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viernes, 26 de abril de 2024 17:58h.

Declaración de Barcelona: I Foro del Sur de Europa

¡Es tiempo de acabar con la austeridad! ¡Es tiempo para la Democracia y la Solidaridad! ¡Es el momento para cambiar Europa!

Declaración de Barcelona: I Foro del Sur de Europa

¡Es tiempo de acabar con la austeridad! ¡Es tiempo para la Democracia y la Solidaridad! ¡Es el momento para cambiar Europa!

La batalla por el cambio en Europa ya ha comenzado.
 
La caída del Gobierno del Memorando en Grecia será un importante paso que se completará mañana con la inminente victoria electoral de Syriza. Esta victoria no supondrá sólo la restauración de la democracia en Grecia, sino que frenará la catástrofe humanitaria que está sufriendo el pueblo griego.
 
Será una señal fuerte y clara a todos los pueblos de Europa, especialmente a los del Sur, con el siguiente mensaje: “El ‘merkelismo’ no es invencible. Se puede parar la austeridad. Cambiar Europa es posible”.
 
Nosotras/os, representantes de partidos políticos, movimientos sociales, sindicatos y otros activistas sociales del sur de Europa reunidos en Barcelona, en el I Foro del Sur de Europa, expresamos de forma conjunta nuestra determinación de trabajar juntos, con el objetivo de combatir la estrategia neoliberal de la austeridad que ha sido brutalmente impuesta en nuestros países mediante memorandums de la troika, los programas nacionales de extrema austeridad y las contra-reformas estructurales. Juntos y juntas promovemos una alternativa colectiva y concreta para una salida progresiva de la crisis, en la dirección de una Refundación de Europa sobre unas bases de democracia, solidaridad y sostenibilidad social y medioambiental.
 
No nos enfrentamos a la actual crisis como si se tratase de una serie de ‘anomalías estatales-nacionales’, ni como un conflicto entre el Norte y el Sur de Europa. Por el contrario, empezando desde el sur, nuestra prioridad es ampliar el frente europeo de resistencia contra el neoliberalismo e impulsar soluciones europeas que harán más fuerte la unidad de los pueblos de Europa contra el actual resurgimiento de proyectos austericidas y fuerzas reaccionarias, chovinistas y de extrema derecha.
 
El futuro de la eurozona no se ve comprometido por nuestro plan de una inmediata ruptura con la austeridad y una estrategia alternativa para el desarrollo económico y social. Por el contrario, se ve comprometido por la austeridad destructiva impuesta por la clase dirigente neoliberal, bajo la dirección de la actual mayoría conservadora en Europa.
 
Por lo tanto, con el objetivo de poner inmediatamente fin a la crisis europea y rescatar la idea de la unidad de los pueblos y de la ciudadanía europea, necesitamos urgentemente un cambio de políticas:
 
 
1.      Un Green New Deal para Europa. La economía europea lleva sufriendo más de 7 años de crisis, con una media de paro por encima del 12%. Tenemos a las puertas el peligro de una deflación al estilo de la de 1930. Europa podría y debería prestar colectivamente a índices de bajo interés para financiar un programa de reconstrucción económica, transición ecológica y desarrollo sostenible y social, enfatizando la inversión en las personas, en la protección social, en servicios públicos, en energía, en tecnología e infraestructuras realmente necesarias. El programa ayudaría a las economías afectadas por la crisis a liberarse del círculo vicioso de recesión y ratios crecientes de deuda, creación de empleo y recuperación sostenible.
 
2.      Acabar con el desempleo. La media europea de desempleo es la más alta desde que empezaron los registros oficiales. A día de hoy, casi 27 millones de personas carecen de empleo en la Unión Europa, de los cuales más de 19 millones en la eurozona. El paro oficial medio de la eurozona ha subido de 7´8% en 2008 a 11´5% en el 2014. Para Grecia, del 7´7% al 26´4%, y para España, del 11´3% al 24´4% durante el mismo periodo.
 
Necesitamos urgentemente un decidido plan de creación de empleo, que a través de inversiones públicas estatales y europeas, y apoyadas por el BCE, cree empleo seguro, digno y estable, así como proyectos de vida viable para millones de europeos, especialmente jóvenes, mujeres e inmigrantes que han sido las principales víctimas y sentenciados a exclusión social.
 
