En el lacerante capítulo del sistema de Salud, las discusiones de la Comisión Parlamentaria de Reconstrucción se ha ido por las ramas sobre cuestiones de gestión. En realidad, nos dice Antón Losada, cargado de razón, en este artículo en EL DIARIO, todo el problema es de presupuesto. El artículo lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado. Y yo, Chema Tante. recuerdo que esta historia ya la denunciábamos antes de que llegar el maldito virus, que los recortes y la mezquindad presupuestaria en Sanidad, como en el resto de los servicios públicos, son la causa de las deficiencias. Una cuestión que se puso de manifiesto trágicamente, con la pandemia. Pero que ahora, cuando ni siquiera esa pandemia ha desaparecido, ya la contundecia cruel de los hechos está siendo olvidada. Todo el problema, repito con Losada, es el dinero. Déjense de estúpidas discusiones y peregrinas soluciones.
Puigdemont ha contestado al requerimiento del gobierno Rajoy, cumpliendo lo que piden desde Europa y desde el mundo, que es lo que reclaman las mentes sensatas en todo el estado español y lo que exige la práctica mayoría de la población catalana: diálogo. Seguimos con la misma situación aberrante: el poder central con los partidos hegemónicos PpPsoE y su coleguilla de C's, encastillado en una férrea posición de sujetarse a una legislación incoherente -en especial, porque han encontrado un filón de votos de las mentes ingenuas, ganadas por el ardor patriótico- y, enfrente, la población catalana que en una proporción abrumadora reivindica el sentido común frente a la intolerancia, el diálogo para sustituir la opresión. El gobierno del estado español podrá aplicar las leyes neofranquistas vigentes, pero se va a tropezar con lo mismo que encontró el 1 de octubre: Una multitud de personas puestas en pie, con las manos alzadas, en paz, defendiendo sus ideas y su libertad. Los diez mil piolines que mejor estarían en Galicia apagando el fuego terrorista especulador van a tener mucho trabajo y la opinión mundial podrá contemplar de nuevo el neofranquismo en plena actividad.
Fernando López Agudin se mete en un asunto de importancia decisiva, pero que no se termina de tratar tanto como conviene. El emperretamiento de los dos partidos hasta ahora hegemónicos, Pp y PsoE, más, no lo olvidemos, el engendro del IBEX35, Ciudadanos, de creer que, si se ignora y desprecia un problema, ese problema termina por desaparecer. Pero López Agudín, como ustedes y como yo, sabemos que el fenómeno transcurre a la inversa. Si se deja pudrir un asunto, la infección y los daños alcanzan dimensiones enormes. El problema territorial en el estado español exige afrontar la realidad. Y eso lo sabía también el PsoE, que en su Congreso de Suresnes decidía que la autodeterminación era la única solución a las diferecnias territoriales. Pero, como dice López Agudín, el centralismo enturbia el panorama. Y las iniciativas ciudadanas, como las que encabezan Ada Colau y Pili Zabala, serán las que lo clarifiquen.
Julián Ayala recomienda este análisis que nos manda desde Lima Ramón Pérez Almodovar y que publica MÁS MADERA. Ramón sostiene que solamente la confluencia que conduzca a la unidad conseguirá la victoria de la resistencia al neoliberalismo.
Mayor discrecionalidad. Mayor centralismo. Mayor poder del Gobierno. Menos relevancia de interés general. Menos planificación previa. Menos papel de ayuntamientos y cabildos.