La presión sobre Grecia para que endurezca el control en sus fronteras contra los migrantes, de la misma manera que Italia o el estado español ya lo hacen, sin necesitar ninguna presión, es lo que hace que muchos gritemos que esta no es la Unión Europea que nos prometieron. Nos dijeronn que era una proyecto de solidaridad, de paz, de convergencia, y nos hemos encontrado con una Unión Europea de los mercaderes, del egoísmo, de la intolerancia. En EL PAÍS en artículo que señala Luis Portillo Pasqual del Riquelme, Javier de Lucas desarrolla este concepto del decontento, por no decir de la ira, que sentimos muchas personas en Europa ante el espectáculo del trato dado a la gente migrante en le frontera griega.