El 23 de enero de 2013 el Parlamento de Catalunya aprobó la Declaración de Soberanía de Catalunya y el próximo 1 de Octubre (1-O de 2017) procederá a la celebración de un referéndum vinculante para, en el supuesto de triunfar el Sí a la Independencia, proceder a la proclamación de la República de Catalunya, referéndum al que el gobierno y el estado metropolitano se oponen virulentamente escarmentados como están con el glorioso Referéndum sobre la OTAN citado anteriormente y que para el Archipiélago Canario constituyó un Referéndum de Autodeterminación, resultados sin ejecutar aún.
Me da lo mismo si fueron millones o poca gente: el derecho a expresar la voluntad es el mismo. La gente catalana le ha gritado al m undo que quieren expresarse y la cerrilidad españolista expone su vergüenza intolerante ante el mundo. Y sépase que en la parva concentración de Tarragona, que pretendía opacar la magnitud de la demostración democrática de Barcelona, del brazo de la pepera Alicia Sanchez-Camacho, estaba la que se dice socialista, Carme Chacón y el peculiar ciudadano, Albert Rivera. No se ocultan, en su alianza contra el pueblo. El nacionalismo incivil españolista está dejando que el asunto llegue al límite. Con la fácil que sería permitir las consultas. Pero eso es democracia, y no pueden aceptarlo. Y hay que decirlo de nuevo: lo que pidió la gente catalana este glorioso 11 de septiembre, es el respeto al derecho a votar.
Sin que en apariencia tengan nada que ver la Diada catalana y el movimiento Canarias Libre, lo cierto es que en ambos subyace un mismo fin: la independencia de dos pueblos frente al centralismo. No obstante, la Diada vuelve hoy a tomar mucha más fuerza y el movimiento independentista que encabezó Fernando Sagaseta de Ilurdoz Cabrera en Canarias (más bien Gran Canaria) es un acontecimiento ya cerrado, de hace cincuenta y algunos años (el consejo de guerra contra nueve miembros fue el 6 de abril de 1962)
No me importa si fueron medio millón o millón y medio las personas que se enlazaron pidiendo la independencia, en esta Diada del 11 de septiembre de 2013. Fueron un montón. Y las encuestas registran sin lugar a dudas cómo está el sentimiento popular en Cataluña. 52%, a favor de la independencia; pero solamente un 24% en contra. Es decir que queda todavía un 24% de indecisión, que puede hacer que aumente consistentemente la declaración independentista en Cataluña. Pero la ceguera del gobierno pepero y la animalada protagonizada por gorilas falangistas en la Blanquerna, delegación de la Generalitat en Madrid son clara evidencia de que la derecha radical no se entera de lo que está pasando.