sorprendido por la estrategia que utiliza para tratar de doblegar la enfermedad y no se trata de un país cualquiera, es Suecia, que en nuestro imaginario colectivo viene a ser aquel lugar donde se hacen las cosas bien pensadas, compaginando osadía con vanguardia, donde las garantías y los derechos individuales y colectivos están sólidamente anclados y donde se impone la racionalidad por encima de las virulencias instintivas y las arbitrariedades caprichosas.

 La estrategia sueca consiste en depositar la lucha contra esta devastadora enfermedad en la responsabilidad individual y el civismo conjunto de la población. No se ha llevado a cabo ningún tipo de confinamiento, que yo sepa no se han cerrado comercios, bares, restaurante o colegios. Eso sí, las autoridades recuerdan constantemente las instrucciones generales a seguir: lavarse las manos, evitar las aglomeraciones, mantener las distancias, teletrabajar…En definitiva, cumplir con rigor normas de sentido común básicamente.

SUECIA PANDEMIA

De momento no parece que hayan tenido éxito en su vía alternativa al confinamiento, a 17 de mayo (fecha en que escribo este artículo) supera los 30.000 contagiados y se acerca a los 4.000 fallecidos, con una tasa de mortalidad del 12%. Todos estos indicadores negativos son superiores a los de sus vecinos Dinamarca, Noruega y Finlandia que sí adoptaron el confinamiento como medida a seguir. Sin embargo las autoridades sanitarias suecas persisten en su alternativa como solución, consideran que estamos en la primera parte del partido y que, en meses, tendremos la segunda parte con un presumible rebrote de la enfermedad y, al final, están seguros de ganar este dramático duelo sanitaria, social, económica y emocionalmente. Veremos si ese vaticinio se cumple.

La pregunta que nos podemos hacer es obvia, ¿por qué los especialistas de Salud Pública sueca depositan su confianza para vencer la enfermedad en la responsabilidad cívica de la ciudadanía fundamentalmente? Sabemos de la fortaleza de su sistema sanitario y sus servicios públicos que, sin duda, confieren confianza y autoestima, pero han puesto el énfasis en la madurez y la responsabilidad de la ciudadanía. Responder esta cuestión es lo que pretendo con estas reflexiones.

suecia estado de bienestarSuecia ha representado durante décadas el prototipo de sociedad avanzada que conjugaba libertades individuales con una relativa igualdad social, garantizada por un Estado que redistribuía la riqueza para alcanzar altas cotas de justicia social. Es lo que se llama Estado de Bienestar y que, no solo desde un punto de vista económico, sino también social, político OLOF PALME GOLFO DE BOTNIAy psicológico, hacía de los suecos un pueblo aparentemente tolerante, lúcido, armonioso, inmune a populismos y ajenos a la corrupción generalizada de otros países. Esto nos parecía al menos hasta el asesinato de Olof Palme, tras el que aprendimos que no todo era tan idílico al oeste del Golfo de Botnia. Posteriormente, la novela nórdica negra desplegó su abanico de suicidios, alcoholismo, malos tratos, soledad y tramas orquestadas por grupos neonazis que terminaron por quitarnos, en parte, la venda de los ojos.

NOVELA NEGRA NÓRDICA

Con eso y con todo, el Estado de Bienestar es un modelo de Estado que se ha ido construyendo progresivamente y sus beneficios a la vista están.  No voy a entrar aquí en debates sobre su naturaleza, sobre si es una idea para mantener el capitalismo como sistema hegemónico en tiempos revolucionarios o un salto cualitativo importante para mejorar la vida de los más necesitados dentro de un sistema clasista que mantiene su estructura. Sin duda en esa construcción han participado muchos agentes sociales y personas concretas a las que debemos otorgar el papel que, en justicia, les corresponde.

