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viernes, 26 de abril de 2024 15:48h.

Una teoría del hombre-animal (I) - por Erasmo Quintana

 

HOMBRE ANIMAL KONRAD LORENZ

erasmo quintanaCuando el etólogo Konrad Lorenz afirma sobre la naturaleza humana, su teoría de que somos exactamente como los otros animales, pues llevamos innato un irreprimible impulso de conducta agresiva en estado larvado, latente en lo más hondo de nuestro ser y pronto a dispararse si es frente a su propio semejante, pienso que no hace sino constatar un viejo adagio latino que dice “ira de hermanos, ira de diablos”.

Una teoría del hombre-animal (I) - por Erasmo Quintana  *

Cuando el etólogo Konrad Lorenz afirma sobre la naturaleza humana, su teoría de que ira de hermanossomos exactamente como los otros animales, pues llevamos innato un irreprimible impulso de conducta agresiva en estado larvado, latente en lo más hondo de nuestro ser y pronto a dispararse si es frente a su propio semejante, pienso que no hace sino constatar un viejo adagio latino que dice “ira de hermanos, ira de diablos”.

konrad lorenz

Esta científica y grave especulación suya la suaviza un tanto cuando a continuación añade que es de naturaleza fundamentalmente “comunitaria” ya que la lucha más destructiva no se da entre individuos, sino entre grupos (las guerras infinitas de los humanos). Pone el ejemplo de aquellos animales que están fuertemente dotados de poderoso armamento para el anillo del rey salomón konrad lorenzmatar en la lucha y que, sin embargo, han desarrollado un gran instinto de “ritualización” de la batalla, de modo que el más fuerte termina siendo vencedor sin necesidad de asestar la definitiva y última dentellada en el vulnerable cuello que, a sus fauces, siempre ofrece el vencido. Contrariamente, otros no muy preparados para la lucha y, por consiguiente carentes de esos potentes mecanismos para atacar (tal es el caso de la paloma, símbolo indiscutible de la paz), puede llegar a picar en su misma jaula a otra paloma hasta causarle la muerte sin que sienta por ello la más mínima inhibición (de “El anillo del rey Salomón”).

 

Lorenz le encuentra concomitancias en un cierto estadio de la evolución del hombre, cuando nuestros antepasados cavernarios habían dominado un ambiente que les era hostil, no-humano, y su peligro real procedía ya exclusivamente de otros grupos también como ellos, sus semejantes. Así, la lucha por la supervivencia se llegó a centrar en los enfrentamientos con la tribu vecina, por lo que veían la necesidad de conservarse en el mayor número posible de sus miembros para su mejor defensa, pudiendo radicar en esto, muy razonablemente, el origen primigenio de las humanas (¿altruistas y humanas?) confrontaciones actuales. Igualmente halla en las guerras tribales un factor importante de selección natural, cobrando gran valor en esa supervivencia “las virtudes del guerrero”.

KONRAD LORENZ 2

Continuará.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana    

ERASMO QUINTANA RESEÑA