Resistir es vencer

Rafael Álvarez Gil

TELDE ACTUALIDAD

Pedro Sánchez emulará a Juan Negrín, salvando las debidas distancias. Si el grancanario republicano apeló a una resistencia numantina durante el final de la Guerra Civil que empatara con la irrupción de la Segunda Guerra Mundial que ya se venía venir, y de hecho no lo consiguió por escasos meses, como gesta defensiva, Sánchez hará lo propio pues estamos tan solo iniciando la legislatura. Es más, el factor tiempo es favorable al socialista. Con o sin amnistía, aun prorrogando los Presupuestos varios cursos, tal como hizo Mariano Rajoy, puede llegar hasta 2027 en La Moncloa. Y eso, en política, es mucho. De aquí a entonces podría la ventura de él y de Alberto Núñez Feijóo ser distinta. Por supuesto, puede degradarse el PSOE, pero asimismo el gallego. A saber.

Los comicios europeos de junio pintan como un varapalo para Sánchez. Pero incluso así, tanto falta hasta 2027… Es decir, la paradoja es que por mucho rebumbio que haya (ley de amnistía, caso Koldo…) Sánchez tiene una legislatura casi entera por delante. Tanto es así, que hasta en 2027 tocaría primero celebrar las elecciones locales y autonómicas que las generales. Ese es el orden que se presupone.

Por su parte, Feijóo incrementará la presión. Aunque en Euskadi el PP aguarda unos resultados magros; otro tanto en 2025 los populares en Cataluña, donde ahí sí Sánchez puede obtener oxígeno político. 2024 pinta bien para el líder del PP: ¿y los siguientes años hasta 2027?

En unos días se cumple el veinte aniversario de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces el PP no digirió la derrota en las urnas. Una resaca electoral que fue producto de la decisión de José María Aznar de embaucar a España en la invasión de Irak, despreciando el Derecho Internacional y los mandatos de la ONU. Lo que vino después de esa primera elección de Zapatero, fue una derecha movilizada en la calle y espoleada por los obispos. De nada sirvió. En 2008 volvió Zapatero a ganar.

Hoy es un contexto distinto a aquel. La crisis del bipartidismo ha causado estragos. Sin embargo, tanto antaño como en el presente, mantener un grado de agitación tan elevado y por tanto tiempo, esperar hasta 2027, se antoja muy difícil. Feijóo tendrá que dosificarlo; sin que eso suponga garantía de nada en el futuro. Lo único claro en el tablero actual es que por muy adverso que pudiese tornarse para Sánchez, este dispone de la gran baza a su favor del transcurso del calendario. Y la va a emplear a fondo.

* Gracias a Rafael Álvarez Gil y TELDE ACTUALIDAD y a la colaboración de Antonio Aguado

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