Toni Negri: Los años de plomo del más allá de la revolución - por Emilio Díaz Miranda
Toni Negri: Los años de plomo del más allá de la revolución
Emilio Díaz Miranda
El filósofo y comunista heterodoxo de orígen italiano Toni Negri (Padua, 1933) ha muerto en la fecha imprecisa que va del 15 al 16 de este Diciembre 2023. Murió con 90 años en el París que le había acogido como exiliado.
Catedrático de Teoría del Estado en la Universidad de Padua, participó en la lucha revolucionaria desde los años sesenta del pasado siglo XX, como teórico y como activista. Especialmente en el grupo autodenominado Poder Obrero y en Autonomía Obrera que cuestionaban el papel de los trabajadores en la gran fábrica mecanizada, promueve un desenvolvimiento democrático y socializante del poder político, la democracia participativa, la horizontabilidad y una constante adecuación de las estrategias y tácticas a las realidades concretas de cada espacio. Había un rechazo del comunismo ortodoxo implantado por la Unión Soviética y afinidades con el anarquismo.
Negri fue acusado y encarcelado a fínales de los años 1970 por diversos cargos, entre ellos, de ser miembro del grupo Brigadas Rojas (Brigate Rosse o BR) y haber participado en el asesinato del primer ministro democristiano de Italia Aldo Moro en 1978, un cargo del que fue absuelto. Finalmente fue condenado por su participación en dos atentados. Recordemos que las Brigadas Rojas desde posiciones ultrarrevolucionarias atacaban tanto al Partido Comunista como a la Democracia Cristiana y utilizaban tanto los atentados como los secuestros de personalidades politicas o magnates financieros.
ANTE sus sorprendentes y a veces exitosas acciones “ultrarrevolucionarias” se vino a sospechar que eran un apéndice de servicios secretos politicos italianos e incluso norteamericanos, porque disponían de informaciones ultrasecretas.
El 16 de marzo de 1978, miembros de las Brigadas Rojas encabezados por Mario Moretti, secuestraron a Moro, después de asesinar a sus cinco escoltas, en Vía Fani (Roma), cuando iba de camino a una sesión del congreso italiano en la que se iba a informar y a votar una moción de confianza de esta cámara sobre el nuevo gobierno encabezado por Giulio Andreotti, por primera vez con el apoyo del Partido Comunista Italiano encabezado por Enrico Belinguer. Era la primera vez que se ponía en práctica el llamado Compromesso storico.
Para los Brigadistas el Presidente Aldo Moro encarnaba el alma de la Democracia Cristiana y del Estado capitalista. Pero la sospecha entre la izquierda comunista italiana era que detrás de todo estaban moviendoo los hilos invisibles la CIA y los grupos neofascistas a su servicio disfrazados de rojos brigadistas, puesto que Aldo Moro estaba en conversaciones con la dirección del Partido Comunista Italiano para hacer una coalición temporal que solucionara el bloqueo parlamentaria.
Opción rechazada tanto por el Kohl alemán, como por el Kissinger americano. Y la mejor forma de impedirlo fue secuestrar a Aldo Moro. La acción fue rápida y muy bien organizada. El 16 de marzo a las 9:00 de la mañana Moro viajaba en un FIAT 130 junto al mariscal de carabineros Oreste Leonardi y el conductor (también carabinero) Domenico Ricci. A este automóvil le escoltaba una Alfa Romeo Alfetta con tres policías del Estado, el conductor Giulio Rivera, el brigadier Francesco Zizzi y el guardia Raffaele Iozzino. Un FIAT 128 sale marcha atrás desde la Via Stresa y bloquea al coche de Moro y el Alfa de la escolta choca contra él, de la parte izquierda de la calle salen varios brigadistas (hasta 10) vestidos con uniformes de Alitalia y sacan sus metralletas, disparan primero contra el FIAT y después acribillan al Alfa Romeo de la escolta del que consigue salir Iozzino pistola en mano pero es abatido. Sacan a Moro del FIAT y lo suben a otro coche, para salir huyendo junto con otros dos coches más y desapareciendo aparentemente en las calles de Roma. La realidad fue que el escondrijo en que mantuvieron a Moro hasta su asesinato no estaba lejos del lugar del secuestro.
Los secuestradores sacaron el comunicado siguiente: Jueves 16 de Marzo, un núcleo armado de la Brigadas Rojas ha capturado y recluido en una cárcel del pueblo a ALDO MORO, presidente de la Democracia Cristiana. Su escolta armada compuesta de cinco agentes de los cuerpos especiales ha sido aniquilada....(Moro) ha sido el jerarca más poderoso, el "teórico" y el "estratega" indiscutible de este régimen democristiano que desde hace treinta años oprime al pueblo italiano....Moro es el padrino político y el ejecutor mas fiel de las directivas impuestas por las centrales imperialistas...Está claro que con la captura de Aldo Moro, y el proceso al cual será sometido ante el Tribunal del Pueblo, no intentamos "cerrar" la partida, ni aún menos destruir un símbolo. sino desarrollar una voz de mando con la cual todo el Movimiento de Resistencia Proletario se está uniendo para convertirse en mas fuerte, más maduro, más incisivo y organizado... Llevar el ataque al estado imperialista de las multinacionales. Desarticular las estructuras, los proyectos de la burguesía imperialista atacando a los personajes político-económico-militares que son su expresión...
