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viernes, 10 de mayo de 2024 09:49h.

La trampa de las listas de espera quirúrgicas - por Alba Piñol Farré

Para nuestra sanidad pública, de calidad y gratuita para todos

La trampa de las listaas de espera quirúrgicas - por Alba Piñol Farré

Para nuestra sanidad pública, de calidad y gratuita para todos

Si barajamos las cifras de las listas de espera quirúrgicas en Canarias nos quedamos descolocados. Según Brígida Mendoza el día 11 de septiembre pasado, manifestaba que los hospitales canarios registraban, a fecha de 30 de junio del mismo año y según fuentes de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias un total de 29.856 personas que esperaban ser operadas. En el mismo período, el día 2 de septiembre de 2013 en la revista Interviú y bajo el título “Así se maquillan las listas de espera” se publicaba un artículo en el que, según el portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública Canaria la lista de espera en esta comunidad sería “…de un mínimo de 45 mil personas”.

Existe una Orden del Parlamento Canario publicada en el BOC el 26 de diciembre de 2006, que no se aplica pero que si lo hiciera sería en defensa de los pacientes. Establece que los plazos máximos de intervención quirúrgica en gran parte de las cirugías prevé “un plazo máximo de acceso garantizado de 90 días”. Esta Orden modifica el anejo I de la Orden de 15 de Mayo de 2003 y que como otras ordenanzas legales son papel mojado.

Cuando cualquier paciente recibe una Solicitud de Ingreso–Consentimiento. Solicitud de Inclusión en Lista de Espera Quirúrgica, firmada por el “facultativo” que realiza la indicación, debe presentarse lo antes posible al departamento de admisiones del hospital correspondiente, quién la registrará con la fecha de admisión y partirá directamente a un departamento llamado UNIDAD CENTRAL DE LISTAS DE ESPERA del Servicio de Área de Salud donde se amasan todas las solicitudes a la espera de ser distribuidas a los centros privados concertados (prioritariamente) y a los hospitales públicos en segunda posición, desconociéndose el sistema que utiliza para su repartición. Supongo que es uno más de los tantos y tantos temas que “no incumben al paciente”.

Sobre el impreso antes citado hay que hacer unas precisiones:

1.- Es importante presentarlo inmediatamente en la administración del hospital   ya que de ello depende el orden que se ocupara en la lista de espera.

2.- Tener presente el derecho que nos asiste a todos los pacientes de no aceptar, bajo ningún concepto, el párrafo del impreso:” Con el fin de disminuir en lo posible el tiempo de espera para la intervención…puede contar con el apoyo de otros Centros Sanitarios concertados...” aunque lluevan amenazas de todo tipo, además que hay que insistirle a la administrativa que lo haga contar en el apartado “observaciones”. No podemos aceptar dicho párrafo por varias razones de sentido común:

a) La primera es que los hospitales y los médicos los pagamos con nuestro dinero por lo tanto podemos exigir que nos operen “en nuestras propiedades”. b) La segunda es una cuestión de ahorro del dinero público: las operaciones hechas en centros concertados, de cuya calidad no dudo aunque no creo supere la de los hospitales públicos, cuestan al contribuyente  entre un tercio y el doble más que en el hospital.

c) La tercera, hacer caso omiso de las amenazas cuando uno se niegue a operarse en el concertado, que entre otras coacciones existe la de que se va a perder puestos en el orden de las listas de espera. Es pura leyenda, cuando el expediente regresa al hospital recupera su puesto inicial en la lista.

d) La cuarta y no menos importante es la economía de tiempo espera para el paciente en período de recortes. Los administrativos y políticos que hacen sus cálculos sobre sanidad no creo que se de cuenta de lo que significa el retraso de cualquier operación (por que si realmente se dieran cuenta estaríamos frente a una pandilla de asesinos y de muchos más cargos penales).  Se trata de un gasto suplementario importantísimo: Hay que atender al paciente hasta que le operen (semanas, meses, años…) y luego aceptar las consecuencias de una operación hecha demasiado tarde: secuelas mucho más serias, irreversibles y costosas. Es verdad que siempre queda la esperanza de que el paciente muera.

e) La quinta es el efecto colateral que las derivaciones a los centros concertados supone: la perdida de sesiones de estudio y prácticas para nuestros estudiantes residentes de medicina.

¿Se pueden evitar o disminuir estas listas de espera tremendamente largas, costosas y a menudo irreversibles? Pues claro; readmitiendo al personal hospitalario no estatuario; plantilla que fue despedido en su día facilitándole nuevos contratos de trabajo y condiciones laborables acordes a su profesión. Reabriendo las camas y alas de los hospitales cerrados y  los más de cuarenta quirófanos que permanecen clausurados todas las tardes por sólo hablar del HUC.

Le deseo buena salud y larga vida al Rey como persona que vive en territorio nacional español. Aunque me gustaría saber cómo ha barrido todas las listas de espera quirúrgicas de la Comunidad de Madrid para su operación, siendo una persona que forma parte de esa minoría que no ha cotizado nunca a la seguridad social, que paga los impuestos directos e indirectos como todos, y que el gobierno actual le quita los derechos básicos contenidos en la Declaración de los Derechos Humanos y en la Constitución.

¿Es que tenemos la solución en nuestras manos? No lo sé. Lo que sí sé es que si continuamos aceptando el mecanismo existente pronto tendremos una hecatombe (y esta vez no será por orden divina si no gubernamental) de ciegos, cojos, lisiados,…y fallecidos, todos, evidentemente, víctimas de las listas de espera de la seguridad social.

Así que, para todos aquellos que estén en lista de espera quirúrgica, tengan familia, amigos, conocidos que esperen fecha o que hayan fallecido por no poderse operar a tiempo, no nos queda otra que unirnos todos y plantar cara a esa seguridad social que está arruinando nuestra salud y nuestra vida. Creo que uniéndonos podemos derrocar la prepotencia y la apropiación indebida de nuestra salud, o lo que es más importante, de nuestra vida.

Si están interesados en formar piña a fin de poder reclamar y defender nuestros derechos, ruego se pongan en contacto con el correo electrónico siguiente al que me comprometo responder con mensajes personales a todos aquellos que escriban para intentar unirnos ante el mismo linchamiento del que somos víctimas:

[email protected]