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lunes, 29 de abril de 2024 00:53h.

Elecciones en una colonia - por Isidro Santana León

En una colonia, tal lo es Canarias, concurrir a las elecciones del sistema impuesto es potenciar al mismo. 

Elecciones en una colonia - por Isidro Santana León *

En una colonia, tal lo es Canarias, concurrir a las elecciones del sistema impuesto es potenciar al mismo. Si los seudo-independentistas usan como excusa combatir al colonialismo desde dentro, están lanzando un sofisma para colocarse en las administraciones y hacer lo mismo que los partidos españoles: mamar y, por interés, perpetuar el estatus de sometimiento de Canarias. El aparato colonial es muy potente y está diseñado estructuralmente para que ningún grupo pueda romperlo, sino que, al contrario, aquel absolverá al grupo y lo pudrirá. Este asunto lo hemos vivido y lo denunciamos (ya que algunos tenemos decencia y memoria histórica para enjuiciar), pues, tantos independentistas de aquella época se apoltronaron y connivieron con los partidos españoles sin que nuestra nación avanzara hacia la soberanía, sino que, todo lo contrario, mientras se enriquecían y vivían del cuento, alienaron aún más al pueblo canario con la evidente involución de su conciencia política y nacional.  Al colonialismo hay que combatirlo de otra forma y con procedimientos paralelos, asunto al que se han negado estos grupúsculos que se presentan a las elecciones, pues, aceptar la convergencia para unificar a la nación supondría tener que renunciar a sus deleznables y patéticos liderazgos, en pro de mujeres y hombres más aptos, preparados e íntegros que aquellos.

 

* Publicado con autorización del autor

Estos clanes “independentistas”, ya llevan unos cuantos años haciendo la misma operación –recibir dinero del extranjero y trapichear con negocios opacos, mientras algunos viven sin dar golpe, viajando y comiendo como reyes–, publicitarse con el único fin de presentarse a las elecciones (a todas) y así tratar de empoderarse en el sistema para blindarse con la impunidad que éste le brinda.

Aunque no hayan gobernado aún, no están inmunes a la pudrición, pues, antes de probar tarta directamente del sistema ya han metido la mano en la caja del partido. Con estos precedentes tan impolutos, es lógico que esta caterva no tenga dignidad ni vergüenza para ir a unas elecciones coloniales –tenemos claras sus intenciones– aunque lo peor es que se hagan llamar de izquierda e independentista. Que se engañe quien quiera, pero esto y el enemigo es lo mismo.

* Publicado con autorización del autor