Inés Rojas: “La clase política no ha estado a la altura y debe ponerse a disposición de la gente”
La desfachatez personificada. A mí no me extraña nada la enorme afinidad que une a Inés con Paulino. Comparte el mismo grado de descaro. Son personas que carecen del más mínimo sentido del respeto, propio o ajeno.
El titular que le pone José Luis Cámara a la entrevista que le ha hecho para DIARIO DE AVISOS tiene la virtu de liberar a quien no quiera sufrir la provocación (en el más canario sentido del término) que induce la lectura de las respuestas de la execrable politica. Sí, Inés, tú también eres política. Para nuestra desgracia.
Este personaje que ahora se presenta con esta carita compungida, criticando a "la clase política", como si cosa no fuera con ella, es la mismita que lleva ocho años ya en el gobierno de Paulino. Es la mismita que ha rechazado, durante estos ocho años de miseria moral, las acusaciones y reproches que le hemos estado dirigiendo, sobre su desastrosa gestión. Es la mismita que se ha inventado explicaciones legendarias para respodner, por ejemplo, a la evidencia de que ella y Paulino, no solamente no ponían las perras que le correspondían para la atención a la dependencia, sino que se estallaban en otras chupinadas el dinero que venía de Madrid.
Porque Inés, a coro con su compinche Paulino, ahora cree haber encontrado la "excusa áuera" el comodín maestro de la justificación, largando todas las culpas sobre el otro gobierno, el de Rajoy. Pero no le valdrá. Con eso no podrá esconder que la culpa primera del desastre social de Canarias, que nos ha puesto a la cola de todo lo bueno, es suya.
Es que, para poner otra de las perlas que dice esta rebenque, declara que "este es el momento adecuado para poner en marcha una estrategiacontra la pobreza".
Y, sobre todo, hay que decir que, cuando alguien reconoce que lo ha hecho mal, que "no ha estado a la altura y no ha estado a disposición de la gente", lo que tiene que hacer de inmediato, es resignar su cargo y madarse a mudar.
Pero para hacer eso hace falta vergüenza. Algo de lo que carece todo el gabinete de Paulino.