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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Carta abierta a los Delegados en el 38 Congreso Federal del Partido Socialista


Carta abierta colectiva. Se buscan adhesiones. Si estás de acuerdo con ella, únete

Carta abierta a los Delegados en el 38 Congreso Federal del Partido Socialista donde se pone de manifiesto una reflexión que compartimos muchos ciudadanos y que es necesario difundir con el objetivo de que no nos encontremos ante un nuevo acto fallido de regeneración de la política reformista y progresista. La intención es alcanzar el mayor número posible de firmas para poder dejar bien claro que el camino que se esta siguiendo nos puede conducir a una frustrante melancolía y a socavar más aun la cohesión de los progresistas y aumentar el distanciamiento entre los ciudadanos y sus cauces de participación política..

Si estás de acuerdo, manda tu nombre y apellidos, DNI y, opcionalmente, actividad o profesión a [email protected]

CARTA ABIERTA A LOS DELEGADOS EN EL 38º CONGRESO FEDERAL DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL

 Los abajo firmantes, hombres y mujeres, desde su consideración como personas de cultura política progresista quieren poner de manifiesto y hacer saber a los Delegados del PSOE reunidos en su Congreso Federal para elegir a la nueva Dirección de esta Organización y las propuestas programáticas que pretende llevar a la sociedad española en el futuro lo siguiente:

 El PSOE desde la restauración democrática en España ha sido el principal espacio aglutinante de los ciudadanos reformistas y progresistas que han visto en esta Organización el referente político de una forma de pensamiento y de hacer en la vida colectiva española y que ha permitido a través de sus gobiernos tanto en España como en las Comunidades Autónomas y en los Municipios ver crecer y desarrollarse un Estado moderno de bienestar y progreso que ha posibilitado el desarrollo democrático en nuestra sociedad. Ha sido gracias al apoyo mayoritario de millones de ciudadanos como nosotros a través de nuestro voto lo que ha dado fuerza a este Partido histórico en España para poder llevar a cabo esa tarea de transformación y cambio que era obligada para equipararnos al resto de los países europeos de nuestro entorno.

 Las últimas Elecciones Municipales y Autonómicas y las recientes Elecciones Generales han puesto también en evidencia que el Partido Socialista ha perdido la posición de centralidad política del progresismo y el reformismo español. No es objeto de este escrito analizar causas ni consecuencias de las debacles electorales, pero sí advertir que compartir los valores y principios y reconocer la valía del PSOE nunca ha significado un cheque en blanco para que en nombre de la izquierda, del socialismo, de la socialdemocracia, del progresismo y del reformismo, se desdibujara la relación entre la ciudadanía que piensa y siente de una manera y aquellos que asumen su representación política e institucional.

 El debate abierto deprisa y corriendo para evitar el vacío de poder eligiendo una nueva dirección entre los que han sido máximos responsables de esta Organización en los últimos años y, por tanto, asimismo responsables de haber situado al Partido Socialista en su más baja representación desde la aprobación de la Constitución de 1978 no resulta más que una representación teatral tremendamente mediática pero poco convincente. Se utilicen modelos de elección de primarias o no, es un absurdo pues hay que decir que quien gane o quien pierda en el citado Congreso es indiferente desde el punto de vista programático pues, en todo caso, está llamado a realizar la acción política fijada en las resoluciones congresuales no propuestas por ninguno de ellos. En definitiva, vuelve a dar lo mismo lo que se vaya a hacer siendo lo importante quién es el destinado a hacerlo. Vuelve a ser el fulanismo que tantas veces ha sido criticado dentro del propio Partido Socialista y desde fuera de él lo que vuelve a imperar. Felipismos o Guerrismos, Borrelismos o Almunismos, Zapaterismos o Bonismos, y ahora Rubalcabismos o Chaconismos, da exactamente igual exponer, razonar y pensar en qué consiste hoy una verdadera política progresista y reformista en un contexto de crisis política, económica y social a nivel internacional. Es entregar el poder a un líder de escasa legitimación que decida una política de conveniencia según la coyuntura y que, por desgracia, como hemos podido comprobar en los últimos años, su gestión es entregada en procesos erráticos a colaboradores de constatada inexperiencia e impostura.

