Me decía mi amigo Gonzalo el otro día que el problema, con esta cruz que me he impuesto con La casa de mi tía, es que no me puedo sustraer a la información.  Tienes razón, Gonzalo. Y, en ciertas ocasiones, muchísima razón. Como en lo que tiene que ver con ciertos personajes de la vida política canaria. En especial, los peperos y coalicioneros. Tener que soportar y atender, sin desviar mirada ni oído, a gente como Barragán, Ruano, Bermúdez, Jorge Rodríguez, Australia,  esa legión interminable de simplones y simplonas, es un autentico tormento y una prueba para la estabilidad psíquica. 

Todo esto se ha exacerbado con el triunfo pepero, que les ha dado más bríos y, sobre todo les ha proporcionado más recursos con los que pagarse las tribunas que las mercenarias prensa y radio convencionales están encantadas de venderles a precio de oro. Como paradigma de lo que cuento, este tipo Manuel Fernández, encaramado al oro público, derrama su verbo incontenible y huero a todas horas.

Miren ustedes con lo que nos sale ahora el diputado a sueldo (lo ha reconocido él mismo) de Anfi del Mar: que desaparezcan los cabildos. Lo curioso es que el perito industrial Manuel Fernández, como los relojes parados o el rucio de la flauta, a veces acierta. Pero como buen improvisador, que no elabora sus razonamientos, el personaje troca el acierto en toletada, por no saberse contener.

Porque, ya usted ve, hay que estar de acuerdo con que en Canarias la multiplicación y solapamiento de administraciones cuesta una barbaridad y procura una confusión y complicación tremendas. Pero la solución no va por cercenar las administraciones insulares. Lo que sobra, en un terrirtorio fragmentado como es nuestro archipiélago, es buena parte de la administración de la nacionalidad. Buena parte del Gobierno de Canarias.

Por ahí deberían encaminarse los esfuerzos. Adelgazar drásticamente el Gobierno de Canarias, manteniendo únicamante las funciones de coordinación y de representación externa. Pero, por lo demás, componer una estructura federada, en la que cada gobierno insular disponga de su presupuesto con el que operar en la administración de su isla. Eliminando la posibilidad discrecional del Gobierno de Canarias para distribuir las inversiones, se terminarían muchos pleitos, muchos follones. Haciendo desaparecer las estructuras transversales en las diferentes campos de la administración, que actualmente, lejos de colaborar, interfieren con las actividades insulares, se hará más facil el funcionamiento de las instituciones. Me temo que esto es demasiado para la capacidad de Manuel. Y más ahora, que Soria no tiene tanto tiempo ara explicarle las cosas al hombre.

Pero, como un aporte para descansar las neuronas de Fernández, le trasladaré lo que dice mi amigo Juan García Luján: "En definitva, lo que impòrta es la gestión".

http://www.diariodeavisos.com/2012/04/26/actualidad/el-no-2-del-pp-canario-propone-suprimir-los-cabildos-de-tenerife-y-gran-canaria/

http://www.canariasahora.es/noticia/217254/

http://www.laopinion.es/canarias/2012/04/27/numero-pp-propone-eliminar-cabildos/410290.html

http://www.laprovincia.es/canarias/2012/04/27/numero-pp-propone-eliminar-cabildos-gran-canaria-tenerife/453842.html