En LA RÉPLICA, José Antonio Illanes arremete con justa ira contra este nuevo atropello a la dignidad de la gente que hemos sabido que comete el Congreso. Después de años cobrando un decente sueldo y los privilegios correspondientes, recsulta que esta gente tiene derecho a una prestación por desempleo más que exagerada. la comparación entre el subsidio por desempleo normal y el de sus señorías luce como una cachetada. Pero, por encima de toda esta animalada, sobresale otra mayor: es que la dorada prestcación la cobra gentuallo que sabemos -diga lo que diga la justicia- que han recibido -y recibe- negros estipendios, además de sus emolumentos parlamentarios. Y, ya en la cúspide de la extravagancia, todavía hay gente que vota por semejante inmundicia.