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lunes, 29 de abril de 2024 00:53h.

A mí me costó votarte, Felipe - por Carlos Espino / Felipe González le hace el juego sucio a la reaccionaria derecha, comenta Antonio Aguado

 

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Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, señala y comente este artículo del ex secretario general del PSOE Lanzarote, Carlos Espino. Y yo, Chema Tante, digo que por mucho menos de lo que ha hecho el tal Felipe, el PSOE  ha expulsado a gente

Felipe González asegura que le “costó” votar al PSOE el 23J y considera que la amnistía no cabe en la Constitución EL DIARIO

 

Felipe González le hace el juego sucio a la reaccionaria derecha, comenta Antonio Aguado      

ANTONIO AGUADO
ANTONIO AGUADO

 

Aparte de todas sus contradicciones como "socialista", Felipe González perdió su dignidad y autoridad moral, aprovechando el cargo que había ostentado como presidente del Gobierno, para acceder a la empresa privada por mediación de las "puertas giratorias".        

Antonio Aguado Suárez

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A mí me costó votarte, Felipe - por Carlos Espino, ex secretario general del PSOE Lanzarote EL DIARIO CANARIAS AHORA

  • Estoy convencido de que si reflexionaras te darías cuenta de que nada es tan triste y lamentable como mendigar los aplausos de los adversarios al precio de criticar a los propios

 

Expresidente del Gobierno español Felipe González. Expresidente del Gobierno español Felipe González. EFE

 

Con tu sinceridad habitual reconoces que te costó votar al PSOE el 23J y, vaya una sinceridad por otra, me alegra que hayas sacado el tema para poder decirte que a mí me costó mucho votar al PSOE cuando tú lo liderabas.

No me faltaban motivos para sentirme incómodo. Desde la reconversión industrial a la entrada en la OTAN, pasando por el intolerable «gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones», me diste motivos más que suficientes para que mi voto se convirtiera en un voto incómodo, respaldado en el deseo de creer que Felipe escribe derecho con renglones torcidos.

El tiempo te dio la razón en la mayor parte de las decisiones que tomaste, por más que algún nostálgico nos sueñe dentro del bloque de los No Alineados, o que si la reconversión era necesaria se quedó corta en la parte de generar nuevas oportunidades, jugándolo todo a la apuesta errónea por convertirnos en el resort de Europa.

Me atrevo a decir que a ti, si vivieras cien años y me alegraría si así fuera, te pasaría lo mismo con el tiempo. Te darías cuenta de que nuestro secretario general y presidente está poniendo los intereses de nuestro país por encima de cualquier otra consideración lo cual exige, entre otras cuestiones, impedir el acceso al gobierno de la peor derecha que ha sufrido nunca España.

Me cuesta pensar que preferirás que un mentiroso compulsivo, compi de narcos, con un acreditado historial de destrozo de lo público a sus espaldas, sería mejor presidente que Pedro. Tú, que tan aficionado has sido siempre a detectar y protagonizar los grandes cambios de la Historia, debes ser plenamente consciente de lo que nos jugamos como país si permitimos que gobierne la ultraderecha.

Debo reconocer que hace años te entendía. Al fin y al cabo, no tenías espejo en que mirarte para saber cuál es el papel de un expresidente que, hay que recordarlo, también le hiciste más de un feo a Zapatero.

Pero, mira por dónde, hoy sí tienes un ejemplo que pueda orientarte en estos años de tu senectud y es precisamente José Luis Rodríguez Zapatero, que continúa dando una lección impagable de lealtad a nuestro país y a nuestro partido, reconociendo y aceptando que haber sido secretario general del Partido Socialista y presidente de España le genera una obligación permanente de servicio a quien le dio todo, ese PSOE en el que ambos militamos, Felipe, y que hoy, te guste o no, lidera Pedro Sánchez.

Fíjate, hasta yo, que tan solo he llegado a ser secretario insular del PSOE de Lanzarote, un honor inmenso para mí, pero la nada comparado con tu trayectoria, reconozco que mi libertad para expresarme e incluso para desarrollar mi acción política está limitada por la enorme deuda que tengo contraída con mi partido.

Apelo a tu inteligencia, Felipe. Estoy convencido de que si reflexionaras te darías cuenta de que nada es tan triste y lamentable como mendigar los aplausos de los adversarios al precio de criticar a los propios.

Es una pena que a día de hoy no llegues a la altura del tobillo de tu propia historia y continúes empeñándote en negar a tu partido y a tu secretario general lo que tú tuviste de sobra: lealtad.

Te agradezco, sin embargo, que me hayas ayudado a aclarar mis ideas: hoy no te votaría ni de coña, Felipe.

 

mancheta junio 23