Clavijo censura una rueda de prensa que desmontaba el proceso de participación ciudadana del PGO

El alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, amparado en la enorme cantidad de dinero público que derrocha en publicidad, dio instrucciones a los diarios de Tenerife  para que una rueda de Prensa que desmontaba el proceso de participación ciudadana sobre el Plan General de Ordenación (PGO) fuera silenciada por completo. Hasta el punto de que algunos medios la cubrieron y luego no escribieron ni una sola línea sobre la misma.

Clavijo no quiere que se sepa que los votos sobre las decisiones de la ordenación de cada uno de los 14 núcleos en que dividieron el municipio fueron adoptadas en muchos de los casos por personas que no sólo no residen en cada  barrio o pueblo, sino incluso fuera del municipio.

Así, en el conjunto de La Laguna sólo el 37,12% de los votantes pertenecían a los núcleos en los que se adoptaba la decisión, mientras que el 62,88% restante residía en otra zona (27,25%) o en otro municipio (el 35,63%).

Las cifras cantan sobre todo los lugares donde más conflictividad social ha generado este PGO, con porcentajes de votación de foráneos que llegan a rozar en el 90% en Bajamar, el 68,81% en Punta del Hidalgo, el 57,28% en Tejina, el 70% en Guamasa, el 56,27% en Los Rodeos, el 55,64% en Geneto, o el 50,66% en el Coromoto, mientras que ronda el 48% en Valle de Guerra.

La oposición hizo esta rueda de Prensa después de que el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) Aguere, Francisco Barreto, los acusara de estar boicoteando el PGO y el proceso de participación, pero los mismos medios que sacaron en grandes titulares las declaraciones de Barreto ni siquiera acudieron a la convocatoria de Sí se puede y XTF.

La otra clave que Clavijo no quiere se sepa es que muchas de las opciones que se plasmaron finalmente en el planeamiento se adoptaron en contra de la decisión de los vecinos, en algunos casos avaladas hasta con el 97% de los votos.

Es lo que ocurre con la carretera de Bajamar, en la que se dibuja una variante (apoyada sólo con el 3% de los votos) con la excusa de conseguir terrenos para dotaciones públicas, y finalmente se acaba dibujando también allí un centro comercial de tres plantas de altura.

Igualmente en Guamasa, donde se desecha una opción de trazado viario elegida por el 52% de los votos de los residentes con la excusa de contabilizar los votos de los foráneos que prefieren otra. O en muchos núcleos, donde se rechaza lo decidido por la mayoría con el único argumento de la “idoneidad urbanística”.

Otro de los datos que aconseja poner en remojo el tan celebrado proceso es el número de participantes en cada núcleo. Así, las decisiones sobre el excesivo entramado viario o el enorme consumo de suelo rústico previsto en Tejina o Valle de Guerra  no tuvo en ningún caso el apoyo de más de 150 residentes, mientras que las propuestas alternativas que el Gobierno local se niega a aceptar ahora vienen avaladas por cerca de 1.000 firmas de valleros y tejineros en ambos casos.

De lo más espectacular es que la decisión sobre la forma de reconversión de la autopista entre Padre Anchieta y Los Rodeos en avenida urbana fue decidida por 29 personas (9 de ellas de fuera del municipio); o que la trama viaria que colmata de grandes avenidas y rotondas el espacio que hay entre los caminos de San Miguel y San Bartolomé de Geneto fue votado por 15 personas (sólo 2 de ellas del mismo Geneto).

Llama la atención finalmente que no se respete en absoluto el espíritu de la consulta ciudadana, pues si en el informe se puede leer literalmente que “la mayoría de la población que ha participado se decanta por un modelo urbano y territorial cuyas notas principales serían la contención de la expansión urbanizadora, la atención prioritaria a las áreas urbanas existentes y a la resolución de sus problemas y déficits, la preservación del territorio no urbano, muy especialmente de aquellos terrenos con valores ambientales y agrarios, el fomento del desarrollo rural, evitar la monotonía residencial de la ciudad (ciudad-dormitorio)...”; hayan hecho justo lo contrario.

Esto es, reducir de 82,2 a 74,71 millones de metros cuadrados el suelo rústico, ampliar de 2,91 a 7,28 millones de metros cuadrados el suelo urbanizable, diseñar un sistema viario que se lleva por delante buena parte de la agricultura, y colmatar el territorio de unidades de actuación que generan costos de urbanización a la ciudadanía e impiden su desarrollo.

Fernando Clavijo no puede llamar al consenso cuando siente que la ciudadanía está disconforme con este PGO, en un Pleno extraordinario convocado por la oposición porque se negó a incluir el asunto en un Pleno ordinario, y acto seguido hacer que la voz de la oposición quede silenciada en los medios de comunicación. La democracia exige no sólo pluralidad de ideas y opiniones, sino que los vecinos las conozcan para que puedan elegir. Todo lo demás es un paripé al que no nos vamos a prestar.