La Deuda del Billón, el nuevo contrato feudal en el estado español

Al grito de "No se puede gastar lo que no se tiene", el desgraciado que ocupa la presidencia del gobierno del estado español y su tropa inmunda se han dedicado a recortar servicios sociales e inversión púbkica productiva. Y, mientras vociferaban su monserga ultraliberal, han mantenido la benevolencia fiscal con las grandes fortunas y empresas, iniciada por sus predecesores psoístas. Pero, como la presión inhumana de impuestos a la gente de abajo y al consumo no daban para sostener sus ljberalidades con la banca y empresas y su corrupciones, han acudido sin vergüenza ninguna a los mercados financieros para contraer una deuda infernal, de un Billón de euros (por ahora). es decir, Rajoy y su banda de malhechores han gastado a manos llenas, lo que no han tenido.

La casa de mi tía 17 de agosto de 2014 (06:53 h.)

Se dice pronto: esta turba de dementes del partido llamado popular se han estallado -de dinero que no tenían, que han pedido prestado- el equivalente a todo lo que se produce en el estado español en un año. Y, hay que insistir en ello, se trata de un dinero que ya no está en el Tesoro. Es el dinero con que se han pagado los rescates, las ayudas a empresas amigas, la cxorrupción, en el fondo de un pozo insondable.

Periódicamente, con un descaro indesriptible, los capos del gobierno Rajoy han informado de los miles de millones que han ido captando a crédito. Y en el summun del cinismo, han presentado las colocaciones de estas emisiones de Deuda como una gran éxito, como una prueba de la "buena salud financiera" que han conseguido con sus políticas de persecución a la gente de abajo.

Oculta esta gente desalmada que cada euro con que han endeudado a los pueblos que conformamos el estado estado español es un eslabón más de la implacable cadena con que nos han amarrado, para entregarnos inermes a la sevicia de los especuladores financieros internacionales. Ese Billón de euros que ha captado Rajoy, para estallarlo de mala manera, es el contrato feudal que reduce a la gente de abajo a una condición de vasallaje. Ese es el éxito indudable, de las malditas políticas peperas.

Ya el partido que usurpa el digno apelativo popular ha "cubierto sus úlitmos objetivos militares". Conseguir que la gente de abajo trabaje para la de arriba, le sirva, le entretenga, pe proprocione placer, a cambio de una retribución de miseria, sin derechos ni condiciones laborales. Con una salvedad, eso sí. A quien no le guste, se puede mandar a mudar. Sobra la gente dispuesta a trabajar y servir por un salario de subsistencia.