Ya La casa de mi tía ha tratado el caso de la juvenil activista palestina Ahed Tamimi, víctima, como otros cientos de niñas y de niños, de la brutalidad nazi israelí. Tiene uno que repetir el asombro que causa que el estado de un pueblo que sufrió la agresión nazi haya a su vez asumido las mismas crueldades. Francisco Morote, de Attac Canarias señala en el digital mexicano LA JORNADA este artículo de José Steinsleger, que hace una reseña valiosa de la figura de Ahed, a la que compara con otra joven defensora de la libertad, la paquistaní Malala y que retoma la inicitiva de Gordon Brown "Yo soy Malala". Y Steinsleger también compara, a la inversa, el caso de Ahed, con el de Yifat, joven israelí, procesada porque "abofeteó a un soldado que la detuvo por tirar piedras a palestinos", y que salió rápidamente en libertad.