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viernes, 03 de mayo de 2024 00:42h.

Plácida investidura/continuismo conservador - por Román Rodríguez

román rodríguez 110

Pocas veces hemos visto un debate de investidura tan plácido para un aspirante a la Presidencia del Gobierno estatal. Lo que debería haber sido un duro trámite para un partido que ya se vio retratado y derrotado hace apenas unos meses en su intento de ratificar a Rajoy se convirtió en un paseo sólo alterado por algunos incidentes, la sobreactuación de algunos y, especialmente, por la escasa imparcialidad de la presidenta de la Cámara. 

Plácida investidura/continuismo conservador - por Román Rodríguez, es portavoz parlamentario y presidente de Nueva Canarias.

Pocas veces hemos visto un debate de investidura tan plácido para un aspirante a la Presidencia del Gobierno estatal. Lo que debería haber sido un duro trámite para un partido que ya se vio retratado y derrotado hace apenas unos meses en su intento de ratificar a Rajoy se convirtió en un paseo sólo alterado por algunos incidentes, la sobreactuación de algunos y, especialmente, por la escasa imparcialidad de la presidenta de la Cámara. 

Pese a encontrarse su partido en las peores condiciones imaginables, tras haber perdido tres millones de votos desde 2011 a 2015 y reducidos sus escaños en medio centenar. Pese a los múltiples escándalos y el desfile por los tribunales de una parte significativa de la organización. Pese al negativo impacto que han tenido sus políticas, ocasionando el empobrecimiento de una parte significativa de la sociedad. Pese a ello, Mariano Rajoy pasó el examen sin demasiados sobresaltos.

Todos los elementos negativos para los conservadores han sido amortiguados por la realidad de una oposición dividida, por unas izquierdas tan enfrentadas como desnortadas, que por acción u omisión han dado vía libre a la continuidad de un Gobierno conservador. La posibilidad de un ejecutivo progresista, tan cercano tras las elecciones del pasado mes de diciembre, se esfumó por completo. Los aires de esperanzas de cambio soplan hoy con menos fuerza.

No cabe esperar cambios en la orientación de las principales políticas del Ejecutivo español, cuya composición conoceremos en las próximas horas. Seguirán la austeridad y los recortes, que pagarán, una vez más, los servicios públicos y los ciudadanos y ciudadanas, sin que los sacrificios sean iguales para todos. Como ya sucediera en los últimos años, edificando una sociedad más desigual e injusta.

 

Reforma laboral

No se modificará su agresiva reforma laboral que ha contribuido a empeorar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras, al facilitar los despidos e incrementar el número de empleos de baja calidad, que han consolidado una  nueva categoría, la de los trabajadores pobres, incapaces de atender con su salario sus necesidades mínimas.

Pese a sus rimbombantes anuncios en Educación, ofrecen un pacto en torno a la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). Es decir, para maquillar una norma retrógrada que ha sido rechazada por los distintos sectores de las comunidades educativas, por la práctica totalidad de los partidos políticos y por muchas comunidades autónomas. 

No habrá debate sobre el modelo territorial, acentuando un continuismo paralizante, que sólo ha generado más distancias y dificultado la búsqueda de los necesarios acuerdos. Las reformas constitucionales seguirán pendientes, aunque ese anquilosamiento haga que crezca el cuestionamiento de la Carta Magna.

Y que algunos no traten de plantear el consuelo de que se podrá gobernar desde el Parlamento. El Gobierno tiene muchas prerrogativas en el sistema político español y dispone, además, de una mayoría aplastante en el Senado. Y si se pretendía cambiar las cosas, romper con la austeridad y plantear políticas de progreso puestas al servicio de la mayoría social, la opción era un ejecutivo distinto, plural y transversal, con un programa de mínimos.

 

Canarias

Respecto a Canarias, más de lo mismo. Qué cabe esperar cuando, disponiendo de mayoría absoluta, no cumplió con los compromisos adoptados en su discurso de investidura de diciembre de 2011. Es más, no sólo incumplió lo prometido sino que puso en marcha todo un paquete de decisiones muy lesivas para las Islas. Un catálogo de un verdadero y sistemático maltrato que, desde Nueva Canarias (NC), no vamos a olvidar.

Un maltrato ejemplificado en la eliminación de los planes de empleo y de infraestructuras turísticas, la drástica reducción, de más de 700 millones de euros, en los convenios de carreteras, y la desaparición del Plan de Infraestructuras educativas. Decisiones que han impactado muy negativamente en la economía canaria y que han causado estragos en el empleo, en una comunidad con siete puntos más de paro que la media estatal, como acaba de ratificar la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2016. 

A lo que se suma el mantenimiento de una financiación autonómica que nos sitúa 600 millones de euros al año por debajo de la media de las comunidades de régimen común. Así como la imposición de las prospecciones petrolíferas, la humillación del certificado de residencia y la privatización de los muy rentables aeropuertos canarios.

Conformarse con la aprobación de la parte económica del Régimen Económico y Fiscal (REF) es insuficiente. Es un tema que ya estaba consensuado. No supone conquista alguna. Y, además, no les supone costes, sí su aplicación. La cuestión es su cumplimiento, cosa que no han venido haciendo reiteradamente en los Presupuestos Generales del Estado. Ese cumplimiento, junto con la restauración de lo detraído estos últimos años en los convenios de carreteras, sí tendría impacto sobre la economía y el empleo en nuestro Archipiélago.

Asimismo, el anunciado debate sobre el sistema de financiación llegará, en todo caso, con retraso y sin garantía alguna de que Canarias mejore su actual e injusta situación.

Las políticas conservadoras de Rajoy han castigado duramente al conjunto de la ciudadanía del Estado durante su Gobierno de mayoría absoluta, con incremento de las desigualdades y pérdida de derechos y libertades. En el caso de las Islas, han supuesto una de las etapas de mayor maltrato por parte del Ejecutivo estatal. 

Por eso, y por coherencia con lo que defendimos en la campaña electoral, decidimos expresar nuestro “no” en las dos votaciones. Su renovación al frente del Ejecutivo es una pésima noticia. Por nuestra parte, y desde nuestra modesta presencia en Congreso y Senado, continuaremos apostando desde la oposición por políticas de progreso y por la defensa de Canarias, para que su gente esté en pie de igualdad con la de otros territorios. 

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Román Rodríguez

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