Francisco Morote, de Attac Canarias, señala y aporta el antetítulo de este editorial de LA JORNADA, sobre esta otra crueldad talibán, que viene ahora a faltar ba su propia promesa de permitir la formación superio de mujeres. Y yo, Chema tante, agrego que esta medida, además de atropellar los derechos individuales de las mjjeres, tiene una consecuencia brutal para todas las afganas: La unica educación universitaria permitida a estudiantes femeninas era la de medicina, enfermería y magisterio. Con esta prohibición, se impide que se gradúen médicas, enfermeras y maestras. Pero las leyes absurdas, pretendidamente islámicas de los talibanes prohíben a los medicos hombres tratar, cuidar o enseñar a mujeres mirándolas directamente y mucho menos tocándolas. Un auténtico esperpento que obliga a Naciones Unidas a intervenir inmediatamente. Se niega a la mujer afgana el derecho a la educación superior, pero tambien a la salud, al cuidado y a la formación elemental.