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viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.

Un gran engaño: el Museo Rodin en Tenerife- por Ramón Trujillo

 

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Federico Aguilera Klink recomienda este artículo y anima a Fepeco para que reclame la construcción de las 200 viviendas sociales que se podrían construir en lugar del Museo Rodin con esos millones de dinero público.Así podrían demostrar que no solo están preocupados por las carreteras y las subvenciones públicas.

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Santa Cruz de Tenerife se dispone a llevar a cabo un despilfarro de dinero público indecente. Su alcalde, el señor José Manuel Bermúdez, ha decidido una compra de copias de esculturas de Auguste Rodin que supondrá un gasto de 16.015.492 de euros para el Ayuntamiento (lo que cuesta construir 200 viviendas). Además, se alquilará una obra del mismo artista, valorada en 20 millones de euros, durante quince años. El objetivo es montar una especie de franquicia del Museo Rodin, en Santa Cruz, que contenga copias de obras que se exhiben en el Museo Rodin de París y en otros lugares del mundo.

En octubre de 2021, el Ayuntamiento aportó un informe, sin firmar, de “estimación preliminar del impacto económico” de un Museo Rodin en Santa Cruz. El estudio estimaba que ese museo, que se instalaría en el Parque Viera y Clavijo, recibiría, al menos, 570.690 visitantes al año. Una cifra muy parecida a los 570.650 visitantes que tuvo el Museo Rodin de París en 2019. Habrá quien piense que la magia de esa coincidencia es una buena señal. Pero prosigamos. 

De acuerdo con la memoria anual del Museo Rodin de París, correspondiente al año 2019, la instalación parisina recaudó ese año, por venta de entradas, 3,8 millones de euros. Sin embargo, para una cifra de visitantes casi idéntica, el estudio encargado por el Ayuntamiento prevé unos ingresos por venta de entradas de 7,9 millones de euros. Y, si todo fuera muy bien, los ingresos por venta de entradas podrían ascender a 12,8 millones de euros, es decir, más de tres veces lo que obtiene el Museo de París con la colección más completa de la obra de Auguste Rodin.

En el supuesto menos optimista, con unos 570.000 visitantes, el Museo Rodin de Santa Cruz de Tenerife tendría un impacto económico anual de 61,4 millones de euros. Es decir, un impacto económico de 168.219 euros diarios, o de 107 euros por visitante, o de 432 euros por familia de cuatro miembros que lo visite. Es posible que, a estas alturas, más de un lector no esté ya pensando en un Estudio con mayúsculas, ni tan siquiera en un estudio con minúsculas, sino, simplemente, en un “estudio”.  

Para estimar la cifra mínima de visitantes se tomó como referencia el Museo Picasso de Málaga. Se estableció que los visitantes de ese museo representaban el 8,08% de la suma de la población de la provincia de Málaga y de los turistas que la visitan. Así pues, el Museo Rodin de Santa Cruz tendría, al menos, ese 8,08% de la suma de residentes y visitantes de Tenerife. Sin embargo, además de comparar un museo de originales únicos con un museo de copias, y tratándose de artistas muy diferentes, se apunta que, por ejemplo, en Tenerife el Siam Park alcanza 1,2 millones de visitantes anuales y, por lo tanto, es factible una instalación con afluencia masiva en nuestro territorio. Pero se olvida que, por ejemplo, Disneyland París tiene 9,7 millones de visitas al año. La cuestión es que, en París, conocer el hábitat del Pato Donald moviliza 17 veces más gente que disfrutar de la colección de obras de Rodin más completa del mundo. 

