Crisis Institucional

Nos encontramos con que la crisis no es sólo económica, sino que afecta a la estructura misma de este sistema, con el descrédito y la corrupción afectando a todas las áreas. No es casual, la ilegalidad del golpe de estado que se dió contra la IIª República tuvo su continuidad en la ilegitimidad del régimen que le siguió. La impunidad del franquismo y de la oligarquía que lo aupó y sustentó en un ambiente de corrupción generalizada se perpetuó sin depuración del aparato del estado ni ruptura con las élites que se favorecieron del pillaje de una dictadura entre cuyos promotores se encontraba el contrabandista Juan March, donde constructoras como Huarte se enriquecieron con obras como el ignominioso Valle de los Caídos, medrando entre favores del dictador y promoviendo la corrupción en numerosos Ayuntamientos, muchos de los cuales vivieron la perpetuación de los mismos equipos de gobierno tras la muerte del dictador.

Exigimos un nuevo sistema plenamente democrático, donde el pueblo sea preguntado por todos los aspectos que le incumben, incluyendo la forma de estado bajo la que desean vivir y, respetando el derecho de autodeterminación por su vinculación entre los diferentes pueblos.

Asimismo exigimos un sistema que garantice la electibilidad y revocabilidad de todos sus poderes e instituciones, incluídos la Jefatura del Estado y el Poder Judicial.

Exigimos asimismo la dimisión de la actual Jefatura del Estado y del Gobierno por Traicionar al pueblo y perder su legitimidad.

Llamamiento a la Coordinación de luchas y por la creación de un Frente Social Alternativo

Conscientes de la necesidad de las luchas sectoriales, pero constatando que, por sí mismas, no son suficientes, creemos que ha llegado el momento de converger en una coordinadora que impulse la lucha un paso más, así como avanzar en un conjunto de propuestas que se perciban por la población como una alternativa ilusionante, factible y necesaria frente a la propuesta de este Régimen que se cae a pedazos: Corrupción, Miseria para la mayoría de la ciudadanía, Miedo y Pérdida de Derechos y libertades, así como destrucción ambiental. Todo para satisfacer la avaricia de un 1% desbocado que ha roto todos los consensos y traspasado todas las líneas rojas.

Constatamos como las élites financieras, maniobrando a través de sus apoderados, los partidos políticos que han gobernado ininterrumpidamente durante esta mascarada de democracia turnándose, coaligándose, siempre a favor de los intereses de una minoría que, como tal, nunca se presentó a las urnas, han decidido pasar por encima del consenso social que permitía un minúsculo reparto de sus beneficios para apoderarse de todo el pastel, disminuyendo hasta el ridículo la redistribución de la riqueza, privatizando las bases del estado del poco bienestar que en este país ha existido, todo para eliminar los nichos que limitaban la especulación y el enriquecerse con todas las actividades del ser humano, desde su nacimiento, pasando por su educación, la enfermedad, la vejez y su muerte. No les interesan las personas, sólo su despiadada avaricia y sus deshumanizados valores morales (enriquecerse sin mirar las consecuencias ecológicas ni sociales). No es posible negociar. Es una batalla en la que, o cambiamos el Régimen de dictadura de los mercados (en realidad unas personas bien conocidas y concretas) o nuestra generación y las siguientes serán objeto de la rapiña, del empobrecimiento, la destrucción medioambiental y de la desaparición de las más elementales libertades.

La alternativa que debemos construir pasa por colocar como principio irrenunciable el respeto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cambiando el Rǵimen por uno construído democrática y participativamente, como seres libres que somos. El nuevo sistema debe primar la satisfacción de las personas por encima de los intereses de unos pocos particulares, la sostenibilidad de las actividades humanas en un mundo con unos recursos y una capacidad de contaminarse limitados y  desarrollar al máximo las capacidades y la felicidad de la ciudadanía.

Creemos que, a este fin es necesario confluir en un movimiento amplio, que aspire a dirigirse a la mayoría social indignada por los abusos, la corrupción, la constatación de la ausencia de justicia y de democracia. Dicho bloque debe asentarse, por una parte en la convocatoria de movilizaciones potentes, acciones de desobediencia civil, como expresión de repulsa a un sistema que nadie comparte y como medio de concienciación y deslegitimación y por otro lado a la acción propositiva, creando una alternativa que coloque al Planeta y al ser humano como centro del nuevo sistema.

Llamamos pues a la creación de un Bloque Social Democráticoamplio que, a través de la activación de un proceso constituyente, de los pasos necesarios para este proceso de Revolución Democrática Radical que desemboque en un sistema más justo, participativo y sostenible individual, social y ecológicamente.

Para abrir un nuevo PROCESO CONSTITUYENTE basado en la libertad, igualdad,  fraternidad y democracia radical hay que activar la creación de múltiples asambleas ciudadanas constituyentesa nivel local y no estatal, en todos los rincones del país para debatir las bases de una nueva Constitución, y para ello:

• debe participar la ciudadanía activamente.

• tiene que tener cabida el Derecho de Autodeterminación de los pueblos (ejercicio colectivo del derecho fundamental democrático a decidir todas las personas que forman un pueblo)

• el empoderamiento efectivo de la ciudadanía se basa en el asambleísmo de la democracia directa local; es decir, decidir en los pueblos y en los barrios para crear entre todas estas decisiones personales una nueva forma de vida humanizada que todas y todos queremos.

• lógicamente esto debe llevarse a cabo previa reforma de la injusta y desproporcional Ley Electoral vigente.