PER OLOV ENQUISTUno de esos homenajes a personajes anónimos se encuentra en “La partida de los músicos” (1978), excepcional novela de Per Olov Enquist, un clásico de la literatura nórdica y posiblemente el mejor escritor sueco vivo. A través de la figura del sindicalista Emblad, la obra narra la epopeya de los primeros agitadores sociales, activistas diríamos hoy, que intentando formar sindicatos de clase, se internaban en la oscuridad de los territorios paupérrimos del Gran Norte sueco de finales del siglo XIX y principios del XX, poblado por personas de cerrada mentalidad rigorista, regidos por el calvinismo más puritano y hostil a cualquier tipo de placer mundano, embrutecidos por la rudeza del trabajo y por una climatología implacable. A esa majestuosas soledades llega el sindicalista que, a la manera de un mesías, trae la buena nueva de una sociedad futura diferente, sin la explotación brutal a la que estaban sometidos por sus patronos, con derechos y garantías, más igualitaria y justa, que era preciso implantar para erradicar el analfabetismo, la incultura y los prejuicios, verdaderos resortes del poder en la Suecia de 1910, época en que está ambientada la novela, y en cualquier otro lugar o época.

PLATÓN  MITO CAVERNAPlatón, en la alegoría que es “el mito de la caverna”, narra la historia de una serie de prisioneros que, encadenados, nunca han salido de una caverna hasta el punto de que creen que ese submundo es la única realidad existente. Un día, uno de esos prisioneros logra quitarse los grilletes y escapar por un angosto camino que lo conduce al exterior donde descubre la auténtica realidad, las cosas tal y como son sin sombras, bañadas por la luz del sol, con la heterogeneidad de sus formas y el brillo de sus colores. Si el prisionero volviera, compadecido por la suerte de sus antiguos compañeros, al mundo de la penumbra y las sombras para contar cómo son las cosas realmente y su descubrimiento de otra realidad, de otra verdad, correría el riesgo de que no lo creyeran, de que lo tacharan de loco y lo silenciarían entre amenazas a su propia vida, dice Platón, porque aquellos que siempre han visto y oído lo mismo no creen que exista otra cosa. Sus prejuicios les impiden pensar que otro mundo es posible, sus cadenas tienen el peso de los siglos y su pensamiento es un reflejo de su cavernaria vida.

Así pasó con el sindicalista Emblad, su ilustración no pudo con los prejuicios, la ignorancia, la cerrazón de los habitantes de la Suecia montaraz, rural y desconfiada de principios del siglo XX. Emblad fue el prisionero que escapó de la caverna y que, cuando regresó para ayudar a los compañeros a salir de su paupérrima existencia, no solo no quisieron sino que lo mutilaron. Pero no desistió, como Penélope, siguió tejiendo “la mortaja de Laertes” que un buen día fue capaz de enterrar a la casta de patronos, militares, políticos, predicadores que ejercían un poder omnímodo, sin preocuparse de los sufrimientos continuos y las miserables condiciones de vida del resto de la sociedad.

Ese tributo que tuvieron que pagar los pioneros no fue en vano, la sangre derramada fue el humus del que creció el rosal que ha sido Suecia durante más siete décadas. Estos agitadores sindicales, fueron los primeros que osaron levantarse contra las estrategias secularmente seguidas desde el Poder. Temblaban de miedo, padecían humillaciones, eran represaliados, sentían vergüenza, imploraban perdón….eso les hacía más grandes, eran seres humanos, no supermanes, por que conocían el miedo y lo enfrentaban  eran valientes. 

