Coronavirus. Inmigración. Turismo. Renta de ciudadanía. Huelga de handling. Educación. Fonsalía. Eutanasia. Domingo Méndez selecciona y comenta la Prensa Canaria del 6 septiembre
Marta Borraz desde EL DIARIO hace una comparación entre la legislación que se acaba de aprobar en el estadoi español sobre la eutanasia y la de los otros pocos territorios que demuestran cierto grado de civilización y humanidad en este plano. Lo recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias
Elisa Beni se une al clamor de tanta gente que sentimos cansancio ante tanta estupidez de la derecha, que banaliza los debates serios con argumentos imbéciles, en lugar de ir al fodo de los asuntos y presentar tesis sensatas. Pero ya digo yo que las personas inteligentes que quedamos en este reino de Felipe el último no somo el objetivo de las lerdas acciones de la derecha cerril. A quienes va esta piara es a las manadas anañfabetas en política y carentes de todo criterio. Es lo que decimos tantas veces. El problema es que la gente sensata y cuerda de derecha, las personas conservadorascon discernimiento, espantadas por este dislate, que viene desde 1939, se ha quedao en su casa, en silencio. Y nos condenan a enfrentarnos eternamente con la bbería andnte. El artículo de Beni lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio águado.
En PÚBLICO, Alexis Romero ofrece este reportaje que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, sobre un tema candente. La eutanasia. Algo cuyo debate siempre se verá turbado por los fanatismos. Y también, por la hipocresía. Porque la eutanasia, al margen de que se pueda avanzar en su legalización, ya está presente, en los ámbitos sanitarios, en este estado español. Todo depende de quien atienda al o a la paciente y las relaciones que se tengan con el sanitario de turno.
El hecho de que tras cuarenta años de democracia este derecho siga sin regularse tiene mucho que ver con la falta de voluntad de fuerzas políticas y las presiones de la Iglesia católica que no solamente pretende imponer su moral privada a toda la sociedad sino que también hace negocios con los cuidados paliativos. Esta misma Iglesia es la que llama, en estas elecciones, a votar a los partidos políticos que no defiendan la eutanasia ni el aborto, intentando, de esta forma, crear bloques políticos fundados en las creencias religiosas.
Aunque siempre es de agradecer, resulta cuando menos retrasado en el tiempo que algunos partidos políticos se esfuercen ahora en alcanzar para los moribundos lo que llaman “una muerte digna”, actuación que consiste en conseguirle al enfermo en fase terminal un adiós a la vida sin amarguras físicas gracias a tratamientos paliativos, aquellos que suavizan o atenúan devastadores efectos de la propia enfermedad (intensos dolores, por ejemplo). Y digo que llega con retraso en cuanto que el sentimiento humano de muchísimos médicos en contacto directo con la realidad se viene manifestando desde años atrás con tales comportamientos, y los recuerdo de manera muy directa desde el pasado siglo, por no decir desde el milenio anterior.