Israel y Hamás acuerdan extender la tregua en Gaza dos días más  BBC

El acuerdo de Israel para negociar intercambios de prisioneros con Hamás es una señal de derrota

por Abdel Bari Atwan

Rai Al Youm

Quizás sea prematuro hacer una evaluación definitiva de los primeros días del ataque israelí contra la Franja de Gaza, o prever lo que sucederá el día después de la tregua junto con la primera tanda de intercambios de prisioneros.

Lo que está claro, sin embargo, es que el líder de Hamas en Gaza, Yahya al-Sinwar –quien disparó el primer tiro en esta guerra con el ataque del 7 de octubre a bases militares y asentamientos en la “Envoltura” de Gaza que sorprendió a los establishments militares y políticos israelíes– ha logrado imponer sus condiciones.

Sinwar y su mano derecha, el comandante de las brigadas Qassam, Muhammad Deif, pasaron tres años preparándose metódicamente para esta guerra. Lo han logrado con un alto grado de habilidad y perspicacia intelectual que ha asombrado tanto a amigos como a enemigos. En contraste, los líderes de Israel, el trío Netanyahu-Gantz-Gallant, han seguido un enfoque nihilista vengativo que les ha causado importantes pérdidas militares, políticas y diplomáticas, al tiempo que no lograron su objetivo declarado de destruir a Hamas y otros grupos de resistencia a pesar de 47 días de guerra. violentos bombardeos en masa contra civiles indefensos.

La medida de la victoria o la derrota en la guerra no es el número de víctimas. Los vietnamitas sufrieron más de 20 veces lo que sufrió Estados Unidos, pero al final salieron victoriosos. Lo mismo puede decirse de los talibanes en Afganistán. La historia está repleta de ejemplos similares.

Lo que diferencia la actual guerra en la Franja de Gaza de todas las guerras árabes anteriores con Israel es el liderazgo, específicamente del lado palestino. El liderazgo de Sinwar ha combinado una determinación inquebrantable con una planificación, preparación, ejecución y sincronización magistrales, tanto en términos militares como de inteligencia. Tomó a Israel por sorpresa al mantener un sorprendente grado de secretismo y limitar el conocimiento a un pequeño círculo de gran confianza. Ni siquiera los líderes de Hamás radicados en el extranjero tenían conocimiento previo del ataque del 7 de octubre ni siquiera de sus preparativos, según una fuente cercana a las brigadas Qassam.

Lo que siguió fue un golpe devastador para el estado ocupante israelí, que llevó la batalla directamente al enemigo, mató a cientos de sus soldados y colonos y capturó a decenas, y sacudió los mismos cimientos que lo sustentan: temor, disuasión, seguridad, estabilidad. , superioridad militar y simpatía y apoyo internacionales.

El acuerdo de Netanyahu y sus generales para negociar los términos de la tregua temporal fue una primera señal de derrota. Cumplieron con las condiciones de Sinwar y sus ayudantes y reconocieron efectivamente su movimiento después de intentar desdeñarlo y demonizarlo. Cayeron en su trampa. Estaban cegados por su arrogancia y sentido de superioridad al no evaluar correctamente a su enemigo, que ha aprendido de los fracasos y errores de los líderes palestinos anteriores: aquellos que encadenaron al pueblo palestino con los acuerdos de Oslo y la indignación de la cooperación en materia de seguridad, pusieron todos sus huevos en en la canasta de Estados Unidos, Europa y la llamada comunidad internacional, y lo apostó todo para solicitar su simpatía y amistad. Los nuevos líderes palestinos no viajan en automóviles de lujo ni en aviones privados, sino que viven bajo tierra.

Todas las agencias de inteligencia y satélites espías de Estados Unidos e Israel no han logrado detectar el paradero de Sinwar, su sala de operaciones, los túneles que conectan con ella o las fábricas subterráneas de misiles y drones. Acaban de retirarse del complejo médico de Shifa después de afirmar que su sala de operaciones estaba debajo. A continuación, dirán que está en algún lugar del sur de Gaza y lo utilizarán para desencadenar otra fase de guerra genocida, por la que terminarán pagando un alto precio en venganza o por cada palestino que maten. El pueblo palestino no olvida ni perdona.

No puedo predecir qué sucederá después de que expire la tregua de cuatro días, pero sospecho, por la experiencia de otras guerras, que es probable que se extienda. De cualquier manera, lo que importa es la existencia de un liderazgo palestino diferente y valiente; grupos de resistencia sofisticados dispuestos a sacrificarlo todo y reflejando una nueva etapa en la cultura de resistencia; y el abrazo cálido, solidario y cohesivo del respaldo popular. Eso es lo que causa tanta consternación y abatimiento en las filas israelíes.

El "pequeño" Israel está siendo sacudido y el "gran" Israel está siendo descarrilado, no por los ejércitos y generales árabes, sino por la resistencia palestina y el apoyo popular masivo árabe e islámico al mismo. En última instancia, esto podría presagiar una ola de cambio en el mundo árabe que arrase con gobernantes y regímenes, como la que siguió a la Nakba de 1948.

* Gracias a Abdel Bari Atwan y a la colaboración de Federico Aguilera Klink

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