Simultaneamente, en esos días se multiplican supuestos atentados de supuestas fuerzas de derecha contra organizaciones de izquierda, tratando y logrando crear el caos político y la paralización de los pactos parlamentarios comunistas-democristianos.
Algo que nos recuerda los intentos actuales de las ultraderechas de mentir y manipular tanto en USA, Argentina, España o Italia. Yo los viví en la España todavía con la cojera postfranquista de 1978. Y escribí un artículo en la Prensa Canaria que no he conseguido recuperar ni acordarme de la fecha exacta de publicación.
El caso fue que el asesinato de Moro no sólo impidió el “compromiso histórico” entre el PCI y la Democracia Cristiana sino que hicieron girar Italia hacia la derecha con medidas excepcionales en el Código penal y a nivel politico, de manera de que los Kissinger y los Kohl podían tranquilos seguir sus sueños democrato-imperiales.
Ya desde 1969, Negri se encuentra entre los fundadores del grupo Potere Operaio (Poder Obrero), expresión política del operaísmo (obrerismo) más radical. Potere Operaio celebró su último congreso en 1973, tras el cual muchos de sus miembros se volcaron en el nuevo proyecto organizativo de la Autonomía Operaia. Antonio Negri fue uno de los impulsores de esa experiencia militante, que tuvo como epicentro la nueva realidad proletaria de las metrópolis italianas de la crisis y la reestructuración de las fábricas y del gasto público. En particular, Negri contribuyó a la creación del periódico Rosso, con redacción en Milán, que se convirtió en un referente publicístico de las luchas y los debates de la nueva composición de clase para la cual Negri y sus compañeros acuñaron el término de obrero social [operaio sociale]. Se diferenciaba y separaba al obrero social del obrero masa. Se pretendía crear una division y ganar la hegemonía del movimiento obrero.
El 7 de abril de 1979, con 46 años, Antonio Negri fue arrestado y acusado de ser el autor intelectual del asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas (BR) en 1978, así como de conspirar para derrocar al gobierno. En aquella época Negri era profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Padua, profesor invitado de la École Normale Supérieure y se proclamaba marxista revolucionario en favor de la insurrección armada. Negri negó siempre tener relación personal o ideológica con las Brigadas Rojas, lo que ha sido corroborado por los propios militantes de las BR.
Pasó cuatro años en prisión (narra parte de la experiencia en El tren de Finlandia), hasta que el Partito Radicale de Marco Panella, que había trabajado para conseguir su libertad, lo incluyó en una de sus listas electorales a la legislatura de 1983 y salió elegido como diputado. Gracias a la inmunidad parlamentaria Negri pudo salir de la cárcel, pero el parlamento revocó la inmunidad unos meses más tarde. Negri se exilió entonces a Francia, donde residió 14 años, escribiendo y enseñando, protegido de la extradición por el gobierno de François Mitterrand. acogiendose a la llamada Doctrina Mitterrand.
A Negri le tocó el mejor y el peor de los tiempos posibles para la construcción de un ideario político que colonizase las ansias de cambio desde el pensamiento. Decir que Italia vivía un periodo convulso, vista su historia, sería llover sobre mojado o prácticamente como no decir nada. Pero a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta se formó en el desagüe de la política un remolino diabólico que derivó en los Años de Plomo.¿El fracaso del Estado? Más 15 mil atentados entre ultraderehistas y ultraizquierdistas, con centenares de muertos y heridos. Y así hasta que Italia se reencauzó a la buena ruta pro-occidental germano-americana.
Las ideas, la cultura y la política se convirtieron y usaron en un cóctel insólito en el que algunos intelectuales, profesores universitarios sin dotes para la agitación se convirtieron en referentes de la lucha y el ruido que llegaba desde la calle. Negri fue uno de esos maestros, “cattivi maestri [malos maestros]”, como algunos lo denominaron en Italia y como le recordó el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano. Y ahí comenzó su leyenda.
Repitamos que a Negri le tocó el mejor y el peor de los tiempos posibles para la construcción de un ideario político que asumiese las ansias de cambio desde el pensamiento. Cierto que Italia vivía un periodo convulso, vista su historia. Pero no es menos cierto que a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta tanto en Italia como en otros países se originaban remolinos que implementaban lo político con lo económico en lo que eran diabólicos Años conocido como los famosos Años de Plomo. Las ideas, la cultura y la política se convirtieron en un arma arrojadiza —especialmente visto desde el relativo aplanamiento actual— ahora son pocos los que se atreven levantar la voz contradictoria: sólo algunos intelectuales, profesores universitarios o personalidades públicas y son asaeteadas con acusaciones de estar rusificados o no ser verdaderos defensores de la Democracia.
Negri fue uno de los atrevidos que levantaron la voz, uno de los mencionados maestros, “cattivi maestri [malos maestros]”, como algunos lo denominaron en la Italia de entonces y que tanta falta hacen en la Italia actual regida por un gobierno neofascista del 2023.
El Antonio Negri pensador —autor de obras como El tren de Finlandia (1990), Spinoza subversivo (1994), Europa e Imperio (2003) o la controvertida Imperio (2000), escrita con Michael Hardt— era ya un gran intelectual con reconocimiento internacional. Tuvo una vida compleja, una vida plena y plagada de pasos entre la academia y la peligrosa aventura de la lucha política. Un hombre de libros, en suma, que libresco o aventurero terminó viviendo de forma tormentosa su tiempo. En sus orígenes, en su Padua natal y a su manera, influido por un cierto mundo católico italiano (pertenecía Azione Catolica), fue socialista. Pero sustancialmente era ya importante en aquella época por ser un gran estudioso del filósofo Baruch Spinoza, el pensador de la libertad del siglo XVII. Libro sobre Spinoza que escribió desde las mazmoras carcelarias.
El mayo del 68, sin embargo, atravesó la obra y la vida de Negri de forma decisiva y reafloró en él el arrebato revolucionario, un impulso de revuelta en las formas más románticas. Sin haber sido al comienzo puramente comunista (fue algo crítico), más bien un marxista muy sui generis, viviendo el relato político desde las universidades y entrando en el calor de las luchas estudiantiles a través de esos muros, se convirtió necesariamente en una referencia de una nueva izquierda extraparlamentaria que debía todavía crearse. Un nuevo mundo con tentaciones muy concretas para la revolución. Gestos, como la violencia o el uso de las armas, que impedirían a muchos dar marcha atrás. Al parecerNegri no empuñó nunca una pistola, pero se convirtió en los años 70 en teórico legitimador de esta como forma política, aunque fuera desde una cierta estética y romanticismo. Desgraciadamente en el movimiento revolucionario real tales devaneos esteticistas o románticos pueden acabar muy mal o ayudando a la derecha a ganar.
La obra de Negri intenta revisar críticamente algunas de las principales corrientes intelectuales de la segunda mitad del siglo xx, poniéndolas al servicio de un nuevo análisis marxista del capitali
Las tesis centrales de su obra Imperio, según la cual el Estado-nación ha perdido su papel central como formación política primaria para dejar lugar, en un sentido tendencial y no exento de catástrofes, a un mecanismo global de poder difuso y descentralizado, denominado precisamente Imperio. En la obra, los actores ocultos que han impulsado esas transformaciones del poder y la soberanía han sido las luchas de la clase obrera y de los sujetos postcoloniales, es decir, las dimensiones transestatales de la producción y el conflicto en las dimensiones del mercado mundial han conducido a un "interregno", esto es, a un ámbito en red del poder mundial, el Imperio, justamente, en el que distintos actores (monárquicos, como es el caso de los EE.UU. aristocráticos, como algunos Estados-nación y las grandes corporaciones multinacionales, y democráticos, como es el caso de las ONG, los medios de comunicación de masas) dan forma tendencia a una constitución imperial, basada en un poder en red. Sus tesis han suscitado ingentes polémicas, particularmente a partir del rol agresivo y unilateralista adoptado por los Estados Unidos a partir del 11-S.
“Cuando me pongo el pasamontañas, siento el calor de la lucha obrera”, parece que dijo en una ocasión. Pero la lucha obrera real no siempre tiene el calor del pasamontañas sino el frío del despido, de las represalias o del enfrentamiento a las fuerzas del Orden.
En un encuentro televisado con Pablo Iglesias en LA TUERKA después de una interesante entrevista, al final en el tradicional brindis el veterano elevó la copa por la Victoria de Podemos. Eran tiempos difíciles, en Mayo del 2015. Todavía habrían de pasar años para que se llegase al Primer Gobierno de coalición entre el PSOE de Sánchez y el Unidas Podemos de Pablo Iglesias en el 2020.
Europa actúa de forma estúpida. El filosofo italiano subrayaba con frecuencia la necesidad de la UE de reformar y separar su Sistema de la hegemonía americana, en un mundo protagonizado por EE UU, China y Rusia. En estos tiempos y vistas las circunstancias me inclino a darle la razón sobre la conducta de la Europa atlantista.
Resulta paradójico que ahora en el año de su muerte sea un Gobierno italiano ultraconservador y neofascista el que en la conmemoración del secuestro y asesinato de Alvdo moro reclame al gobierno francés que les entregue a los exilados que se acogieron a la Doctrina Mitterrand, y viven pacíficamente en Francia. Uno no tiene por qué sentir simpatías por estos antiguos miembros de las BR, pero no parece que se gane nada a nivel democrático internacional que sea un Gobierno en que hay ministros que han alabado al fascismo de Mussolini y no son europeistas declarados los que reclamen a tantos años pasados la extradición.
Toni Negri desde el más allá que reclamaba para sus concepciones teóricas está a salvo de tales molestias.
* Gracias a Emilio Díaz Miranda
