Ya hemos explicado en varias entradas anteriores que existen importantes reservas de gas frente a las costas de Gaza, que fueron descubiertas en 2000. El 60 por ciento de ellas pertenecen a Palestina. El grupo BG (British Gas) perforó dos pozos: Gaza Marine-1 y Gaza Marine-2.

La empresa calcula que las reservas son de alrededor de 1,4 billones de pies cúbicos, valoradas en unos 4.000 millones de dólares, aunque podrían ser mucho mayores.

La cuestión de la soberanía sobre los yacimientos de gas de Gaza es crucial. Desde el punto de vista jurídico, las reservas pertenecen a Palestina. La muerte de Yasser Arafat, la elección del gobierno de Hamas y la ruina de la Autoridad Palestina permitieron a Israel establecer un control de facto sobre las reservas de gas en las costas de Gaza.

El grupo BG está en contacto con el gobierno de Tel Aviv e ignora al de Hamás en lo que respecta a los derechos de explotación de los yacimientos.

En 2006 British Gas “estuvo a punto de firmar un acuerdo para transportar gas a Egipto”. El Primer Ministro británico Tony Blair intervino en nombre de Israel para eludir el acuerdo con Egipto.

La ocupación militar de Gaza tiene como objetivo cometer un gran atraco: transferir la soberanía sobre los yacimientos de gas a Israel, en violación del derecho internacional.