¿Qué tiene que ver el sentido de la vida con el comportamiento social de la clase política? - por Erasmo Quintana
¿Qué tiene que ver el sentido de la vida con el comportamiento social de la clase política?
Erasmo Quintana *
Ahondando y haciendo hincapié en el existencialismo de los filósofos tenemos “El amor, las mujeres y la muerte”, de Arthur Schopenhauer. Esto tiene que, por supuesto, darse en el hombre y la mujer que copulan; él engendrando y ella dando vida a un nuevo ser. Uno pues engendra y la otra conciben. Una parte de esto es eterna: la conservación y continuidad de la especie humana. Si consideramos la vida bajo el aspecto de su valor objetivo, es dudoso que lo prefiramos a la nada. Qué impresentables son algunos seres humanos. Si se golpeara en las losas de los sepulcros y preguntáramos a los muertos si quieren resucitar, moverían con seguridad sus cabezas negativamente. Esta es también, si se me permite, la opinión nada menos que de Sócrates en su “Apología de Platón”, hasta incluso el excéntrico y alegre Voltaire, que dice también: “Gusta la vida, pero la nada no deja de tener algo bueno. No sé qué es la vida eterna, pero esta vida es una broma pesada”.
Hay en nosotros algo de seres mortales y otro algo de eternos, tan antiguo como la Humanidad, y no me refiero al alma en el sentido que le dan las religiones. “Cuando el instinto de los sexos se manifiesta -dice Schopenhauer- y cuando se especializa en un individuo determinado, el instinto del amor, esto no es en el fondo más que una misma voluntad que aspira a vivir en un ser nuevo y distinto exactamente determinado”. Al socaire de lo expuesto, añadiré algo que siempre me ha rumiado, y es: De la Eternidad hemos venido, y a la Eternidad y la Nada volvemos cuando caigamos en el gran sueño definitivo y profundo. Cada vez que nos dormimos es un pequeño ensayo de nuestra muerte.
¿Qué tiene que ver esta meditación con el gamberrote de Núñez Feijóo? Pues mucho: hacerle ver lo vulnerables y poquita cosa que somos. Con la aparición del partido Vox, el escenario político del país se ha enfangado tanto, que ya no se le conoce. Se han perdido las buenas formas en el trato correcto y respetuoso que había. Al presidente le faltan al respeto todos: cualquiera le llama “el perro Sánchez”, o le insulta a su madre, y en la Cuatro-TV, en Todo es Mentira, existe una ordinariez que espanta. Cuando le piden que intervenga un magistrado, los que están allí con la coña, en plan macarra le hacen una vergonzante reverencia. Esto es siempre, y si hablamos de los políticos, se ensañan con todos. Yo admiro el estoicismo y tranquilidad que tienen personas valiosas ante el escarnio al que les someten, insultando por insultar. Hace poco, a un rapero lo encarcelaban.
Feijóo plantea “reactivar las calles”, y “el próximo 28 de enero volveremos en protesta por las políticas socialistas”. Es su forma de hacer oposición al Gobierno, incitando al odio, alimentando el odio en su rechazo a la Amnistía, (por el monumental golpe de Estado de los independentistas catalanes), que éste sí fue un verdadero golpe, y no el que protagonizara el coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, con aquel pelotón de guardias dando tiros de metralletas y secuestrando al Gobierno de la nación en pleno y todos los diputados, representantes de la nación española. Ése que para estos fachas no fue grave, cuando incluso salieron tanques de guerra en las calles de Valencia, ordenado por el general Milans del Bosch.
Los generales cabecillas y Tejero fueron enjuiciados y condenados, pero no pasó mucho tiempo hasta que se les perdonó a todos la asonada o intentona golpista, quedando libres, menos Tejero, que siguió algún tiempo preso en una cárcel llena de lujo y comodidades. Aquí no se magnificaron protestas del PP con el perdón, y nada de soliviantados reproches. En este momento, Feijóo anuncia una “Ruta por la igualdad”, algo que no acabamos de entender, a qué igualdad se refiere, que me afecte directamente. Ante lo visto, lo que sí hace él y su partido junto con Vox, es votar en el Parlamento en contra de todas las medidas que ha aprobado el Gobierno tendentes al beneficio de las clases más vulnerables y necesitadas ante la crisis económica mundial.
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Lo encriptado de las declaraciones del fallido presidente del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, anunciando su Ruta por la Igualdad, hay que interpretarlo con minuciosidad, pues el PP cuando habla por boca de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, invocando la palabra “libertad”, no se refiere a lo que la misma significa, sino libertad para tomar una cerveza en cualquier terraza. Esto es a lo que ella se refiere con su expresión. La libertas, la capacidad de actuar por propia voluntad, o condiciones que no son las de un esclavo, no es lo que Ayuso quiere decir.
Feijóo repite, muy seguro de sí mismo, que el Gobierno de Sánchez “no ha hecho nada, solo mentir”. Esta es su matraquilla. Las medidas aprobadas recientemente con tanto sobresalto en el Congreso de lo Diputados por la coalición es polvo de paja; y yo reto desde aquí a que alguien me diga cuándo le han oído al presidente del Partido Popular en su discurso algo relacionado con los problemas reales de la gente. Su preocupación va por otra senda: es el Ibex, las megaempresas, Bancos y las grandes fortunas. Para ellos están en política. Pero descuiden: la verdad es revolucionaria.
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* Gracias a Erasmo Quintana
