Entre tantas y tantas cosas que hay que cambiar, no con motivo de la pandemia, sino porque el maldito virus lo ha sacado trágicamente a la luz, el asunto de las residencias de gente anciana ocupa un lamentable protagonismo. No por una cuestión casual, sino porque, como la sanidad y los servicios públicos, su privatización se ha revelado como un negocio estafador y abusivo. Yo, Chema Tante, ya he tocado esta cuestión de las residencias de mayores. Aparcamientos de ancianos S.A. en CTXT  y Los dueños de las residencias Vitalia se esconden tras una trama societaria que pasa por Holanda, Luxemburgo y Jersey, Manuel Rico en INFO LIBRE  Ahora, el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado trae de nuevo este encolerizante tema, con la crónica de Adolf Beltrán en EL DIARIO. Y no hay que cansarse de repetirlo: la causa culpable y asesina de tanta muerte y tanto sufrimiento, de este cataclismo planetario es el neoliberalismo y su criminal obsesión por permitir a las empresas que busquen y obtengan el beneficio a cualquier precio. Las próxima vez que alguien les diga, y encima les pida el voto, con el guineo mentiroso de que "las empresas son las que dan trabajo", recuerden que l que dan las privatizaciones lo que dan es sufrimiento y muerte

En LA HORA DIGITAL, María Mir-Rocafort comenta la miserable intervención parlamentaria del Ppero Casado, pidiendo banderas a media asta y entierros -el zote cursi dijo "sepelios"- para las víctimas del Covid-19. Todo lo que dice Mir-Rocafort es justo y sensato, pero el problema es que ni ella ni yo somos target del discurso del abyecto facha. La gente a quien se dirige Casado escucha abobada lo que dice.

Lo señala y comenta el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, lo sirve SERVIMEDIA, lo difunde PÚBLICO y lo protagoniza el Gobierno que se cacarea como Progresista, pero al que no le ve ninguna hechura de tal. Que este gobierno, por la vía de la Abogacía del Estado recurra la de por sí tacaña indemnización a la familia de José Couso, para mí, Chema Tante genera bochorno ajeno. La defensa de la causa del reportero masacrado en Bagdad por USA, en la aventura infernal iniciada por el Trío de la Azores, es una bellaquería indigna de un Gobierno Progresista. Algo que no se puede tolerar. No hacía falta botar a la derecha del gobierno, para seguir haciendo cosas de derecha.

En CONTRAMUTIS, Cristina Martínez Benítez de Lugo relata dos de los tantos casos de la crueldad que aplica el régimen feudal ocupante ilegal del Sáhara con las personas que luchan por la libertad de su pueblo. El Ayoubi ya murió, Mafouda sigue sufriendo. La opresión marroquí no cesa.

No porque -ya lo dice la propia autora- este fenómeno sea de ámbito universal, es menos preocupante. Lo que trata Elisa Beni en EL DIARIO, es, nada menos, el final de la democracia parlamentaria. No es flor de un día. No es algo que haya llegado de repente. Es una agresión gestada sin pausa, desde mediados del XX, tras el final de la Guerra Mundial y que ahora ya es un hecho. El concepto de Parlamento, como lugar de debate de las cuestiones trascendentales para la vida de los pueblos, ha desaparecido. Y la con secuencia, también lo dice Beni, pero es obvio, es el advenimiento de las sociedades autoritarias. Y la autoridad,  esto lo digo yo, Chema Tante, es sabido que reside, por desgracia en quien tiene el dinero. Esa es la realidad. Y lo podemos comprobar, una vez ,más, con el triste arrastramiento por el sometimiento de este Gobierno Progresista, que todo lo que hace lo hace mirando de reojo a Botín y a Trump.

PÁGINA 12 y PERFIL reprOducen desde Argentina la información de VOZ PÓPULI. La opinión democrática argentina se ha irritado, con razón ,ante esta noticia de la benevolencia carcelaria del estado español, con un tipo que le llaman "represor" pero que yo, Chema Tante, no dudo en denominarle "asesino colectivo a sangre fría". Hiela la sangre recordar aquella historia. Unos descerebrados que, noche tras noche, cargaban un avión con personas, las drogaban, las desnudacan y las arrojaban sobra alta mar. Hace falta no tener alma. Yo no creo en las cadenas perpetuas; pero que un fulano así le ahorren años de los que le tocaban, siendo quien es, dice mucho del sistema penitenciario de este reino de Felipe el último. Por mucho que haya terciado la pastoral penitenciaria, que esa es otra.