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domingo, 28 de abril de 2024 18:38h.

Cien años con el correíllo "La Palma" . Fundación canaria correíllo La Palma

 

El 12 de abril de 1.912, en Middlesbrought, Inglaterra, se procedía a la botadura del vapor mixto de carga y pasaje “La Palma”, uno más de la serie de buques encargados en gradas inglesas por la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, adjudicataria del concurso público subastado por el Estado en 1.911 para cubrir los servicios marítimos interinsulares en Canarias con 6 buques de vapor que conectarían todos los núcleos costeros de las Islas.

 Cien años con el correíllo "La Palma" . 

 Fundación canaria correíllo La Palma

 El 12 de abril de 1.912, en Middlesbrought, Inglaterra, se procedía a la botadura del vapor mixto de carga y pasaje “La Palma”, uno más de la serie de buques encargados en gradas inglesas por la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, adjudicataria del concurso público subastado por el Estado en 1.911 para cubrir los servicios marítimos interinsulares en Canarias con 6 buques de vapor que conectarían todos los núcleos costeros de las Islas.

 Bajo la contraseña de la Compañía de vapores correos interinsulares canarios – 1.912 – 1930”

Este año 2012, por tanto, se han cumplido cien años desde la botadura del más popular y conocido de todos los vapores interinsulares canarios, el correíllo “La Palma”. Desde la Fundación canaria correíllo “La Palma”, desde la Asociación para la restauración y conservación del correíllo “La Palma”, todos los Amigos del correíllo “La Palma”, queremos ofrecerle su más que merecidas felicitaciones, rindiendo homenaje al “único superviviente de la navegación marítima en Canarias a lo largo del siglo XX”.

 Avalan su brillante historial marítimo los más de 64 años de servicio permanente en el transporte de pasajeros y mercancías, dedicados casi en su totalidad a los tráficos interinsulares canarios y con la costa del África Occidental Española, en tiempos muy difíciles, sorteando guerras y postguerras – IGM, Guerra Civil Española, IIGM, Ifni e incluso participando en la evacuación del Sahara Español – siempre manteniendo proa fiel y firme en sus singladuras a la razón de su existencia: la navegación marítima comercial interinsular.

 En su largo historial dos insignias enarbolan su mástiles, ambas igualmente importantes y significativas: Su primera etapa corresponde a la contraseña de la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, luciendo sus colores hasta 1.930, en que toma el testigo, al ser adquirido junto a sus gemelos y coetáneos hasta su retirada del servicio activo, por la Compañía Trasmediterránea. De los correíllos interinsulares nada malo se puede hablar, muchas angustias mitigadas, muchos favores debidos, asistencias a náufragos, auxilio de la sed insular en tiempos de sequías, visitas de ilustres personajes; alegrías en la llegada, tristezas en las despedidas, portador de todo tipo de noticias llegadas allende los mares. Los correíllos interinsulares, hasta bien entrados los años sesenta, eran para los canarios como la guagua de andar como Pedro por su casa.

 Ultimas singladuras a principios de los 70.

 Tras su retirada del servicio comercial activo en abril de 1.976 comienza su nueva e irregular andadura “terrestre”. Inicialmente fue adquirido por la familia Flick, representada por D. Juerguen Flick, que lo adquiere en subasta en Las Palmas y se atraca en la Dársena Deportiva con el objetivo principal de preservarlo para disfrute de los ciudadanos, conservando especialmente su valor museístico y patrimonial previendo dedicarlo a diversas actividades relacionadas con el mundo marítimo y el ocio, una especie de Club del Mar. Posteriormente, ante las dificultades administrativas del proyecto, cansados de soportar unilateralmente los importantes costes de mantenimiento y sin poder desarrollar actividad alguna a bordo, es vendido al Cabildo Insular de Tenerife, siendo Presidente D. José Segura, que lo adquiere por el valor simbólico de una peseta y se traslada a Santa Cruz de Tenerife donde entra en triunfal acogida el 13 de marzo de 1.986, varando al día siguiente en los astilleros de Nuvasa para rehabilitación y acondicionamiento.

 El Cabildo Insular de Tenerife proyecta adaptar el buque para ser visitado como museo marítimo ubicado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Los cambios políticos del año siguiente paralizan nuevamente las obras y comienza el período más triste de su historial, siendo abandonado y ultrajado deteriorando su estructura y su valor hasta que a partir de 1.996, desde la Asociación de capitanes de la Marina Mercante primero, la Asociación pro restauración y conservación del correíllo “La Palma” después, así como el apoyo del Cabildo Insular de El Hierro inicialmente, y la posterior incorporación decidida del Cabildo Insular de Tenerife, de la mano de su Presidente D. Ricardo Melchior y del Consejero de Presidencia y Hacienda D. Víctor Pérez, se canaliza la restauración y conservación del correíllo “La Palma” a través de la Fundación canaria correíllo “La Palma”, que hasta la actualidad lidera todo un variado y ambicioso proyecto que aspira a convertir nuestro legendario vapor en referente mundial de la historia y del patrimonio cultural y marítimo que permitirá, junto con el tan necesario y ansiado Museo Marítimo de Canarias, el recreo y disfrute de esta auténtica joya del patrimonio marítimo internacional.

 De hecho, el correíllo “La Palma”, por sus singulares formas constructivas de principios del siglo XX es pieza singular de atractivo valor y representativa de la construcción naval consecuente de la revolución industrial que rápidamente sustituyó la navegación comercial a vela por el acero y el vapor. La desconfianza de la época obligaba a los diseñadores a combinar elementos de vela con finas formas de cascos de acero, así los planos del “La Palma” contemplan el diseño de aparejo de pailebot.

 Nadie definió mejor y más emotivamente nuestros correíllos interinsulares como el periodista y amante de la mar y los barcos Juan Antonio Padrón Albornóz, que escribía, casi a modo de despedida el 8 de mayo de 1976: “Los correíllos interinsulares son barcos que siempre dejan constancia de su bien y buen navegar. Barcos en los que el timonel no enmienda siquiera una cabilla para mantener constante, sin alteraciones, la línea de fe sobre la aguja. Son barcos –lo han sido siempre- en que abajo, en la hondura de la máquina, palpitan fuertes cigüeñales y cilindros y que, todavía en lo más profundo, las palas de bronce – insaciables – agarran bien en su engranaje líquido”.

 En servicio interinsular en los años 60 del pasado siglo.

 Cien años de existencia justifican más que un emotivo recuerdo. Deben servir especialmente para una gran reflexión: Ayudemos entre todos a SALVAR EL CORREÍLLO “LA PALMA” y todo el valor patrimonial y cultural que representa de la indiferencia y desaparición, sin resentimientos ni personalismos, juntos en defensa del ULTIMO SUPERVIVIENTE DE LA NAVEGACIÓN A VAPOR EN CANARIAS, para que nuestras generaciones futuras, las presentes, nuestros visitantes y toda la gente de bien disfrute, aprenda y respete la razón de ser de nuestro presente a través de una pieza tan importante de nuestro pasado.

 Actualmente atracado en el Muelle Norte de Santa Cruz de Tenerife.

 Santa Cruz de Tenerife

 12 de abril de 2012

 Fundación canaria correíllo La Palma