Portazo al ministro

Rafael Álvarez Gil

TELDE ACTUALIDAD

José Manuel Albares se encontraría el domingo, avanzada la tarde, en su domicilio cuando se enteró que Argelia desconvocaba la reunión prevista para el día siguiente por motivos de agenda. Vamos, una forma sibilina de hacerle ver a España que todavía tiene mucho que dar si realmente desea recomponer las relaciones con Argel. Cancelar en el ámbito diplomático, sin concurrir urgencia de ningún tipo, justo un domingo por la tarde, es un portazo en toda regla para el ministro de Asuntos Exteriores que operó como peón de Pedro Sánchez en 2022 cuando el ‘volantazo’ de Madrid con respecto a la causa saharaui. Albares llegó a decir que no intervino en esa misiva que La Moncloa envió al rey marroquí, como que vino a enterarse por la prensa… más o menos, trató así de defenderse en el escaparate cuando al poco el Congreso de los Diputados dejó claro a Sánchez que no aprobaba su política exterior al calor de ningunear la descolonización pendiente del Sáhara Occidental para contentar a Rabat.

En marzo de 2022 Argelia rompió relaciones con España y retiró su embajador en Madrid, a cuenta del ese ‘volantazo’ en contra del pueblo saharaui que, recordemos, está instalado hace décadas en los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia); al margen de la población que resiste la ocupación (y la vulneración de los derechos humanos, más la incesante represión) en lo que Marruecos llama sus provincias del sur. Argelia le pasó factura a Madrid y desde entonces puso a Italia como socio preferente en el suministro de gas; su gran baza diplomática que Sánchez desdeñó por aquello de aceptar el chantaje de Marruecos basado en la presión migratoria en Ceuta y Melilla más el mirar hacia otro lado en la costa a son de los cayucos y pateras arribados en el archipiélago (crisis humanitaria en el muelle de Arguineguín, Mogán).

Para Canarias es fundamental cómo se dirime el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario. Y aunque Argelia no sea vecino colindante nuestro, es una pieza esencial en este tablero geopolítico. Permitir la expansión colonial de Marruecos hacia el sur supondrá un enorme problema para las siguientes generaciones de isleños. Quien te chantajea hoy, lo volverá a hacer antes o después.

Consolidar la ocupación marroquí no es la fórmula mágica para los intereses de Canarias a medio plazo. Dicho sea en términos coloquiales, es pan para hoy y hambre para mañana. Sánchez se equivocó en cesar a la anterior ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya. Una petición solapada de Marruecos. Fue cuando salió a la palestra Albares en aras de bascular diplomáticamente a favor de Rabat. Si Donald Trump sale elegido en las urnas a finales de 2024, Marruecos se alegrará y, por ende, en Canarias debemos inquietarnos aún más ante los pasos que vaya dando el conflicto del Sáhara Occidental que nos atañe de plano.

* Gracias a Rafael Álvarez Gil y TELDE ACTUALIDAD y a la colaboración de Antonio Aguado

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