Todo apunta a que este estudio (¿o “estudio”?) debiera ser objeto de evaluación sin sesgo de optimismo y, además, de paso, lograr que alguien lo firme. No obstante, parece ser que existe otra evaluación del impacto económico de este nuevo El Dorado cultural rodiniano con que nos quiere obsequiar nuestra dirigencia ultraperiférica. Pero la falta de transparencia del gobierno municipal ha impedido, al representante público que esto escribe, acceder a toda la documentación. Es más, todo hay que decirlo, tampoco parece haber mucho interés, por parte de distintos medios de comunicación, atiborrados de subvenciones municipales que hacen hibernar el pluralismo y la crítica, por explicar qué está pasando. Una reciente convocatoria de rueda de prensa de Unidas Podemos, tercera fuerza política del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, para explicar este asunto, batió un récord Guinness de sillas vacías… 

En fin, descartada la posibilidad de una cultura democrática aceptable, volvamos al ámbito de la cultura a secas. O, para ser más preciso, al ámbito de la turistificación del municipio, en este caso sirviéndose de una herramienta cultural y, asimismo, del contexto de dificultades económicas que atraviesa el Museo Rodin de París, que busca vender copias de esculturas para garantizarse unos ingresos anuales de tres millones de euros. 

El Museo Rodin de París encontró su gallina de los huevos de oro gracias a que hasta doce réplicas de una misma escultura se consideran originales. Por ejemplo, ya existen doce réplicas de El Pensador y, por lo tanto, la que vendría a Tenerife sería una reproducción, por valor de 110.000 euros. Es más, a las ochenta réplicas industriales, originales y reproducciones en bronce de El Pensador, generadas en París, podrían sumarse otras muchas si el artista Cosmo Wenman logra que la Justicia francesa permita el acceso al escaneo 3D, en alta resolución, de las esculturas de Rodin. Esto podría permitir elaborar moldes precisos para hacer esculturas tan buenas como las copias originales. Y, a partir de ahí, obviamente se produciría una devaluación del precio de las colecciones de Rodin. Podría acabar habiendo más réplicas de esculturas de Rodin que del gato chino que mueve el brazo…  

El Museo Rodin de Santa Cruz no se enmarca en ninguna estrategia cultural. A tales efectos es como si la hubiera pensado uno de esos ochenta pensadores de bronce. La estrategia real se explicita en el documento municipal que declara urgente la contratación para dotar al Museo Rodin: “resulta necesario acelerar la adjudicación del presente contrato por razones de interés público, puesto que la adquisición de las obras citadas redundará de forma directa en el tejido productivo, empresarial y turístico del municipio, activando la economía, resultando necesario tener a disposición de esta Corporación las obras cuanto antes”.

Sin embargo, a pesar de las proclamas retórico-administrativas de activación económica, pese a las invocaciones al tejido productivo, hay un pequeño gran indicio de que el gobierno municipal tiene serias dudas sobre el éxito económico que atribuye a su Museo Rodin. Y ello se evidencia cuando observamos cómo un gobierno yonki de las privatizaciones se plantea, en este caso, crear una empresa pública municipal que se encargue de la gestión. Esta vez no invitan a un actor privado a hacer la inversión millonaria, que luego recuperaría ese inversor a través de la explotación del servicio (como ocurre con el Pabellón Municipal de Deportes Paco Álvarez), sino que ahora la inversión y la gestión serán públicas. Es decir, parece que se vislumbran pérdidas y, por lo tanto, es la hora de la gestión pública ante la ausencia de beneficios que privatizar. 

En suma, no presagian nada bueno la opacidad y ausencia de debate con las que se está imponiendo el Museo Rodin. Es más, es extremadamente grave la urgencia por dejar atado y bien atado un gasto de 16 millones de euros para materializarlo entre 2022 y 2026. Es un despilfarro enorme para una institución como el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y es completamente falso que vaya impulsar la economía de un municipio con tantísimas necesidades reales insatisfechas. El alcalde sabe que su propuesta no prosperará si es objeto de debate público, si se desarrolla con transparencia y si se fundamenta en estudios rigurosos. 

* En La casa de mi tía por gentileza de Ramón Trujillo 

RAMÓN TRUJILLO
RAMÓN TRUJILLO
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