Más allá de las disquisiciones teóricas, el gran argumento son los hechos. Y, aunque parece que nadie escarmienta en cabeza ajena, ahora que ya estamos en pleno rescate, ahí tenemos el ejemplo cercano de Portugal. A pesar de la "financiación suave", un año despùés, Portugal sigue sin levantar cabeza, con la recesión imparable y el desempelo creciente desenfrenado. Y eso que los esfuerzos portugueses de austeridad han sido despiadados. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque la austeridad ha coartado toda posibilidad de reactivación económica.

Por eso hay que oponerse a este gobierno ultraliberal dispuesto a acatar las directrices de la Unión Europea Merkeliana y del FMI. Esto hay que pararlo. No solamente porque no puede ser que por no tocarle ni un pelo a las fortunas la gente tenga que morirse de hambre y de enfermedad, sumida en la incultura y la miseria. Sino porque de esa manera no saldremos nunca de este torbellino con el que nos quieren conducir a la esclavitud.

Y que conste, ahora que ya empieza a aoarecer mucha gente diciendo lo mismo, que yo lo vengo gritando hace tiempo. Esta depresión inducida no es ninguna catátrofe inevitable, sino una estrategia maléfica de los ricos, aprovechando una de las crisis cíclicas del capitalismo, para pauperizarnos y así mejor cominarnos. Por hambre.

http://www.expansion.com/agencia/efe/2012/06/09/17335992.html