Cuando el dictador Franco viajaba por los territorios que dominaba, el aparato policial que le protegía era impresionante. Desde entonces, a los y las gobernantes le ha bastado con un dispositivo normal de seguridad. Hasta la corte pretoriana que se montó Soria con los seis guindillas cuando era alcalde o presidente del cabildo era algo más pantallero que real. Pero ahora no. Ahora, cuando el ministro de Repsol Soria vaiaja a la isla que le vio nacer, necesita que le blinden policialmente el lugar donde pretenda presentarse. Pero no importa. A pesar de eso, la gente busca la manera de decirle al individuo que ya no es persona grata en Canarias. .

http://www.canariasahora.com/noticia/216573/