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domingo, 28 de abril de 2024 18:38h.

Santiago Pérez califica de “escándalo antidemocrático” el sistema electoral canario

Los argumentos aducidos en el Parlamento por CC y PSOE para no tomar en consideración la propuesta de modificación de la Ley electoral son excusas muy simples

Santiago Pérez califica de “escándalo antidemocrático” el sistema electoral canario    

Los argumentos aducidos en el Parlamento por CC y PSOE para no tomar en consideración la propuesta de modificación de la Ley electoral son excusas muy simples

SB-Noticias.- El profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de La Laguna ha explicado en Radio San Borondón que el Estatuto de Canarias establece la existencia de circunscripciones insulares pero no prohíbe la existencia de una circunscripción general, a la que se asignarían una serie de escaños, la lista  autonómica, y el Estatuto, que es una herramienta política, de derecho constitucional, no puede impedir al legislador canario el adoptar una decisión de autorregulación interna, que no afecta a intereses estatales, ni a los de otras comunidades autónomas.

Afirma, por tanto, que es difícilmente atacable desde el punto de vista constitucional, aunque el Consejo Consultivo lo haya dicho así en un informe antiguo.

Según Santiago Pérez aunque es verdad que la reforma del sistema electoral necesitaría modificaciones en múltiples aspectos, y no todas ellas  se pueden hacer al margen de la reforma del Estatuto de Autonomía,  hay otras que sí se pueden efectuar al margen del mismo, con la única autoridad del Parlamento de Canarias, pero desde Coalición Canaria no quieren hacerlas, no las quieren abordar, y se refugian en que las modificaciones requieren la reforma del Estatuto,  y el Estatuto no se va a reformar a corto plazo, porque depende de las Cortes Generales donde ostenta la mayoría el Partido Popular, que ya ha manifestado de plano que no va a hacerlo

La excusa que escogen desde Coalición Canaria para no hacer lo que podrían hacer aquí, con la exclusiva autoridad del parlamento de Canarias es “un camino no transitable”. Y ello tiene consecuencias, ya que la existencia de las barreras electorales, que se podrían echar abajo al margen de la reforma del Estatuto, desmoralizan a los partidos, impidiendo  la presentación de más candidaturas, porque es inútil; desmoralizan a los ciudadanos y los empujan  a no votar o a  votar  forzadamente a otra candidatura que no es la de su preferencia, para que su voto  sea útil,  y la mezcla de estos factores afecta al resultado electoral, no fijándonos en una única convocatoria, sino como tendencia.

La conclusión es que el parlamento de Canarias no representa con fidelidad el pluralismo político, de intereses, de  formas de entender la sociedad canaria, su política, su futuro, pero conviene a CC y por eso se mantiene, y Coalición Canaria  impone a cualquier socio de gobierno, legislatura tras legislatura, que el sistema electoral no se toca.

De esta manera Coalición Canaria tiene blindado al gobierno y lleva ya  dos legislaturas presidiendo y controlando al gobierno a pesar de haber perdido las elecciones. El PSOE se pliega a esto porque sus dirigentes no aspiran a otra cosa que a tocar poder y para conseguir ese objetivo están dispuestos a todo en este terreno y en otros

Santiago Pérez reconoce que el sistema electoral actual supone una prima, una sobrerrepresentación de las islas periféricas o menores en el Parlamento, y por otra parte el reparto de escaños entre islas debiera tener más en cuenta el factor  poblacional, para atenerse al principio constitucional del voto igual.   

Pero cambiar estos asuntos requiere consensos porque ese premio de representación de las islas no capitalinas ha sido la herramienta que les ha permitido superar olvidos, dependencias seculares, y por ello  hay  gente que apoya unas propuestas pero rechaza otras,  por lo que se neutralizan recíprocamente.

La existencia de una circunscripción autonómica, dice Santiago Pérez, ayudaría a ponderar el efecto poblacional e induciría a los partidos a presentar un candidato a la presidencia del gobierno de Canarias, lo que ejercería un efecto de cohesión entre las islas que se regirían como una unidad.