Coalipaulino, en un éxtasis democrático, pone en solfa la candidatura de Alonso
Alonso, a un lado; al otro, Ríos y, allá en el fondo... Paulino
Lo denuncia un acólito paulinar devoto, que jamás y nunca correría el riesgo de perder su canonjía, como le pasa en la Coalición poco canaria a quienquiera que resuella sin anuencia superior. Fernando Ríos ha cuetionado -epistolarmente, claro, no vaya a alcanzar algún estampido físico- la designación de Carlos Alonso como candidato de la empresa denominada Coalición Canaria al Cabildo de Tenerife. Y como Fernando, repito, no está dispuesto a perder el chollo de la comisionaduría inane, hay que coleguir que la mano que meció el teclado rezongón, respira aires sauzaleros. Pero, aparte de esta anécdota, cuyo calado ya veremos dentro de días, hay que ver la cara que se gasta el flamante candidato