Tiburones o sardinillas

Juan García Luján

SOMOS NADIE

La consejera de Turismo del Gobierno canario  anunció en el Parlamento la intención del ejecutivo de promover una ley para regular los alquileres vacaciones. No se trata solo de un tema turístico, porque afecta a varios departamentos y a diferentes instituciones, porque estamos hablando de viviendas, de zonas residenciales, de ordenación del territorio o de la protección a los consumidores.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística en Canarias hay unos 42.000 viviendas vacacionales y 179.000 camas. Es la segunda comunidad autónoma después de Baleares en porcentaje de vivienda turística. ¿Esto es bueno o es malo? Pues sin duda, para los dueños de esas viviendas es muy bueno, pero, por ejemplo, para los habitantes de algunas zonas de islas como Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife o Fuerteventura, donde el aumento de viviendas vacacionales ha supuesto un incremento de los precios de los alquileres para residentes en esas zonas, pues eso está mermando el derecho a la vivienda.

Muchos de los dueños de estas viviendas son familias modestas que con sus ahorros tenían una casa y la han podido reconvertir en alquiler vacaciones y logran una renta extra. Recordemos que a finales de los 70 y durante los año 80 y 90 del siglo pasado muchas familias canarias compraban un apartamento en las zonas turísticas con sus ahorros, lo ponían en alquiler, y con eso podían pagar los estudios de sus hijos o afrontar gastos extras.  Era una forma de democratizar el turismo, no se van a llevar los beneficios siempre los tour operadores y las multinacionales turísticas.

Que el gobierno lo regule, me parece muy bien. La pregunta es ¿contra quién lo va a regular el gobierno? Porque en este negocio hay longorones, sardinillas y hay tiburones. Hay familias modestas que tienen una casa de alquiler vacacional, y hay edificios enteros que en teoría son casas de alquiler vacacional, pero en realidad son hoteles que se ahorran un dinero en personal, porque allí vas con la clave para abrir una cajita y recoger la llave y entras en la casa. Y el turista desde que entra hasta que sale no ve a nadie. Así que incluso puede dejar una falsa identidad.

Por eso sería bueno controlar más a los tiburones, que son los que realmente convierten algunos lugares o barrios como Guanarteme en la capital grancanaria,  en zonas tensionadas, que están perjudicando a los residentes porque provocan incremento de los precios de los alquileres allí donde montan sus edificios, y hacen una especie de competencia desleal a los que tienen hoteles y gastan más personal y más recursos en el negocio.

Hace bien el gobierno en querer regular el alquiler vacacional, pero, puestos a sacar pesca en este río revuelto, espero que el ejecutivo canario se atreva a frenar y sacar a los tiburones, porque con los longorones o las sardinillas puede cualquiera, hasta este periodista que se asoma a este blog es capaz de tragarse una sardinilla si tiene un poquito de mojo, pero los tiburones los deja uno para el gobierno, que después de treinta años en el oficio ya uno sabe que a los tiburones les encanta comerse a algunos periodistas…, sin ánimo de señalar.

@juanglujan

* Gracias a Juan García Luján. Publicado oribinalmente en la web del autor SOMOS NADIE

https://juanglujan.wordpress.com/2023/10/27/tiburones-o-sardinillas-juan-g-lujan/