Firmas
La ruta de la caricia - por Francisco González Tejera
A ella no la detuvieron, solo pasaron por su casa la madrugada que se llevaron a su novio Ignacio, pararon un momento el camión en la puerta, bajaron dos falangistas y silbaron para que María se despertara, no dijeron nada, solo querían que viera como se los llevaban a todos, el camión lleno directo para los pozos de Arucas y Tenoya, terminando casi al amanecer en la Sima de Jinámar donde ya todos habrían muerto.