¡Se trata del bienestar de España, imbécil! - por Erasmo Quintana *

Todos estamos amasados con debilidades y errores, vino a decir Voltaire, más o menos, por lo que deberíamos perdonarnos recíprocamente todas nuestras tonterías. Este momento político actual -lo vemos en las actuaciones de quienes elige el pueblo-, es la monstruosa costumbre de perseguir al contrincante porque no es de su opinión.

Y en cuanto a las religiones, el cristianismo es el que debía incidir más en la tolerancia, pero resulta que los cristianos han venido a ser los más intolerantes de todos los humanos.

La experiencia, hoy, no es un lugar de provecho, siendo como es, la posibilidad de enmendar errores pasados. El resultado no sirve de enseñanza de aquello que hicimos mal. La razón y el bien no son monedas en curso. Lo hemos visto en el debate de enmiendas de los nuevos Presupuestos del Estado de 2021. Organizaciones políticas que se oponen por sistema cuando en los mismos se recogen partidas provechosas para comunidades nunca vistas, seguramente por la situación tan especial de la pandemia; los más progresivos que se conocen, y son rechazados teniendo solo en cuenta el interés político, no el crematístico que viene a solucionar la terrible crisis económica de su región y del país. Estos políticos de poca monta se ponen en ridículo porque hacen que nos preguntemos para qué están en política. ¿Para defender sus tesis de partido, o para hacer por su mediación a su pueblo próspero, y halle solución a tanta precariedad? 

La negativa del PP a estar a la altura de su responsabilidad de partido de gobierno, con su filibusterismo político aboca al Gobierno del PSOE-Podemos a tener que sacar adelante los Presupuestos (de Montoro, prorrogados desde 2018) con lo que tiene a mano, EH Bildu, Esquerra Republicana, etc., motivo que al tiempo el PP aprovecha para tirarles a la cara que pactan con los independentistas.

Este mediocre Pablo Casado olvida que el PP de José M.ª Aznar pactó con Herri Batasuna los Presupuestos del Gobierno de Navarra en 1993, con una ETA que asesinaba, alcanzando en aquellos momentos a 14 ciudadanos ejecutados. Si el PP es tan patriota, ¿por qué no lo evita con responsabilidad de Estado y ayuda al Gobierno para no tener que recurrir al independentismo, y sacar adelante unos Presupuestos que van a solucionar la vida al pueblo español, inmerso ahora en una de las crisis económicas más graves que se conocen? Esto del Partido Popular no es lo que es y es lo que no es. Y de Vox, instalado en el disparate, ni les cuento. Lo de Ciudadanos, una desgarradora subida a su Monte Carmelo particular, con su quiero y no quiero, pone como condición en Cataluña eliminar la anulación del español como idioma vehicular.

Cuando de excusas se trata, hay donde escoger.

En la discusión de enmiendas a los Presupuestos se puso de manifiesto los 750.000 ciudadanos que viven con los ERTE en España, y lo previsto ante esta anómala situación es que estén consignados 27.000 millones que irán a engordar a las Comunidades Autónomas, pues se entiende que gobernar para todos, según este Gobierno de coalición, es redistribuir la riqueza del país con justicia. Todo lo existente entre nosotros, no solamente quiere durar en el tiempo, sino hacerse mayor y más fuerte, pues todo retorna eternamente: el eterno retorno. Por esto vemos que el humano no cambia sustancialmente. Hoy hay una fuerza política que ha venido a repetir las vivencias de hace ochenta años que creíamos superadas e imposibles de repetición. Vox utiliza incluso la misma estrategia que el fascismo naciente del decenio de los treinta del siglo pasado: la desestabilización de la convivencia para conseguir, en plena II República, que repudiaban, el descontento y hartazgo del pueblo, allanándole el camino a aquella radical política totalitaria, que sería admitida, según el fascismo, como mal menor. 

Esto es lo que viene buscando, con no muy buenos modales, la muchachada de Vox. Pero a mí, en realidad, lo que más me preocupa no es esta formación nazi-fascista. Lo que más temo es esa pléyade ignorante de descontentos y antisistema, el lumpen, que siguen viendo en esa formación la única salida, como signos de los tiempos, a vidas vacías, sin ilusión y llenas de frustración. 

Y el colofón: Qué bofetada le están dando a su propio partido los barones del PSOE, Lambán, Vara y Page, haciendo suyos el argumentario de Vox y PP en contra del Gobierno por la gestión del Covid y la necesidad de pactar con los independentistas. Parecen que no son del Partido Socialista.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana