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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

La banda de Las Teresitas. a juicio, aunque falta el mandador - por Chema Tante

"A cada cerdo le llega su San Martín", reza el a veces acertado refrán español. A veces, porque la verdad es que hay muchos que se libran. Y, aunque a estos de la Banda de Las Teresitas, de momento, y ya es tarde, les están anunciando su San Martín, no les ha llegado, todavía. Y no estén seguros de que les llegue, porque en este estado de derecha heredado de la Dictadura, la mano de la impunidad es alargada. Y, encima, el más grande de todos, el ruin Zerolo, sigue librándose, gracias a los manejos políticos que los tres partidos uno en tres, CcPsoEPp le permiten urdir.

"A cada cerdo le llega su San Martín", reza el a veces acertado refrán español. A veces, porque la verdad es que hay muchos que se libran. Y, aunque a estos de la Banda de Las Teresitas, de momento, y ya es tarde, les están anunciando su San Martín, no les ha llegado, todavía. Y no estén seguros de que les llegue, porque en este estado de derecha heredado de la Dictadura, la mano de la impunidad es alargada. Y, encima, el más grande de todos, el ruin Zerolo, sigue librándose, gracias a los manejos políticos que los tres partidos uno en tres, CcPsoEPp le permiten urdir.

La historia de Las Teresitas, que ya lleva más de quince años, engloba todos las mataperrerías que puedan hacerse contra las perras públicas; aliñadas con otras bajezas perpetradas contra unas personas propietarias de terrenos, engañadas, si se dejaban. o robadas directamente, cuando no.

Zerolo, conchabado con Plasencia y González. Un alcalde miserable y dos empresarios carroñeros, armaron un negocio que empieza por la compra de unos terrenos, no a las personas propietarias, sino a una Junta de Compensación que se excedía de sus competencias. Pero unos terrenos objeto de un contencioso contra el propio ayuntamiento, que el Supremo resolvería aceptando la edificabilidad del suelo. Pero, casualidades de la vida, los eximios empresarios compraron poquito antes de que la sentencia suprema se hiciera pública. Cosas de tener información privilegiada ¿saben ustedes?. Y con eso, la rapiña con forma de empresarios, compró a precios de chantaje, unos bienes que ya valían mucho más. En eso tuvo protagonismo otro bellaco, Mauricio Hayeck, otro pendiente de que le llegue su merecido San Martín, abogado de una parte (la propiedad de los terrenos) pero que cobrara de la otra parte. Al tipo puede vérsele todavía pavoneándose por las calles de Santa Cruz de Tenerife, restregándonos por los besos su impunidad. Bueno, verse, se puede ver a todos estos de San Martín, componentes de la Banda de Las Teresitas, echándoselas por calles, plazas y restaurantes, como si no pasara nada.

Los granujas de la banda, para disponer de los fondos necesarios, consiguieron, de ayer para hoy, un crédito de CajaCanarias, ni siquiera a su propio nombre, sino para una empresa tramposa. Inversiones Las Teresitas. Como el manido Al Capone, esta familia pintarrajeaba de legalidad su sindicato del crimen.

Acto seguido, la banda de Plasencia, González y Zerolo, le vendió al ayuntamiento una décima parte del suelo tan feamente habido, por el triple de lo que había costado la totalidad. Sí. El triple, por la décima parte. Pero, encima, amañando el precio, llegando a botar como agua sucia a la técnica municipal que se empeñaba en tasar el suelo a su justo valor. Por cierto que la técnica es la hermana de Ana Oramas, que bien podría coger recortes del bien hacer fraterno, en lugar de apoyar desde la coalición nada canaria a su chamarilero compinche Zerolo.. El ayuntamiento apoquinó, repito, tres veces más del total pagado, por la décima parte. Y, por si fuera poco, concediendo beneficios urbanísticos al 90% restante.

La parcela comprada por el ayuntamiento era la más cercana a la costa, con lo que buena parte del resto que quedaba en manos de los empresarios compichados con el alcalde, se revalorizaba de nuevo, porque pasaban automáticamente a ser primera fila de playa, dado que el ayuntamiento no edificaría en el cacho de tierra que compraba.

Sobre ese suelo comprado; y sobre la décima parte vendida, luego se conocieron varias sabrosas cosas. En esencia, que la franja que pasaba a ser municipal, ya era, en buena parte, suelo público y, en otra buena parte, riscos sin ningún valor. Y, sobre el total de los terrenos comprados por los tramposos Plasencia y González, se supo también que muchas de las personas legítimas propietarias ignoraban que habían vendido sus propiedades, por las que, claro, no recibieron nada. Nadie ha investigado las extrañas maniobras que permitieron que esos bienes acabaran registradas a nombre de la empresa de los canallas empresarios. Yo, a eso, lo llamo robo. Y, a lo que hizo MAPFRE, que compró esos terrenos robados, le llamo receptación

Todas estas trapisondas se perpetraron, claro, con una apariencia de legalidad y rectitud administrativa. Veamos dos hitos del monumental tinglado, Uno, la aprobación por parte de CajaCanarias de un crédito fabuloso a una empresa sin patrimonio, recién constituida, carente de registro y propiedad de un ciudadano cuya nómina era mileurista. Así han acabado las cajas canarias. El otro, la aprobación por el Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en acuerdo que los desagallados concejales del partido antaño socialista y obrero votaron con entusiasmo a favor, a pesar de las admoniciones que les hiciera Santiago Pérez de que lo que estaban consintiendo era una estafa.

Por eso le dije en su día a Emilio Fresco que si votó como votó, o era un vendido o era un  totorota. Depende  de si cobró o no cobró por ello. Extremo que desconozco.

A todas estas, ya existe una sentencia del Supremo que declara la irregularidad del acuerdo entre el ayuntamiento chicharrero y la empresa fullera y que obligaba a devolver al erario municipal los 57 millones afanados, más los intereses. Pero no solamente los sucesivos gobiernos municipales, con Zerolo, bueno fuera;  y con Bermúdez, después, al frente, se han resistido a reclamar el pago. Y, para que el esperpento no termine, los filibusteros Plasencia y González le reclaman al ayuntamiento unos 100 millones, por daños y perjuicios. Quedará para la historia la declaración zafia del Plasencia ("No, mano. Esto no se queda así...."

Y, mientras tanto, el desgraciado mayor, Zerolo, muertito de la risa, porque su causa ha ido y venido,  a cuento de sus pertenencias a parlamentos y senados.

Pero da igual. Falta mucho para que se emitan las  sentencias de varios años que se les piden a estos que todavía no les llega su San Martín. Y cuando lleguen, si llegan, esas sentencias, vendrán recursos y dilaciones varias. Pero lo cierto y verdad es que estos pollos no pisan la carcel, como lo harían ipso facto si hubieran cometido el delito de manifestarse o exhibir una pancarta. Que aún hay clases.

http://www.sanborondon.info/content/view/66659/1/

http://www.eldiario.es/tenerifeahora/tribunales/acusados-Teresitas-deberan-bolsillo-millones_0_366064278.html

http://www.laopinion.es/tenerife/2015/03/14/fiscalia-pide-ocho-anos-carcel/595742.html

http://www.diariodeavisos.com/2015/03/anticorrupcion-solicita-apertura-juicio-oral-por-caso-teresitas-pide-52-anos-prision/

http://eldia.es/tenerife/2015-03-14/1-Fiscalia-solicita-anos-carcel-doce-acusados-Teresitas.htm

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=368520

http://www.laprovincia.es/canarias/2015/03/14/fiscalia-pide-52-anos-carcel/685430.html