La política en España actualmente es un espectáculo bochornoso

Erasmo Quintana *

En el caso mascarillas: todos involucrados, y para el PP y Vox la comisión de investigación en el Parlamento (mayoría de las izquierdas) es un “paripé”; la única que es seria y válida es la del Senado (donde reina el Partido Popular). ¿Es posible mayor desvergüenza? Estos de la derecha son como niños, juradito.

Desde siempre albergamos la sospecha, en aquellos iniciales momentos de la mal llamada Transición Dictadura-Democracia, sobre la facilidad que demostraba aquella legión de Procuradores en Cortes, franquistas hasta las trancas de toda la vida, convertidos en grandes demócratas de la noche a la mañana. En estos días nos lo ha corroborado uno de aquellos actores principales: Oscar Alzaga, confesando la ingente cantidad de camiones portando toneladas de documentos con destino al Cuartel General de la Guardia Civil, de Madrid, donde se procedió a quemar día tras día todo aquel inmenso tonelaje de documentos comprometedores de la persecución franquista a los españoles demócratas, desafectos al régimen del dictador.  

La documentación pues sobre la “represión democrática” no solo la hicieron desaparecer de los archivos de la Brigada Social y servicios de información de la Guardia Civil, sino que también de otros organismos de la Administración. Alzaga hizo una dura crítica a la vergonzosa manipulación historiográfica postdictadura una vez instaurada la Monarquía, buscando reinventar, distorsionando, la realidad de los cuarenta años del franquismo.

Extraviada mi mente por cansancio viejo tal vez, me fijo en que una guerra, dependiendo del origen social de cada uno, es buena o mala. Yo no sé otro, pero nuestro país es así. Todas las guerras, del signo que ellas sean, menoscaban la condición humana y la dejan a la misma altura que la de las fieras de un zoológico. También es reflejo del fracaso de Frónesis: prudencia y sabiduría práctica del hombre, lo que en Canarias se llamaba "tener fundamento"..

Las guerras son, en definitiva, el fracaso de la inteligencia y la humanidad de los hombres. Crímenes de lesa piedad que normaliza en su cabeza, vacía de todo sentimiento solidario, ya demostrado por Ayuso en la Comunidad de Madrid con la Residencia de Mayores, impidiendo que los ingresados con el Covid-19, fueran derivados a hospitales para su tratamiento, con la excusa de que iban a morir igualmente. Se calcula que las víctimnas mortales llegaron a 7.291. Luego de esto, intentó culpabilizar a Pablo Iglesias, de Podemos.

Teóricamente somos los humanos el resultado de la acción evolutiva de la especie, cosa que en nuestro caso no se da con la contundencia y claridad que lo confirme. El humano del siglo XXI es exactamente igual que aquél del Paleolítico, cavernario y por tanto troglodita, cuya supervivencia consistía en cazar animales y guardando su territorio frente a otras tribus, ejerciendo de auténticos antropófagos.

La sangrienta guerra en Oriente Medio por el israelita Benjamín Netanyahu contra el pueblo palestino, que cuenta con el apoyo inestimable de los EE.UU, ha tomado en estos días una deriva que aumenta la preocupación, porque allá en el horizonte está el tan temido armamento nuclear, que el país invasor y alguno de los que defienden al invadido tienen almacenados. Uno de ellos, Irán, atacó con drones mortíferos a Israel, respondiendo al ataque a su consulado en Damasco. Pasados unos días se ha producido una tibia réplica por parte de Netanyahu en una peligrosa espiral por aquello del ojo por ojo, con peligro de que se generalice el conflicto que nos lleve a la III Guerra Mundial.

A ver qué dan de si esas cabezas calenturientas. A todo esto, tenemos el doble discurso de Biden, que ahora ha expresado que seguirá ayudando a Israel solo para defenderse, nunca para la agresión. Reunido el Consejo de Seguridad de la ONU, los Estados Unidos vetó el reconocimiento del Estado Palestino; la petición obtuvo la mayoría pero sin valor por esa negativa de Washington.. Los norteamericanos amenazaron con retirar su asignación. Este inhumano conflicto armado tiene una única solución y es que se le reconozca a los palestinos un Estado, como sí se le concedió a Israel, en cumplimiento parcial de la decisión de Naciones Unidas, que en 1948 acordó la creación de los dos estados, palestino  e israelí. Todo ello, acompañado del compromiso de respeto mutuo entre ambos pueblos, con el arbitraje y seguimiento de las democracias mundiales.

* Gracias a Erasmo Quintana