 A este respecto, sería igual de irresponsable hacer la crítica por la crítica o llegar a la más vacía de las conclusiones como sería decir que ni uno ni otro son santos de nuestra devoción.

 El problema es de mayor fondo y, por ello, requerido de soluciones más profundas y solventes. La situación actual no se puede zanjar diciendo que se quiere regresar a fórmulas socialdemócratas tradicionales o hacer de las no ideas fundamentos ideológicos de cohesión. La defensa del Estado de Bienestar, el cual sin lugar a dudas, fue patrimonio de la socialdemocracia, hoy es ya una defensa de todos los europeos que, por otra parte, no han sabido hacer del mismo un modelo referencial exportable con valor universal a otras regiones del planeta. La sociedad del bienestar y las fórmulas estatales para mantenerla y darle sentido en un mundo cambiante han estado ayunas del pensamiento socialista democrático de las últimas décadas y ello nos ha abocado ahora a que lo realmente necesario es trabajar y concitar apoyos mayoritarios para construir hacia el futuro una sociedad sostenible. Ello obliga a reformas necesarias que replanteen realmente en dónde está el umbral del bienestar y las capacidades de una sociedad como la nuestra que se debate en una lucha imparable contra el deterioro del planeta, abocados a un modelo de desarrollo solo y exclusivamente basado en el hiperconsumismo con un crecimiento paulatino de las desigualdades sociales donde los llamados ricos y poderosos cada vez lo son más y donde las clases medias cada vez son más bajas a la par que va creciendo la pobreza, no solo la que no ha dejado de existir lejos de nuestras fronteras, en nuestros entornos más inmediatos. Donde los asalariados, los consumidores, los contribuyentes, los ciudadanos se ven cada vez más inermes ante poderes que no se nos presentan ni con cara ni con ojos pero que van haciendo que nuestras expectativas de una vida cotidiana tranquila se torne en angustia y preocupación. Con unos Sindicatos que han perdido su capacidad de representar realmente a los trabajadores, deslegitimados por sus propias prácticas de autoconsumo interno. En conclusión, una sociedad mucho más frágil, más dominada y más proclive a la injusticia incluso que en la que vivieron nuestros padres.

 Es por ello que hay que llamar de nuevo a los jóvenes, a las mujeres, a los asalariados, a los profesionales, a los intelectuales, a los creadores a que vuelvan a formar parte de un proyecto mayoritario que desde la más radical de las Democracias y también de las más reales sea capaz de construir una alternativa de Gobierno mayoritario para regir los destinos de los españoles, de los europeos y que en cooperación y colaboración con otros seamos capaces de dar un giro a la deriva en la que en estos momentos nos encontramos.

 Estamos convencidos que por desgracia el 38º Congreso del Partido Socialista va a servir poco para resolver estas incógnitas. Cien mil no pueden aspirar a representar a millones. Solamente si son capaces de abrir y romper todas las ataduras que ha venido lastrando la acción política del Partido Socialista podríamos llegar a pensar que cabe una regeneración, una refundación, un nuevo estilo de hacer política con nuevas formas, nuevos planteamientos y nuevos mensajes pero hasta ahora ninguno de los que se encuentran en esta liza han demostrado ni por lo más mínimo su capacidad real para el cambio. Volvemos a encontrarnos con una experiencia frustrada, con no haber entendido de nuevo el mensaje ciudadano, la única esperanza que nos queda es que con Partido Socialista o sin él los ciudadanos y ciudadanas creemos mayoritariamente que una acción política reformista y progresista es el único camino para dar esperanza y expectativas a nuestra sociedad seguimos y seguiremos trabajando para alcanzar este objetivo.

 

Febrero 2012