Siempre me quedaré con lo mejor del Partido Socialista (1)

Antonio Aguado, coherente veterano socialista, exmilitante del PSOE *

Habiéndome dado de baja del PSOE el pasado 15 de marzo de 2024, como consecuencia de su tenue línea ideológica en los aspectos sociales y económicos y, su nulo compromiso republicano, pero fundamentalmente, debido al gran deterioro de su democracia interna, donde la militancia no cuenta para absolutamente nada, paso a recordar los buenos tiempos que durante cerca de 52 años pasé como militante.

Recuerdo con mucha añoranza aquel PSOE en el que me integré el 26 de junio de 1972, lo hacíamos de forma comprometida y con muchos sacrificios, sólo para reivindicar nuestros principios y convicciones. A diferencia de como ha venido ocurriendo posteriormente, en ese entonces, no había de por medio cargos, prebendas ni intereses personales que, nos pudieran dividir y enfrentar. Llegábamos a través de la militancia en muchas ocasiones, a anteponer al PSOE y la UGT a nuestras propias familias.

Por el tiempo transcurrido, he tenido que vivir diferentes etapas y acontecimientos que, lógicamente me han dejado marcado para el resto de mi vida, no en vano mis valores como socialista, republicano y sobre todo demócrata siguen intactos. Considero que el PSOE su ideología la mantuvo, en unas posiciones bastantes coherentes hasta mediados de la década de 1980. Pero a medida que iba acumulando poder, sobre todo con la victoria en las elecciones generales de octubre de 1982, y las municipales de mayo de 1983, empezó a aflorar los intereses personales de militantes en sus aspiraciones, para ostentar cargos orgánicos y sobre todo públicos y, han venido haciendo lo indecible para como políticos profesionales perpetuarse en los mismos.

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Aun así, seguí manteniendo buenos recuerdos de militancia y compañerismo hasta 1985. Fue un auténtico trauma la entrada definitiva (el gobierno de Calvo Sotelo firmo un tratado de adhesión en mayo de 1981), de España en la OTAN el 12 de marzo de 1986 a través del referéndum, convocado y llevado a efecto por el gobierno de Felipe González, que cinco años antes  había hecho campaña en contra de esta alianza militar. El referido referéndum dividió por la mitad a la Sociedad Española (su resultado favorable fue del 52%) y mucho más a la militancia socialista, hasta el extremo de que, gran parte de la misma, hicimos campaña en contra y bastantes afiliadas y afiliados por ese motivo abandonaron el PSOE. Como se ha venido comprobando, el Partido Socialista ha estado desde entonces plegándose a los designios de Estados Unidos y de su OTAN. 

Hasta ahí, mi militancia había sido muy placentera, me había iniciado el año anterior 1971 en los sindicatos ingleses (Trade Unions) y fui promotor y coordinador sindical de la FAEERU (Federación Asociaciones Emigrantes Españoles en el Reino Unido). Conocí y compartí militancia con extraordinarios compañeros exiliados socialistas republicanos españoles. Vivimos con gran intensidad el XIII Congreso Federal de Suresnes celebrado en octubre de 1974. La división y el enfrentamiento entre los compañeros de una parte, encabezados por Rodolfo Llopis y de la otra por Felipe González que, se hizo con la secretaria general y el control del Partido, produciéndose la formación de otro el llamado PSOE Histórico. Todo esto, produjo malestar y tristeza pues nos veíamos en la tesitura de tener que optar por una u otra opción. Los jóvenes aunque con mucha nostálgia nos decantamos por la renovadora de Felipe González.  

De inmediato se produjo un gran revulsivo. Aunque el PSOE seguía instalado en la ciudad francesa de Toulose, pero su organización y operatividad mejoró considerablemente. La información y coordinación con las diversas agrupaciones del exterior como la nuestra de Londres. Era normal, recibir comunicación y documentación para que, con las mismas debatiéramos los temas de gran importancia y actualidad que, en esa época se estaban produciendo en nuestro país e incluso a nivel internacional, y teníamos que enviar nuestras conclusiones. Eso mantenía al Partido muy vivo y cohesionado. Solíamos recibir el órgano informativo El Socialista, que nos preocupábamos en divulgar y mediante su venta recabar fondos necesarios. 

Lo hacíamos cada sábado en la zona muy emblemática y turística de Portobello Road, muy frecuentada por españoles. La gran mayoría se interesaban por su compra y es que, a través del mismo podían conocer de la mano del PSOE, las informaciones sin censuras como tenía establecido en nuestro país el régimen franquista. Los jóvenes recorríamos la referida zona vendiéndolo a voces y en una esquina de la misma, se instalaba el compañero veterano exiliado socialista republicano, Lorenzo Campos que provenía de Ciudad Real. Él igualmente optó por integrarse en el PSOE renovador. Se hizo muy popular y es que los turistas españoles aprovechaban para hablar con él y les contaba todo lo que había pasado hasta llegar al exilio de Londres. 

También estaba integrado en la Trade Unions el compañero Manuel Bonmati, era sevillano y trabajábamos en la misma empresa pero en distintos establecimientos. Él que ya estaba afiliado al PSOE, fue quien me afilió a mi. Al regresar a Sevilla en 1976, organizó el sector de hostelería de la UGT, pasando a ser su secretario confederal y posteriormente en 1986 pasó a desempeñar el cargo de secretario de relaciones internacionales con Nicolás Redondo y posteriormente con Cándido Méndez respectivamente. Era un integro y extraordinario compañero. Lamentablemente falleció en Madrid el 20 de marzo de 2020.  

Fernando Sánchez otro compañero entrañable, andaluz de la Línea de la Concepción. si llegó a coincidir trabajando en el Restaurante Quaglinos del centro de Londres con Manolo Bonmati. Igualmente militaba con nosotros Carmen Rodríguez, hija de Máximo Rodríguez exiliado en Toulose, que fue quien por mayoría de edad presidió la primera sesión del Congreso después de las elecciones de junio de 1977.  Ella al regresar a Madrid también en 1976, pasó a formar equipo con Luís Yanez que formaba parte de la Ejecutiva Federal, como secretario de Relaciones Internacionales, con Felipe González de secretario general. Estábamos  muy unidos y con nuestras respectivas familias compartíamos actividades cada fin de semana.

Los comunistas eran muchos más y estaban muy bien organizados. Nuestras relaciones eran cordiales y de buen compañerismo. Compartíamos y colaborábamos en las acciones reivindicativas en contra del régimen franquista. En ese sentido, íbamos siempre unidos a las convocatorias de las manifestaciones, convocadas por el Partido Laborista y los sindicatos ingleses.

* Gracias a  Antonio Aguado Suárez