HUELGA SUECA 1909

social demócrata suecoEl Partido Socialdemócrata sueco fue fundado en Estocolmo en 1889, ese mismo año se creó también la Confederación de Sindicatos, íntimamente asociada a la socialdemocracia. A partir de ese momento tanto partido como sindicato crecieron significativamente, al punto de que en 1932 ya dominaban la vida política y sindical sueca y lo siguieron haciendo hasta las postrimerías del siglo  XX. La asociación sindicato-partido entronizó las leyes de corte social y desarrolló un sentido cívico y un programa educativo centrado en la colaboración, el desarraigo del individualismo que atomiza el cuerpo social y el fomento de los valores cooperativos. La redistribución de la riqueza y la eficacia de los servicios públicos auspiciados por el Estado hicieron el resto, se dibujaron entonces los contornos de un Estado de Bienestar completo y complejo, de enormes beneficios sociales. Si cada país tiene sus circunstancias, esta fue la carta que jugó Suecia: una pasada por la izquierda, por moderada que sea, durante más de siete décadas tiene consecuencias en la responsabilidad propia y el cuidado de los otros/as. La vía reformista hacia el socialismo, consagrada por la 2ª Internacional, puso las bases ideológicas, teóricas, de un modelo que fue referencia en el mundo y aun lo sigue siendo.

Los inicios del siglo XX, la época que reconstruye magistralmente Per Olov Enquist, fue en lugares  urbanos un tiempo de innovaciones tecnológicas que transformaban la vida cotidiana de las ciudades europeas a una velocidad nunca vista, progresan las comunicaciones, se inventa el motor diessel, el cinematógrafo y el alumbrado eléctrico pone luz donde antes había oscuridad. Pero ese mismo progreso tecnológico engrasó la maquinaria de la muerte durante la 1ª Guerra Mundial, una carnicería que se cebó con los hijos de las clases trabajadoras, cuyos progenitores trabajaron antes en jornadas extenuantes para levantar la idea burguesa de PROGRESO lineal, desde hace tiempo desacreditada con argumentos y razones que parecen irrebatibles, desde mi punto de vista.

Hoy, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, la Carta Social Europea de 1961 o el Protocolo de San Salvador de 1988, aparte de otros textos jurídicos con carácter global , nacional o regional  declaran que los seres humanos tienen derecho al trabajo en condiciones de equidad, dignidad, seguridad e higiene y que el propio derecho al trabajo es inseparable del derecho de asociación sindical, de huelga y de negociación colectiva. Conjuntamente con el derecho a la educación y a la salud, configuran el eje de los Derechos Humanos de 2ª Generación o derechos económicos, sociales y culturales. Pero es necesario advertir que estos derechos muchas veces no se cumplen o están en peligro por las políticas de desmantelamiento de los servicios públicos y de desregularización del capital que llevan a  cabo los gobiernos y las instituciones mundiales neoliberales, por tanto, debemos trabajar para su fortalecimiento porque de ellos depende la equidad social.

Recorrí no hace tanto los parajes donde se desarrollaba la vida austera de emociones que radiografía Enquist en “La partida de los músicos”, el coche se deslizaba por las serenas carreteras del norte sueco, los lagos congelados y las figuras fantasmagóricas de los árboles cubiertos de nieve, testimoniaban el rigor del invierno, el termómetro se mantenía desde hacía días sobre los 15º bajo cero. Pero salvo la climatología, nada recuerda lo que fueron esos territorios hace más de un siglo, ni las desdichas y la precariedad de sus habitantes. A lo lejos, sobre el Parque Nacional de Abisco, se dibujaba el espejismo de una aurora boreal, afortunadamente hay cosas que no cambian ni deben hacerlo, otras deberían cambiar mirando al norte. 

aurora boreal

Aurora boreal en Abisco

séptimo selloEn  la película de Ingmar Bergman “El séptimo sello”, un caballero cruzado juega al ajedrez con La Muerte, en tiempos de la peste negra, para ganar tiempo y salvar su vida pero al final perderá la partida. El tiempo dirá si la partida que ahora juega Suecia con la muerte por coronavirus la gana o la pierde, mientras esperamos el final feliz de la historia,  ganemos tiempo y, a la espera de una vacuna, cumplamos nuestro deber como ciudadanos y ciudadanas con ejemplaridad y con la verdad como bandera.

                

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Gerardo Rodríguez

gerardo rodríguez

 

 

 

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