3.      Expansión del crédito a pequeñas y medianas empresas y cooperativas. El crédito en Europa se ha deteriorado profundamente. Pequeñas y medianas empresas han sido especialmente golpeadas. Miles de ellas, particularmente en las economías afectadas por la crisis de los países del Sur de Europa, se han visto obligadas a cerrar. Ha sido así no porque no fueran viables, sino por dos factores principales: la ausencia de fluidez del crédito y la falta de demanda. Las consecuencias para el empleo han sido nefastas. En tiempos extraordinarios se requieren acciones no convencionales: el Banco Central Europeo debe seguir el ejemplo de otros bancos centrales y proveer de crédito barato a los bancos, con la estricta condición previa de que esos mismos bancos incrementen sus préstamos a la pequeña y mediana empresa con un interés adecuado.
 
4.      Suspensión del nuevo marco fiscal europeo, como condición previa para el ejercicio de una política fiscal verdaderamente sostenible y de desarrollo.
 
 
5.      Un genuino Banco Central Europeo, que sirva como ‘prestador de último recurso’ a los Estados miembros, no sólo a la Banca. Ese compromiso de actuar como ‘prestador de último recurso’ debe ser sin condiciones previas y no debe depender del sometimiento o la subordinación de un Estado miembro de reformar su política a partir del Mecanismo de Estabilidad europeo.
 
6.      Reajuste macroeconómico y social: los países con superávit deberían hacer tanto como los países con déficit para corregir los desequilibrios dentro de Europa. Europa debería analizar, evaluar y pedir la actuación a los países que ahora cuentan con ingresos suficientes, como forma de estímulo, con el objetivo de aliviar la presión unilateral de los países con déficit. La actual asimetría en el ajuste entre países deficitarios y los países con superávit no daña sólo a los países en déficit, daña a Europa en su conjunto.
 
7.      Un ‘Acta Europea Glass-Steagall’. El objetivo es separar las actividades bancarias comerciales y las de inversión, de tal forma que se pueda prevenir esa peligrosa mezcla de riesgo en una entidad sin control.
 
8.      Legislación europea efectiva para gravar actividades económicas y empresariales extraterritoriales.
 
9.      Una Conferencia Europea sobre la Deuda, donde participen todos los actores públicos implicados, a nivel estatal, europeo e internacional. Inspirada en el Acuerdo de Londres sobre la Deuda de 1953, que alivió a Alemania de la carga económica acumulada para así poder facilitar la reconstrucción del país en la postguerra. Esta conferencia debe concluir con una solución negociada y  adaptada para cada país, para cada acreedor y para cada tenedor de bonos que incluya: la reestructuración parcial en plazos y tipos de interés, la introducción de una ‘cláusula de crecimiento’ para el reembolso, así como la abolición de una parte de esta deuda. En este contexto, deben emplearse todos los instrumentos de política disponibles, incluso el Banco Central Europeo, en calidad de ‘prestador de último recurso’ para emitir eurobonos especiales que o bien reemplacen la deuda nacional o bien conduzcan a una condonación significativa de la deuda.
 
10.  Una lucha decidida contra el fraude y la corrupción, así como el capitalismo clientelista que sufren nuestros países.
 
 
Antes y después del estallido de la crisis ideas como estas que acabamos de exponer han sido tratadas por la clase política neoliberal como ‘ilusorias’ y ‘populistas’. Hoy, estas propuestas que formulan una alternativa concreta contra la austeridad están siendo cada vez más  asumidas y defendidas por nuestros pueblos, y compiten por mayorías sociales y políticas en varios países europeos.
 
Ya es hora de que transformemos el descontento popular y la aspiración mayoritaria de una ola de cambio político para establecer una democracia económica, soberanía popular y sostenibilidad medioambiental. Este año 2015 puede señalar un nuevo ciclo histórico de progreso para nuestros países y para Europa.
 
Es hora de que paguen los mercados. La senda del aumento de la desigualdad y de la precariedad laboral no es una opción real para los trabajadores en Europa. Las estructuras del mercado afectan a las medidas de protección institucionales (los Estados del bienestar, las reglas de las relaciones industriales, los sistemas políticos y otros acuerdos sociales) de forma que Europa está retrocediendo en materia de derechos humanos y la carga del ajuste económico no está siendo compartida de forma igualitaria entre las sociedades europeas.
 
Por todo ello, las fuerzas y organizaciones aquí reunidas nos comprometemos a:
 
    •    Trabajar coordinadamente y dar el impulso político y social necesario para lograr estos cambios
    •    Analizar la evolución social y económica en nuestros países y en nuestro continente
    •    Implicarnos en el impulso de esta Conferencia Europea sobre la Deuda
    •    Dar continuidad al trabajo de este Foro y a sus encuentros. ¡Nos vemos en el próximo Foro en Atenas!